Thomas tomó asiento, al Sarah entender que no lograría persuadirlo, suspiró resignada.
-¿Algo de beber?
-Un wisky estaría muy bien – Sarah se acercó al interlocutor y recordó que estaba dañado, caminó hasta el umbral de la puerta y llamó a su secretaría, la cual entró casi de inmediato.
-Julia, por favor, trae un wisky para el señor, y un jerez para mí- Julia le miró completamente extrañada. Sarah nunca bebía en la oficina.
-Si, señora.
-Carlos traerá a Nathasha, como el interlocutor no sirve, hazle pasar de inmediato.
-De acuerdo, señora- y sin más que agregar se marchó
-Nathasha, es un lindo nombre – dijo Thom, cuando volvían a estar solos- siempre pensé que tus hijos serían los míos, es lamentable que el destino se haya encargado de que no fuese así- argumentó él triste, y Sarah sintió que su corazón se encogía de tristeza. No se tomó la molestia de contestarle, pues estaba segura que de intentar hacerlo, las palabras quedarían atascadas en su garganta. Las bebidas llegaron y decidieron esperar en silencio.
Carlos tardó menos de lo que ella hubiese pensado, la puerta se abrió y apareció el motivo que la hacía despertar cada mañana; su adorada Nathasha, un poco sudada pero muy alegre, no había en ella muestra de que hubiese estado tan enferma.
-¡Mami, mami! – entró la pequeña, corriendo a abrazar a su madre que se había puesto en pie para recibirla.
-Nathasha, mi amor- exclamó levantándola en brazos para besarla, estaba fresca- ¿ qué tienes?, Carlos me ha dicho que te sentías muy mal.
-Estaba muy calentita , pero ya se me ha pasado- la niña giró la cabecita y se percató de la presencia de aquel hombre, luchó con Sarah para que la dejara nuevamente en el suelo, se acercó al mueble donde Thom se encontraba sentado en silencio.
-Hola, yo soy Nathasha, mis amigos y los que me quieren me llaman Thasha y – se giró hacia Sarah- ella es mi mamá. – la observó atónito. Esos ojos, no eran verde como él lo esperaba, eran . . . azules, un azul muy intenso. . . muy parecido a los suyos, su cabello una espesa melena negra que le llegaba a media espalda, su piel clara estaba bronceada por el sol, dando muestra de un día en la playa. Parpadeó varias veces y sonrió, era una niña bella. . . extraordinariamente bella.
Sarah sentía que poco a poco se quedaba sin aliento al observar cómo se miraban, Thom le sonrió y le estiró la mano, obteniendo como respuesta el apretón de aquella manita.
-Yo soy Thomas, mis amigos y los que me quieren me dicen Thom – le sonrió- y tú eres la niña más hermosa que jamás haya visto- la niña sonrió complacida por el cumplido- te lo dije Sarah, ya me he enamorado de ella – Nathasha rió alegremente- no es una mini Sarah, al menos no como yo la imaginaba, pero es realmente hermosa- ella no respondió, no movió los labios, no dijo absolutamente nada, se mantuvo en pleno silencio.
-¿Eres amigo de mi mamá? – quiso saber.
-Si, soy un muy buen amigos de tu madre.
-¿Puedo llamarte Thom? – pidió
-Nada me haría más feliz- le acaricio la mejilla.
-Entonces tu puedes decirme Thasha.
-Es un trato Thasha, además de bella, eres muy inteligente.
-¡Tú eres muy bonito, parece que trabajaras en la tele! – él dejó escapar una sonora carcajada. <<Esa risa, esa risa me ha torturado por ocho años. . . la he extrañado. Así solía reír cuando éramos felices>>
-¡Nathasha, no seas atrevida!- dijo Sarah, y como respuesta el labio inferior de la niña comenzó a temblar, amenazando con romper en llanto en cualquier momento, Thom tomó asiento y colocó a la pequeña sobre sus rodillas, luego depositó un beso en la frente de la pequeña, por encima del flequillo.
-Tu madre puede ser muy dura.
-¿Dónde la conociste? - Sarah se sintió desfallecer, mientras él levantó la mirada y aquellos profundos ojos azules la penetraron.
-Nos conocimos en el colegio, de eso hace ya mucho – la niña sonrió.
-Ojalá mamá hubiese tenido un novio tan bonito como tú- el corazón de Sarah se detuvo- Aunque papá también es muy lindo- aquellas palabras calaron en lo más profundo del corazón de Thom, y le infringieron la más terrible de las tristezas.
-¿Cuántos años tienes Thasha?- indagó éste.
