El lunes por la mañana, todo en la casa la habían felicitado por su cumpleaños. Después de una matutina celebración se fue al trabajo, donde también fue recibida con un pastel, era pasado el mediodía cuando Julia; su secretaria entró en su oficina, produciendo que ella levantara la mirada de un testamento que estaba analizando.
-Dime, Julia.
-Lamento haber entrado sin anunciarme, pero el interlocutor parece estar dañado, no da tono.
-Llama al técnico- dijo ansiosa por regresar a su trabajo.
-Seguro. . . no hubiera querido interrumpirte pero, afuera esta un señor que insiste en verte.
-¿Qué quiere?
-Verte – dio encogiéndose de hombros
-¿Para qué? – preguntó comenzando a sentir enojo, por el tiempo perdido.
-Ni idea Sarah. No lo sé.
-¿Tiene cita? – preguntó casi gruñendo.
-No - aseguró inquieta ante el cambio de humor de su jefa.
-¿Cuál es su nombre? – frunció el ceño.
-No lo dijo. De hecho no ha dicho casi nada, solo insiste en verte.
-¡Santo Dios!, ya tengo muchísimo trabajo para hoy, Julia. No sé. Dile que haga una cita.
-Ya lo intenté pero no dio resultado, insiste en que necesita verte y que no se irá hasta hablar contigo.
-Está bien – Sarah se puso en pie golpeando fuertemente el escritorio, producto de su impaciencia – dile que le atenderé. Pero será solo por esta vez, para la próxima tendrá que hacer una cita, recuerda que normalmente tengo mucho trabajo.
-De acuerdo Sarah, deberías darte un descanso mujer, al menos hoy, es tu cumpleaños – Sarah solo sonrió.
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Se encontraba de espaldas, cuando sintió que alguien entraba a su oficina, respiró profundamente para tranquilizarse, luego se volvió, parpadeó varias veces para aclarar su vista, ¡sus ojos la estaban engañando! ¡No puede ser!, ¡¿Qué es esto Dios mío?!, ¡ no puede ser él!
-Hola, Sarah. . . ¡Feliz cumpleaños! – su voz era más ronca, más sexy y seductora, pero sí. . . ¡sí era él!
-¡Thomas!- logró alcanzar a decir en medio de tartamudeos.
-Si cariño, soy yo – aseguró y se acercó rápidamente a ella, la tomó entre sus brazos y antes de que ella supiera lo que sucedía, sus labios se encontraron en un beso que reflejaba tanta pasión y deseo como en el pasado. Sarah reunió todo el valor que tenía en ese momento, se apartó con brusquedad y lo miró con ojos muy abiertos, mientras que lágrimas brotaban apresuradamente de sus ojos.
-N. . . no vuelvas. . . no vuelvas a hacer eso.
-¿Por qué?
-¡Porque no! – gimió con desconsuelo.
Luego de que ella se sentara, Thomas se acercó y miró una placa que daba reconocimiento a Sarah Villareal, se volvió a mirarla, estaba más atractiva que nunca, su cabello dorado caía un poco por debajo de sus hombros, estaba igual de esbelta en su cintura, a pesar de que su cuerpo estaba más exuberante. Esos hermosos ojos verdes, su generosa boca. Era realmente hermosa.
-Me costó mucho trabajo encontrarte – empezó él, para romper el largo silencio que se había instalado entre ellos- Estás muy pálida, ¿Quieres algo?
-No. . . no quiero nada – dijo con voz temblorosa
-¿Por qué todo dice, Sarah Villareal?
-Porque, ése es mi nombre- dijo suavemente.
-Ambos sabemos que eso no es cierto Sarah, eres Sarah Ávila – dijo frunciendo el ceño.
-Lamento que te hayas perdido tantos años de mi vida, pero ahora - levantó la mano, para que pudiera ver el anillo de bodas – ahora, soy Sarah Villareal.
-¿Te casaste? – parecía muy sorprendido.
