En medio del adormecimiento, Sarah escuchó que un celular no dejaba de timbrar, abrió los ojos con letargo hasta que estos se acostumbraron al sol, se descubrió envuelta en los fuertes brazos de Thom y sonrió, se movió lentamente para no despertarlo, él suspiró y se giró dándole la espalda dejándola en libertad, ella se sentó en la cama y extendió la mano para tomar su celular.
Al mirar la pantalla no pudo evitar sentir que la culpa recorría hasta el último y recóndito centímetro de su piel.
Se giró para ver a Thom quién le mostraba su perfil; dulce, tierno aún cuando dormía, seguro de sí mismo, el cabello revuelto haciendo contraste con la blancura de la almohada y de las sabanas, un suspiro escapó de sus labios. ¡Realmente amaba a ese hombre!
-Hola Roy – dij
Las siguientes cuatro semanas pasaron rápidamente, Sarah pensó que vivía la mejor temporada de su vida, luego recordaba a Roy y la culpa atravesaba cada nervio de su ser. Se reunía en casa junto a Thom, a Thasha y a Raymer, ¿quién lo diría?, cualquiera pensaría que era su hermano y no el gemelo de Roymer, en ocasiones Carol se unía y veían películas juntos, el viernes por la mañana, dejó a Thasha en la escuela y se dirigió al despacho.-Hola Sarah, buen día.-Buen día, Juliet- le sonrió ampliamente.-Últimamente se te ve feliz y muy relajada- Sarah no le dio respuesta a aquello, solo sonrió.-Pásame sólo las llamadas más importantes.-Como tú digas.Mientras entraba a su despacho y se sentaba, recordó lo feliz que había sido este mes, y todas las veces que Thom la había hecho suya, y ella se rendía completamente al éxtasis de corresponder a su amor y a su
-¡Necesito verte! - gimió desesperada, sintiendo que estaba ahogándose con la pena, necesitaba consuelo, refugio, necesitaba verlo y que Thomas le jurase que todo estaría bien. Necesitaba ánimos de su parte porque estaba sintiendo que podría enloquecer.-Por supuesto, cariño. - le dijo inmediatamente, sintiéndo en su tono de voz, toda la angustia que ella estaba experimentando, tuvo la inminente necesidad de protegerla, quería hacerle sentir que todo estaría muy bien, que podía confiar en él, porque él estaría dispuesto a todo por ellas.-¿D. . .dónde. . . estás?- preguntó en medio de hipos.-Cálmate mi amor, por favor. No estoy lejos de tu despacho.-¿Podemos vernos en el café que está en la esquina?-Salgo para allá. . . cálmate princesa, me parte el corazón que sufras así- dijo con toda sinceridad, no estaba mintiendo, escucharla llorar de esa manera y estar tan completamente desconsolada le dolía, le dolía muchísimo.-Te espero- y
Roymer salió hecho una furia del despacho de su esposa, se subió a su auto y comenzó a manejar sin destino alguno. Un fuerte dolor oprimía su pecho y la ira bullía en su ser, así que sin poder evitarlo abundantes lágrimas corrieron por sus mejillas.-¡Maldición! – gimió, no quería llorar, no quería. . .pero no podía evitarlo. Se sentía traicionado, herido y realmente humillado. No podía creer que Sarah lo traicionara de esa manera.Siguió manejando, hizo una parada en una licorería y compró una botella de wisky, subió a su coche y siguió manejando hasta llegar a un pequeño parque que se encontraba desolado, abrió la botella y bebió directamente de ella, mientras, se estacionó y se quedó en el coche, intentando que el alcohol apagara el dolor y la ira que corría por todo su ser.Aquello no podía estarle pasando. . . no a él. . . No después de todo el amor que le había dado, no después de su entrega absoluta, de ha