-¡Siete! – dijo alegre.
-¿Y cuándo será tu cumpleaños?, me gustaría darte un regalo.
-El diez de. . .
-No hace falta que le regales nada- interrumpió Sarah- se dirigió al escritorio y tomó la manita de su hija- lamento no poder quedarme Thomas, pero debo retirarme, es mi cumpleaños, y mi familia me espera para la celebración.
Esas palabras lo hirieron, ella tenía familia, una familia que no le incluía a él, sintió desolación como nunca antes la había experimentado.
-¿Puedo verte mañana?
-Toma – le extendió una tarjeta- allí están mis números, ponte en contacto conmigo.
-De acuerdo. . . Feliz cumpleaños.
-Gracias – dijo con voz temblorosa.
-Te veré luego Thom- la niña salió corriendo hacia él, Thom la levantó en brazos y le besó la frente, un beso tierno - la niña le rodeó el cuello con sus bracitos – otro día te invito a mi casa a tomar un helado.
-Estaré complacido, o podría invitarte yo, claro si tu mamá te deja – le lanzó una mirada a Sarah que la dejó helada- hasta luego, mi ángel de ojos azules.
Luego de una pequeña celebración, junto con los amigos más cercanos, su hija, su esposo y el servicio. Había visto que Nathasha estaba muy intranquila, ya era tarde así que la llevó a dormir, se duchó. Al salir del cuarto de baño notó que Roy no estaba, así que cuando él entró a la habitación ya Sarah estaba lista para ir a la cama, estaba realmente agotada, había sido un día. . .¡qué día! Pensó, su cuerpo reclamaba descanso, Roy la estrechó y le depositó un fuerte beso en los labios, besó con delicadeza su cuello, inevitablemente se estremeció, Sarah pudo descifrar que Roy tenía deseos aquella noche, pretendía hacerla suya y evidentemente no tenía excusas para negarse. Se apartó y la miró directamente a los ojos.-Tengo un regalo para ti.-¿Otro?-Sí – fue a la mesa de noche y trajo en sus manos un estuche largo de terciopelo negro – ábrelo.-¿Qué es? – trató de fingir emoción, pero en lo único que podía pensar era en el regreso de Thom, lo cual la hacía sen
-¡Thom!-Hola, preciosa- traía un ramo gigantesco con muchos globos y dos cajas de chocolate, Sarah se puso en pie.-Viniste a verme, Thom.-Claro que sí, princesa. . . te traje chocolates.-¿¡Chocolates?! - dijo la pequeña extasiada.-Sí, pero no podrás comerlos por ahora – la pequeña hizo un puchero, Thom ubicó el arreglo floral y los chocolates de la pequeña. – Estos son para ti, Sarah – le tendió una caja de chocolates, ella le miró sorprendida, no sólo porque le trajera su golosina favorita, sino porque recordara cuales eran sus favoritos, eso la conmovió a lo sumo.-Muchas gracias.-Espero todavía te gusten.-Hasta el día en el que muera – le respondió con una tímida sonrisa.-Thom, Thom. . .me operaron de una tripa – intervino la niña. Ambos se giraron hacia ella sonriendo.-No es una tripa Thasha, se llama apéndice. – dijo su madre sonriéndole.-¡A ver!. . . ¿dónde fue esa operación, preciosa? – la niña
Solo había pasado una hora desde que Thom se marchara, cuándo un llamado a la puerta la sacó de la conversación con su hija.-¡Adelante! – esta vez fue Raymer quien apareció en el umbral de la puerta con un osos gigante que impedía ver su rostro, puso una voz muy aguda y dijo:-Hola, he venido en busca de la princesa más hermosa, en busca de la mujer de mis sueños. . .¡en busca de mi novia!- Sarah dejo escapar una sonora carcajada. Su cuñado era un hombre increíble, constantemente dejaba en claro el amor tan enorme que sentía por su sobrina, la llenaba de regalos pero sobretodo de atenciones y tiempo. . . Tiempo, el mejor bien que se puede obsequiar, tiene mucho valor porque no cualquiera regala algo que jamás podrá recuperar.-Creo que se ha equivocado de habitación, o que busca a mi mami, porque yo no tengo novio. . . estoy muy chica- dijo la niña frunciendo el ceño.-Oh sí. . . es a ti a quien busco, tú eres mi princesitita, la princesa más chiquita de mi