-Por supuesto, que pensabas que haría?, ¿ qué me sentaría lo que me quedara de vida a esperarte?. . . ¡tú me abandonaste! – le acusó con lágrimas resbalando de sus ojos- jamás volviste, ¿ pretendías que te esperará?, estaba destruida, solo tenía diecinueve años, ¡ los estaba cumpliendo!, yo me entregué a ti sin reservas, y tú. . . tú me dejaste, cuando más te necesitaba.
-No esperaba encontrarte casada Sarah, sé que me fui sin dar explicaciones, pero. . .
-Yo tampoco esperaba que te casaras – dijo defendiéndose, estaba muy dolida, sentía que el dolor y la frustración la consumían, quería gritar, llorar, golpearlo. . . ¡ quería morirse!
-¿Qué? – preguntó frunciendo el ceño
-¿Me vas a negar que te casaste?
- Por supuesto que no, Sarah.
-Serías demasiado cínico si lo hicieras, dos años después de que te fuiste, leí un reportaje en la prensa internacional, donde te reconocían como el dueños de la empresa petrolera más importante de al menos cuatro países.
-Yo. . .
-Un año después, vi otro reportaje donde estaba anunciando " la boda del año", si mal no recuerdo- Sarah cerró los ojos buscando en su memoria- Melanie. . . Melanie Tylor, convertida en la señora de Zuloaga, la esposa del multimillonario más importante del momento, era eso lo que decía el reportaje, ¿cierto?
-Si – sus palabras fueron un susurro- la verdad, es que tienes muy buena memoria. . . déjame explicarte- ella se puso en píe, rodeo el escritorio, se sentó sobre el mismo, cruzó su brazos a la altura de su pecho, echó la cabeza hacia atrás, y lo encaró.
-A ver, señor Thomas Zuloaga – suspiró Sarah - ¿qué tiene que explicarme?, soy toda oídos – el dejo de sarcasmo en su voz, parecía indicar que nada de lo que dijera iba a cambiar las cosas, Thom tomó aire, intentando hacer un esfuerzo y se dispuso a relatar.
-Estabas cumpliendo diecinueve años. . .
-Y ahora vuelves cuando cumplo veintisiete – dijo irónica
-Deja que te explique Sarah, estabas de cumpleaños y recibí una llamada, en la cual me informaban que mi padre estaba a punto de morir, bien sabes que mi madre murió siendo yo un adolescente, no podía soportar la idea de perder también a mi padre – su tono era muy triste- luego del viaje, por alguna razón no pude comunicarme contigo, el teléfono de tu casa sonaba desconectado.
-Nos mudamos, me encontraba en una situación difícil, estaba. . .
-Luego – la interrumpió - mi padre fue mejorando, cuando estuvo bien volví y no te encontré, te busqué como loco y me fue imposible dar contigo – mi padre tuvo una recaída y esta vez sinceramente lo creí en su lecho de muerte. . . dijo que no quería dejarme solo. . .yo le dije que no lo estaba, que solo debía encontrarte – el corazón de Sarah se oprimió de dolor- mi padre me rogó que me casara con Madeline – los ojos de ella se abrieron desmesuradamente sin ocultar su sorpresa.
-¿Tú?. . . ¿Un hombre cómo tú?. . .¿te casaste para darle gusto a tu padre?
-No tuve más opción, me obligué a no negarle su última voluntad, quise darle el placer de verme casado antes de morir, aunque yo fuese realmente infeliz con esa decisión. Después de ocho meses de matrimonio, mi padre murió. Madeline siempre estuvo interesada en mí, y quiso preservar el matrimonio, pero yo me negué, no le amaba, mi padre ya no estaba, no había nada que me atara a ella, por eso me divorcié, volví y te busqué Sarah, te busqué por todos lados - explicó con desesperación- pero fue inútil no te conseguí, es hasta ahora que doy contigo.
-Yo. . .yo siempre pensé que. . . que me habías abandonado.
-¿Cómo podría abandonarte, pequeña? – se acercó y la estrechó entre sus brazos - ella quiso sollozar, besarlo, decirle que siempre había estado en sus pensamientos, que a pesar de esos ocho años de distancia, aún lo amaba, pero su amor ya era imposible, reunió todo su valor y se alejó.
