Capítulo 58

Nathan

Salí de la casa, me dirigí al auto y me senté detrás del volante temblando. Por un momento, dejé de ser el hombre de treinta y seis años y volví a ser aquel muchacho de dieciséis que tomó una decisión desesperada.

Respiré hondo y dejé escapar el aire en un resoplido lento. Cuando me sentí calmado, llamé a Joss y le pedí que me ayudara a contratar un equipo de vigilancia. No me fiaba de Herman ni de Alda, no correría el riesgo de que desaparecieran una vez más. Le advertí que era urgente, que no me movería del lugar hasta que alguien llegara. Él aseguró que, en menos de una hora, lo tendría resuelto.

Justo como prometió, antes de que se cumpliera el plazo, me llamó para decirme que podía irme, que el equipo había llegado. Miré alrededor y vi una furgoneta con vidrios tintados estacionada en la esquina. Encendí el auto y me fui al hotel esperando que Herman se comunicara conmigo como le indiqué. Si no lo hacía, sería razón suficiente para dudar de su palabra.

Volví al hotel y pa
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