-Es una cadena hermosa- le decía Ray a la niña cuando ella volvió a su habitación, el corazón de Sarah se detuvo. De acuerdo, se obligó a recordar cómo respirar, ya que sintió cómo el oxígeno dejaba de llegar a su cerebro.-Gracias, tío Ray. . . fue un regalo de Thom, un amigo de mi mami- dijo con inocencia, sin imaginarse todo lo que desataría con aquellas palabras.-¿Thom?- preguntó él con la mirada ceñuda, mientras miraba a Sarah y ella sentía que se ruborizada violentamente. Ray lo sabía todo, él era una especie de confidente, era su mejor amigo, quién le daba consejos, quien la reprendía, quién la hacía pisar tierra. . . Ray era su cómplice- ¿Thom, es quién yo creo, Sarah?-Si- asintió avergonzada y tratando de controlar su respiración levemente agitada- lo es, cariño.-Tenemos que conversar- dijo muy serio Raymer y ella asintió.-Lo sé, a penas tengamos un tiempo te lo contaré. . . te lo prometo.-Y yo te tomo la promesa- le dijo mientras la
Tres días después de la operación, ya Thasha estaba en casa y todos estaban felices de tenerla de vuelta. Raymer, decidió quedarse a pasar un tiempo con ellos y evidentemente Nathasha estaba más feliz que nunca ¿ quién lo diría?, una apendicitis la llevó a recuperar a su adorado tío. La cena se llevó a cabo en silencio, hasta que Roymer decidió hablar.-Tengo una noticia muy importante que darles.-¿Qué sucede hermano?-Tengo que salir a un viaje de negocios, debo viajar a Rusia, tendremos una reunión con su presidente.-¿Te vas, papi? – preguntó la niña triste.-Si cariño, pero intentaré volver pronto- le aseguró mientras le dedicaba una hermosa sonrisa.-¿Me traerás regalos?- le preguntó con una enorme sonrisa en sus labios- en Rusia deben haber cosas bonitas que puedas traerme.-Por supuesto que sí, princesa. Te traeré muchísimos regalos- la miró con adoración.-¿No dices nada, cuñada?- preguntó Raymer.-Me he qued
ATENCIÓN LECTORAS**ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS PARA ADULTOS, CON ESPECIFICACIONES SEXUALES, EN CONSECUENCIA SE RECOMIENDA LA LECTURA SOLO A MAYORES DE EDAD!!**********************************************************************************************Sarah estaba enfrascada estudiando el divorcio del matrimonio Rembber, estaba analizando las posibilidades de la distribución de los bienes pertenecientes a la sociedad conyugal, tomando en cuenta que tenían tres hijos, la causa de éste divorcio era, que el marido había fallado a su esposa de más de veinte años, con una chica mucho más joven que él. El timbre sonó y ella se sobresaltó pensando <<¿quién podrá ser?>>, decidió ignorar el llamado, pero el timbre volvió a sonar. El apartamento no era para nada grande pero s
En medio del adormecimiento, Sarah escuchó que un celular no dejaba de timbrar, abrió los ojos con letargo hasta que estos se acostumbraron al sol, se descubrió envuelta en los fuertes brazos de Thom y sonrió, se movió lentamente para no despertarlo, él suspiró y se giró dándole la espalda dejándola en libertad, ella se sentó en la cama y extendió la mano para tomar su celular.Al mirar la pantalla no pudo evitar sentir que la culpa recorría hasta el último y recóndito centímetro de su piel.Se giró para ver a Thom quién le mostraba su perfil; dulce, tierno aún cuando dormía, seguro de sí mismo, el cabello revuelto haciendo contraste con la blancura de la almohada y de las sabanas, un suspiro escapó de sus labios. ¡Realmente amaba a ese hombre!-Hola Roy – dij
Las siguientes cuatro semanas pasaron rápidamente, Sarah pensó que vivía la mejor temporada de su vida, luego recordaba a Roy y la culpa atravesaba cada nervio de su ser. Se reunía en casa junto a Thom, a Thasha y a Raymer, ¿quién lo diría?, cualquiera pensaría que era su hermano y no el gemelo de Roymer, en ocasiones Carol se unía y veían películas juntos, el viernes por la mañana, dejó a Thasha en la escuela y se dirigió al despacho.-Hola Sarah, buen día.-Buen día, Juliet- le sonrió ampliamente.-Últimamente se te ve feliz y muy relajada- Sarah no le dio respuesta a aquello, solo sonrió.-Pásame sólo las llamadas más importantes.-Como tú digas.Mientras entraba a su despacho y se sentaba, recordó lo feliz que había sido este mes, y todas las veces que Thom la había hecho suya, y ella se rendía completamente al éxtasis de corresponder a su amor y a su