-Yo. . . yo lo lamento, Thomas - le mostró ambas manos en señal de impotencia – pero esto ya no tiene solución.
-Sarah. . .
-No Thom – se giró para no verle la cara, quería evitar ver sus ojos – yo . . . – suspiró – yo estoy casada.
-Eso tiene solución – aseguró.
-No – gritó- no me puedo separar, mi esposo es un buen hombre, es más que eso, un hombre maravilloso, me ama, tenemos ocho años casados y. . .
-¿Ocho años? – gimió- eso quiere decir que te casaste a penas me fui.
-Tuve una muy buena razón, créeme. . .además pensé que me habías abandonado.
-Pero no lo hice – él le dio la espalda y golpeó levemente la pared.
-¿Qué sucede Sarah, hay algo más que yo debería saber?
-Tengo una hija – dijo sin aliento- Thom se volvió brusco, con los ojos muy abiertos, le era difícil creer lo que sus oídos estaban escuchando.
-¿Qué? – dijo con voz amarga.
-Lo que escuchas, y. . . antes de ser mujer e irme contigo, soy madre y escojo quedarme con mi hija.
-Dime la verdad, Sarah. . . ¿Amas a tu esposo?
-Sí, lo quiero.
-No, no te pregunte si lo querías, uno quiere muchas cosas, quiere a los amigos, una prenda, un viaje. Te pregunté específicamente si lo amas, dime si lo amas – exigió saber.
-No puedo decir que lo amo, porque no es cierto, pero lo quiero muchísimo, es un excelente padre, un esposo maravilloso, no me puedo quejar, he tenido suerte de encontrarlo cuando tú me faltaste.
-Ya basta de reproches, Sarah – dentro de él crecía una furia y unos celos que lo consumían- se me hace difícil – apretó ambos puños a los lados – imaginarte en una cama haciendo el amor con otro hombre.
-Para mí también fue muy difícil – sollozó – muy duro imaginar que otra mujer estaría en tus brazos, siendo tuya, me destrozaba imaginar que le estabas haciendo el amor a otra mujer que no era yo, me dolía que esa mujer ocupara mi lugar en tu cama. . . y en tu vida. Estoy casada desde hace ocho años, ¿qué pretendías?¿ qué se supone según tú, que debería haberle inventado a mi esposo cada vez que nos íbamos a la cama?, ¡ qué me dolia la cabeza?, ¿ que estaba indispuesta?
-Sarah. . .
En ese preciso momento sonó su teléfono móvil, Thomas dejó escapar una leve maldición Sarah se secó las lágrimas y se apresuró a tomar la llamada.
-¿Bueno?
-Señora Villareal, soy Carlos. . .el chofer.
Si Carlos. . .¡Sucede algo con la niña?
-Está enferma, señora.
-¿Qué le sucede? – preguntó temblando de miedo.
-Ha tenido mucha fiebre, estamos cerca de su despacho y ella insiste en verle.
-Tráela de inmediato, por favor – suplicó
-¿Qué sucede, Sarah?
-Mi hija está enferma e insiste en verme, le he pedido a Carlos que la traiga- dijo jugando nerviosa con su manos e implorando a Dios que nada malo le sucediera a su pequeña.
- Todo estará bien – aseguró.
-Eso espero – rogó ella angustiada.
-Me gustaría conocerla.
-No, Thomas – tragó el nudo que se hizo en su garganta- será mejor que te marches. . . hablaremos en otro momento.
-No Sarah, me quedaré, deseo conocer a tu hija, quizás me enamore profundamente al ver a una mini Sarah, sería increíble que se pareciera muchísimo a ti.
-Se parece a su padre – él hizo una mueca decepcionado.
- Igual es tu hija, me encantará conocerla!
-¿Quién le diré que eres? – preguntó nerviosa.
-Un amigo. . .un viejo amigo.
