Un par de meses después dieron de alta a Nathasha, cuando aquello sucedió, fue recibida en casa con una gran fiesta en la que también estuvieron sus abuelos y a pesar de las circunstancias estaba muy contenta de que sus padres hubiesen decidido quedarse un tiempo con ella.
Raymer sufrió muchísimo la muerte de su gemelo, el mismo sentía que desde aquel día viviría incompleto, había perdido una parte importante de él, y todos los días que le quedara de vida extrañaría a aquel que era la mitad de su ser. Se sentía abatido pues Roymer era su único familiar y ahora sin él se sentía devastado, pero agradecía a Dios poder tener a Carol, que se había convertido en un pilar fundamental en su vida.
Decidió quedarse con su cuñada, su sobrina y la mujer que amaba, y el día que decidiera marcharse nuevamente con Carol como su esposa, se iría seguro de que esas dos mujeres tan importantes en su vida, quedaban bajo el fiel cuidado de Thomas, él cuidaría muy bien de ellas.
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Un año más tarde, Sarah caminaba hacia el altar con la melodía de la marcha nupcial, sin poder evitarlo lágrimas de felicidad corrieron por sus mejillas. ¿Se podía ser más feliz?. . . Aquello era lo que siempre había soñado.Carol junto a Raymer eran sus felices padrinos, así como ellos lo habían sido casi un año atrás, hacia casi un mes habían descubierto que pronto serían padres y estaban rebosantes de felicidad.Se alegraba mucho por ellos, se merecían una felicidad plena y maravillosa, rodeados de niños adorables, se amaban mucho, se podía ver en sus ojos.Ver al hombre que amaba esperándola en el altar para hacerla su esposa, era el sueño había tenido desde el preciso instante que se conocieran, imaginarse una vida juntos, llenos de una inmensa dicha, viviendo a plenitud su amor. Eso era lo que quería, eso era lo que merecían.Nathasha llevaba las alianzas que se entregarían en señal de aquel pacto de unión y fi
-No te daré permiso Tasha, lo siento.-¡Mami, por favor! - dijo con ojos vidriosos, al borde de que sus lágrimas de frustración rodaran por sus tiernas mejillas.-Sarah, es solo ésta noche, los Adams son excelentes personas, son muy responsables.-Carol, ¡ por Dios! Natasha solo tiene siete años, ¿Cómo pretendes que la deje dormir fuera de casa?-La niña nunca sale, a menos que sea contigo o con Roy - argumentó-También lo hace contigo - se defendió, comenzando a sentirse un poco culpable.-Lucía y ella se quieren mucho, solo será ésta noche.-Tía Carol tiene razón mami - la miró esperanzada- mañana estaré aqu
Pasó toda la tarde en su habitación meditando sobre Thomas.¿He olvidado realmente a Thomas ?. . . eso no importa, estoy casada con un hombre maravilloso, que es mil veces más responsable que Thomas. Roy, no se merece que yo esté pensando en otro hombre, él es demasiado bueno. . . ¿Por qué Carol tuvo que abrir esta herida?. . .¿ por qué reabrir este capítulo, el cual yo daba por concluido – gimió con desconsuelo- ¿ qué voy a hacer? . . .no hay nada que hacer, Roy es mi esposo y yo lo quiero. . . pero no lo amas Sarah. . . el amor no te ha dejado nada bueno Sarah, solo dolor y sufrimientos, no te quiero en mi vida Thomas, te quiero lejos de mí – se tranquilizó inhalando y exhalando.-Hola cariño – dijo llegando a ella, inclinándose y besando el femenino cuello - ¿sucede algo?, te noto muy tensa.-Estoy algo preocupada – explicó colocándose de pie, él la rodeó con sus fuertes brazos.-¿Y qué es lo que te preocup
El lunes por la mañana, todo en la casa la habían felicitado por su cumpleaños. Después de una matutina celebración se fue al trabajo, donde también fue recibida con un pastel, era pasado el mediodía cuando Julia; su secretaria entró en su oficina, produciendo que ella levantara la mirada de un testamento que estaba analizando.-Dime, Julia.-Lamento haber entrado sin anunciarme, pero el interlocutor parece estar dañado, no da tono.-Llama al técnico- dijo ansiosa por regresar a su trabajo.-Seguro. . . no hubiera querido interrumpirte pero, afuera esta un señor que insiste en verte.-¿Qué quiere?-Verte – dio encogiéndose de hombros-¿Para qué? – preguntó comenzando a sentir enojo, por el tiempo perdido.-Ni idea Sarah. No lo sé.-¿Tiene cita? – preguntó casi gruñendo.-No - aseguró inquieta ante el cambio de humor de su jefa.-¿Cuál es su nombre? – frunció el ceño.-No lo dijo. De hecho no ha dicho casi nada,