¡Oh amor poderoso! que a veces haces de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.FRASE DEL ESCRITOR, NOVELISTA Y DRÁMATURGOWILLIAMS SHAKESPEARE********************************************Sarah llegó a casa y estacionó su auto en frente, suspiró con pesadamente, al cerciorarse de que el coche de Roy estaba allí, entró lentamente sintiendo que no quería estar allí, no quería estar en su casa, el dolor que tenía taladraba fuertemente su cabeza, recordó como los ojos de Roymer se habían tornado tan oscuros y un escalofríos la recorrió internamente.Decidida a tener una conversación con él entró a la casa, en la sala de estar, Raymer jugaba con la niña, ella se giró y al verla corrió a sus brazos-¡Mami! – la estrechó fuertemente, era increíble que ni siquiera su hija lograra produc
-¿Qué lograrías con eso?-Que se dé cuenta que tu hombre soy yo.-¡Eso es absurdo!- le dijo nerviosa, evitando girar para mirar a Thomas.-Vas a besarme, o me levantaré, iré a su mesa y. . .-No Roy, es un negocio importante para él. . .por favor no.-Entonces bésame, Sarah- sonrió con malicia.-No. . .no. . .Roymer se levantó y Sarah nerviosa siguió rápidamente su ejemplo, echando sus manos al cuello de su esposo, lo atrajo hacia ella e inició un arduo beso. Todos en aquel restaurante los miraron, Thom sintió como la sangre hervía en sus venas. Luego de que el beso terminara ambos se sentaron y sorbieron otro poco de vino.-¿Ahora podemos irnos?- preguntó con voz ahogada-Ahora cenaremos – pidieron sus platos, Sarah se dedicó a comer rápidamente con la intención de acabar con su plato y marcharse, pero Roymer no tenia ningú
Roymer descansaba a un lado de Sarah con la respiración entrecortada.-Felicitaciones querida, eres muy buena, tu cuerpo es delicioso.-¡Basta de humillaciones, déjame en paz!-No, no- chasqueó la lengua- no me hables así, cariño.Sarah se giró dándole la espalda, en ese momento sonó su móvil, se giró para extender la mano por encima de Roymer y tomar el celular que estaba en la mesa, allí lo había dejado, antes de irse a comer con él, epro era tarde Roymer ya lo tenía en sus manos.-¡Dámelo! – exigió-No lo creo- contestó pero guardó silencio.-¿Sarah?-Hola, Zuloaga.-Roymer. . . ponme a Sarah al teléfono.-Quisiera, pero no será posible. . . nos interrumpiste, estábamos. . . ocupados.-¡Thom!- gritó ella-¡Cállate!- le amenazó Roymer.-No la grites, no la lastimes o
Estacionó su coche en la entrada, bajó y se encaminó a la puerta con pasos apresurados con el corazón saltando de alegría. Al primer llamado del timbre Thomas le abrió la puerta, ella no esperó nada más y se lanzó a sus brazos, esos fuertes brazos que siempre le brindaban un dulce refugio.-¡Mi amor! – suspiró él al recibirla contra su pecho, ella comenzó a sollozar, él la abrazó con más fuerza- ¿Qué sucede,cariño?-Han pasado tantas cosas – ella le sonrió triste y juntos entraron a la casa.-¿Cómo está mi hija?- preguntó preocupado y ansioso-Muy bien-una sonrisa triste se dibujó en su rostro- te extraña mucho, quiere verte, no hace más que preguntar por ti.-Yo muero por verla. . .las adoro con mi alma, son lo que más amo.-Aquel día en el restaur. . .-No importa, preciosa. . . ¡Qué sucedió cuando te llamé Sarah?. . . Roymer me dijo. . .me dijo que usted
La puerta de la oficina de Roymer se abrió con violencia, éste se giró bruscamente y se encontró con el rostro airado de Thomas, y detrás de él, la secretaria con gestos despavorido.-Lo. . .lo lamento señor Villareal. . .el caballero. . .-No hay problema Lucía, lo atenderé. Puedes retírate.-Sí señor, con permiso- la puerta se cerró y ambos se miraron fríamente a los ojos, cada uno intentando contener la ira que fluía a través de sus venas. Estaban frente a su rival, cada uno luchando por la mujer que ama, cada uno usando las cartas que tenían para jugar, cada uno queriendo ser el vencedor.-¿Qué se te ofrece, Zuloaga?-Vengo a que hablemos de hombre a hombre, aunque dudo que en tu caso sea posible- le escupió con desprecio aquellas palabras.-Creo que el gran Thomas Zuloaga, no está de muy buen humor el día de hoy- lo miró con una sonrisa burlona dibujada en su hermoso