Era un hombre de un físico impresionante, era imponente y endiabladamente sexy, hermoso ojos azules que parecieron intensificarse con el pasar de los años, un cuerpo musculoso y estrechas caderas, facciones hermosas pero fuertes. Era todo lo que prometía ser cuando solo tenía veintiún años.
-No creo. . .
-No insistas Sarah, aquí me quedaré sentado, esperando conocer a esa pequeña.
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Thomas tomó asiento, al Sarah entender que no lograría persuadirlo, suspiró resignada.-¿Algo de beber?-Un wisky estaría muy bien – Sarah se acercó al interlocutor y recordó que estaba dañado, caminó hasta el umbral de la puerta y llamó a su secretaría, la cual entró casi de inmediato.-Julia, por favor, trae un wisky para el señor, y un jerez para mí- Julia le miró completamente extrañada. Sarah nunca bebía en la oficina.-Si, señora.-Carlos traerá a Nathasha, como el interlocutor no sirve, hazle pasar de inmediato.-De acuerdo, señora- y sin más que agregar se marchó-Nathasha, es un lindo nombre – dijo Thom, cuando volvían a estar solos- siempre pensé que tus hijos serían los míos, es lamentable que el destino se haya encargado de qu
Luego de una pequeña celebración, junto con los amigos más cercanos, su hija, su esposo y el servicio. Había visto que Nathasha estaba muy intranquila, ya era tarde así que la llevó a dormir, se duchó. Al salir del cuarto de baño notó que Roy no estaba, así que cuando él entró a la habitación ya Sarah estaba lista para ir a la cama, estaba realmente agotada, había sido un día. . .¡qué día! Pensó, su cuerpo reclamaba descanso, Roy la estrechó y le depositó un fuerte beso en los labios, besó con delicadeza su cuello, inevitablemente se estremeció, Sarah pudo descifrar que Roy tenía deseos aquella noche, pretendía hacerla suya y evidentemente no tenía excusas para negarse. Se apartó y la miró directamente a los ojos.-Tengo un regalo para ti.-¿Otro?-Sí – fue a la mesa de noche y trajo en sus manos un estuche largo de terciopelo negro – ábrelo.-¿Qué es? – trató de fingir emoción, pero en lo único que podía pensar era en el regreso de Thom, lo cual la hacía sen
-¡Thom!-Hola, preciosa- traía un ramo gigantesco con muchos globos y dos cajas de chocolate, Sarah se puso en pie.-Viniste a verme, Thom.-Claro que sí, princesa. . . te traje chocolates.-¿¡Chocolates?! - dijo la pequeña extasiada.-Sí, pero no podrás comerlos por ahora – la pequeña hizo un puchero, Thom ubicó el arreglo floral y los chocolates de la pequeña. – Estos son para ti, Sarah – le tendió una caja de chocolates, ella le miró sorprendida, no sólo porque le trajera su golosina favorita, sino porque recordara cuales eran sus favoritos, eso la conmovió a lo sumo.-Muchas gracias.-Espero todavía te gusten.-Hasta el día en el que muera – le respondió con una tímida sonrisa.-Thom, Thom. . .me operaron de una tripa – intervino la niña. Ambos se giraron hacia ella sonriendo.-No es una tripa Thasha, se llama apéndice. – dijo su madre sonriéndole.-¡A ver!. . . ¿dónde fue esa operación, preciosa? – la niña
Solo había pasado una hora desde que Thom se marchara, cuándo un llamado a la puerta la sacó de la conversación con su hija.-¡Adelante! – esta vez fue Raymer quien apareció en el umbral de la puerta con un osos gigante que impedía ver su rostro, puso una voz muy aguda y dijo:-Hola, he venido en busca de la princesa más hermosa, en busca de la mujer de mis sueños. . .¡en busca de mi novia!- Sarah dejo escapar una sonora carcajada. Su cuñado era un hombre increíble, constantemente dejaba en claro el amor tan enorme que sentía por su sobrina, la llenaba de regalos pero sobretodo de atenciones y tiempo. . . Tiempo, el mejor bien que se puede obsequiar, tiene mucho valor porque no cualquiera regala algo que jamás podrá recuperar.-Creo que se ha equivocado de habitación, o que busca a mi mami, porque yo no tengo novio. . . estoy muy chica- dijo la niña frunciendo el ceño.-Oh sí. . . es a ti a quien busco, tú eres mi princesitita, la princesa más chiquita de mi