Thomas tomó asiento, al Sarah entender que no lograría persuadirlo, suspiró resignada.-¿Algo de beber?-Un wisky estaría muy bien – Sarah se acercó al interlocutor y recordó que estaba dañado, caminó hasta el umbral de la puerta y llamó a su secretaría, la cual entró casi de inmediato.-Julia, por favor, trae un wisky para el señor, y un jerez para mí- Julia le miró completamente extrañada. Sarah nunca bebía en la oficina.-Si, señora.-Carlos traerá a Nathasha, como el interlocutor no sirve, hazle pasar de inmediato.-De acuerdo, señora- y sin más que agregar se marchó-Nathasha, es un lindo nombre – dijo Thom, cuando volvían a estar solos- siempre pensé que tus hijos serían los míos, es lamentable que el destino se haya encargado de qu
Luego de una pequeña celebración, junto con los amigos más cercanos, su hija, su esposo y el servicio. Había visto que Nathasha estaba muy intranquila, ya era tarde así que la llevó a dormir, se duchó. Al salir del cuarto de baño notó que Roy no estaba, así que cuando él entró a la habitación ya Sarah estaba lista para ir a la cama, estaba realmente agotada, había sido un día. . .¡qué día! Pensó, su cuerpo reclamaba descanso, Roy la estrechó y le depositó un fuerte beso en los labios, besó con delicadeza su cuello, inevitablemente se estremeció, Sarah pudo descifrar que Roy tenía deseos aquella noche, pretendía hacerla suya y evidentemente no tenía excusas para negarse. Se apartó y la miró directamente a los ojos.-Tengo un regalo para ti.-¿Otro?-Sí – fue a la mesa de noche y trajo en sus manos un estuche largo de terciopelo negro – ábrelo.-¿Qué es? – trató de fingir emoción, pero en lo único que podía pensar era en el regreso de Thom, lo cual la hacía sen
-¡Thom!-Hola, preciosa- traía un ramo gigantesco con muchos globos y dos cajas de chocolate, Sarah se puso en pie.-Viniste a verme, Thom.-Claro que sí, princesa. . . te traje chocolates.-¿¡Chocolates?! - dijo la pequeña extasiada.-Sí, pero no podrás comerlos por ahora – la pequeña hizo un puchero, Thom ubicó el arreglo floral y los chocolates de la pequeña. – Estos son para ti, Sarah – le tendió una caja de chocolates, ella le miró sorprendida, no sólo porque le trajera su golosina favorita, sino porque recordara cuales eran sus favoritos, eso la conmovió a lo sumo.-Muchas gracias.-Espero todavía te gusten.-Hasta el día en el que muera – le respondió con una tímida sonrisa.-Thom, Thom. . .me operaron de una tripa – intervino la niña. Ambos se giraron hacia ella sonriendo.-No es una tripa Thasha, se llama apéndice. – dijo su madre sonriéndole.-¡A ver!. . . ¿dónde fue esa operación, preciosa? – la niña
Solo había pasado una hora desde que Thom se marchara, cuándo un llamado a la puerta la sacó de la conversación con su hija.-¡Adelante! – esta vez fue Raymer quien apareció en el umbral de la puerta con un osos gigante que impedía ver su rostro, puso una voz muy aguda y dijo:-Hola, he venido en busca de la princesa más hermosa, en busca de la mujer de mis sueños. . .¡en busca de mi novia!- Sarah dejo escapar una sonora carcajada. Su cuñado era un hombre increíble, constantemente dejaba en claro el amor tan enorme que sentía por su sobrina, la llenaba de regalos pero sobretodo de atenciones y tiempo. . . Tiempo, el mejor bien que se puede obsequiar, tiene mucho valor porque no cualquiera regala algo que jamás podrá recuperar.-Creo que se ha equivocado de habitación, o que busca a mi mami, porque yo no tengo novio. . . estoy muy chica- dijo la niña frunciendo el ceño.-Oh sí. . . es a ti a quien busco, tú eres mi princesitita, la princesa más chiquita de mi