-Es una cadena hermosa- le decía Ray a la niña cuando ella volvió a su habitación, el corazón de Sarah se detuvo. De acuerdo, se obligó a recordar cómo respirar, ya que sintió cómo el oxígeno dejaba de llegar a su cerebro.-Gracias, tío Ray. . . fue un regalo de Thom, un amigo de mi mami- dijo con inocencia, sin imaginarse todo lo que desataría con aquellas palabras.-¿Thom?- preguntó él con la mirada ceñuda, mientras miraba a Sarah y ella sentía que se ruborizada violentamente. Ray lo sabía todo, él era una especie de confidente, era su mejor amigo, quién le daba consejos, quien la reprendía, quién la hacía pisar tierra. . . Ray era su cómplice- ¿Thom, es quién yo creo, Sarah?-Si- asintió avergonzada y tratando de controlar su respiración levemente agitada- lo es, cariño.-Tenemos que conversar- dijo muy serio Raymer y ella asintió.-Lo sé, a penas tengamos un tiempo te lo contaré. . . te lo prometo.-Y yo te tomo la promesa- le dijo mientras la
Tres días después de la operación, ya Thasha estaba en casa y todos estaban felices de tenerla de vuelta. Raymer, decidió quedarse a pasar un tiempo con ellos y evidentemente Nathasha estaba más feliz que nunca ¿ quién lo diría?, una apendicitis la llevó a recuperar a su adorado tío. La cena se llevó a cabo en silencio, hasta que Roymer decidió hablar.-Tengo una noticia muy importante que darles.-¿Qué sucede hermano?-Tengo que salir a un viaje de negocios, debo viajar a Rusia, tendremos una reunión con su presidente.-¿Te vas, papi? – preguntó la niña triste.-Si cariño, pero intentaré volver pronto- le aseguró mientras le dedicaba una hermosa sonrisa.-¿Me traerás regalos?- le preguntó con una enorme sonrisa en sus labios- en Rusia deben haber cosas bonitas que puedas traerme.-Por supuesto que sí, princesa. Te traeré muchísimos regalos- la miró con adoración.-¿No dices nada, cuñada?- preguntó Raymer.-Me he qued
ATENCIÓN LECTORAS**ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS PARA ADULTOS, CON ESPECIFICACIONES SEXUALES, EN CONSECUENCIA SE RECOMIENDA LA LECTURA SOLO A MAYORES DE EDAD!!**********************************************************************************************Sarah estaba enfrascada estudiando el divorcio del matrimonio Rembber, estaba analizando las posibilidades de la distribución de los bienes pertenecientes a la sociedad conyugal, tomando en cuenta que tenían tres hijos, la causa de éste divorcio era, que el marido había fallado a su esposa de más de veinte años, con una chica mucho más joven que él. El timbre sonó y ella se sobresaltó pensando <<¿quién podrá ser?>>, decidió ignorar el llamado, pero el timbre volvió a sonar. El apartamento no era para nada grande pero s
En medio del adormecimiento, Sarah escuchó que un celular no dejaba de timbrar, abrió los ojos con letargo hasta que estos se acostumbraron al sol, se descubrió envuelta en los fuertes brazos de Thom y sonrió, se movió lentamente para no despertarlo, él suspiró y se giró dándole la espalda dejándola en libertad, ella se sentó en la cama y extendió la mano para tomar su celular.Al mirar la pantalla no pudo evitar sentir que la culpa recorría hasta el último y recóndito centímetro de su piel.Se giró para ver a Thom quién le mostraba su perfil; dulce, tierno aún cuando dormía, seguro de sí mismo, el cabello revuelto haciendo contraste con la blancura de la almohada y de las sabanas, un suspiro escapó de sus labios. ¡Realmente amaba a ese hombre!-Hola Roy – dij