El chico rabea solo, entre el escaso sol y el viento del campo en Mitchelstown, una localidad en el condado de Limerick, Irlanda, y el castigo que su madre le ha impuesto solo por ser… libre, su vida la considera un asco.
Lo ha enviado con su amiga, Deidre, para que le ayude con el trabajo en una pequeña granja que esta ha adquirido a las afueras de la ciudad. Debe limpiar la suciedad de los animales, alimentarlos, pasear a los caballos, ordeñar a la vaca y ocuparse de sí mismo.
En esta casa no hay sirvientes, Deidre y Liam decidieron que esa sería una casa de relajo, para escapar de la ciudad, pero también una casa de castigo.
Al menos Agustín no está solo, su primo Connor está con él, también bajo castigo por dedicarse a las fiestas en lugar de estudiar.
-No puedo más, esto para mí es demasiado.
-¿Qué harás, primo?
-Llamaré
Miro por la ventana, pensando en mi dolor.El haber perdido a mi padre me ha hecho sentir solo, pasaba la mayor parte del día con él, dirigiendo la empresa, escuchando sus consejos y sus regaños por mi “vida loca”.No puedo evitar dejar salir un par de lágrimas pensando en la falta que me hace. Puede parecer estúpido, ilógico, infantil, tengo treinta y cinco años, pero hoy mejor que nunca entiendo esa frase “los padres siempre hacen falta”.Suspiro con pesadez, quisiera tener a alguien que me ayude en este momento, pero estoy solo. Mi hermana está en casa, viviendo a su propia manera el dolor y, aunque he vivido los últimos diecisiete años acompañado casi todas las noches, es cierto que han sido compañías vanas, sin sentido.Podría ver ahora mi agenda y ninguna de ellas sería capaz de levantarme el ánimo, de sacarme de mi
Llego a mi bar preferido, aquel donde puedo ser yo mismo, un hombre de treinta y tres años, libre, soltero, amante de las mujeres, la diversión y lo simple que es pasarla bien.John, el guardia de la puerta me sonríe nada más verme, dejándome pasar de inmediato.-Luca, hace varias semanas que no te veía por aquí – me dice con un fuerte apretón de manos -.-Bueno, no había conseguido llegar hasta aquí, ya sabes – le guiño un ojo y se ríe muy alto -.-Pobre hombre, al que las mujeres no lo dejan si quiera caminar.-¿Algo bueno esta noche?-Rubias, castañas, morenas, delgadas, rellenas, altas, bajas, ojos azules y castaños…-Creo que otra vez me quedaré con ganas de una pelirroja con ojos azules.-Algún día tu fantasía se hará realidad, pero me temo que no te va a gustar, po
Massimo Cavalcanti me espera con una enorme sonrisa, pienso que todo lo que me ha dicho es para advertirme algo muy grande. Bajamos hasta el estacionamiento, subimos a su auto e iniciamos el recorrido en silencio. Hasta que en un semáforo me mira y suelta el aire muy cansado.-Carson dejó la vicepresidencia. Su mujer está enferma y se retira para cuidarla.-Entonces, debemos decidir quién ocupará su puesto, tenemos personas muy capacitadas para ese puesto, ¿para eso es la junta directiva?-Sí, hoy mismo debe salir su reemplazo, yo no puedo con todo esto solo, ya no tengo la energía para eso.-Tranquilo, padre, ya verás que tendremos la solución a esto antes de que quieras lanzar una silla.-Jajajaja, jamás he hecho eso.-Pues por eso, vamos, ya nos dieron verde.Seguimos el camino hasta la empresa, comienzo a repasar los nombres de los posibles sucesores, has
-¡Luca! ¡Luca! – mi padre viene gritando quién sabe desde dónde -. ¡¿Dónde está ese bribón?!Se abre la puerta de golpe, trato de mantenerme impasible, concentrado en los documentos que estoy revisando. Pero el que desaparezcan de manera intempestiva de mis manos me dice que mi método de disipación de ira esta vez no funcionó, mi padre golpea la mesa, lo que me sobresalta y me acurruco un poco en mi silla, jamás lo vi tan molesto.-¡Luca Cavalcanti, si yo tuviera cinco años menos, te tendría recostado en mis piernas dándote unas buenas nalgadas!-¿Y ahora que hice?-¿Qué hiciste? ¡¿Qué hiciste?! Tienes treses meses en tu puesto y han pasado diez asistentes, todas se van por involucrarse con su jefe ¡Contigo!-No es mi culpa, ellas se me lanzan y yo no soy de fierro…-No
Me arreglo el traje y me dirijo a la sala de conferencias, donde está convocado todo el consejo directivo de la empresa, hay situaciones que enfrentar, porque si no se hace ahora, más adelante será un problema aún más grave.Todo lo que tengo que hacer es lanzar la bomba y rematar a los heridos, ¿la bomba? Mi asistente. Los heridos, pues solo Melvin.En el camino me encuentro con mi padre, Emily está en la sala, ordenando unas carpetas con información relevante. Mi padre la ve y me da un codazo.-Si te involucras con ella, sería la primera vez que no me molestaría contigo – lo miro sorprendido y me guiña un ojo -. Se le nota que es muy dedicada, inteligente y que te hará la vida imposible.Suelta una carcajada por mi cara de horror y entra a la sala, saluda a Emily, quien le ofrece café con caramelo, un punto más a su favor, porque es el favorito de mi
Se me parte la cabeza, llegué a casa a las cuatro de la mañana, luego de una fiesta espectacular y de ganarme una sesión candente con una de las amigas de Franco.La inolvidable Maggie, una despampanante rubia, de unas curvas exquisitas, piel suave y blanca, pero esa boca… nada más recordar lo que esa boca sabe hacer, mi amigo se levanta. Veo la hora, he dormido solo dos horas, pero me siento repuesto. Me incorporo en la cama y sonrío, sin razones.Me voy a la ducha, para quitarme el aroma de la noche, pero para poder despertar mejor le doy al agua fría antes de salir. Me visto con un traje de tres piezas negro, camisa blanca y una corbata de color rojo, muy parecido al cabello de mi asistente, vuelvo a sonreír ante su recuerdo. Esa chica un día me va a despedir y se quedará en mi puesto.Me voy a la cocina, cojo el café recién hecho y lo pongo en un vaso térmico, quiero s
Es imposible para mí quitarme la cara de sueño, el hotel Hyatt fue la primera parada de un fin de semana reventado. Tres chicas diferentes, para cada noche, me dejaron exhausto. Agradezco que hoy no hay mucho que hacer, por lo que me decido adelantar todo para la mañana y por la tarde escapar de la oficina temprano, solo quiero mi cama.Cuando llego al piso donde se encuentra mi oficina, veo a Emily y me quedo petrificado. De arriba hacia abajo, esa mujer se ve bellísima, lleva un moño alto con mechones de cabello sueltos, dándole un aspecto descuidado y joven. Unas argollas medianas en sus orejas y una fina cadena adornando su cuello. Un vestido blanco ajustado a su figura hasta la altura de las rodillas, con una chaqueta azul marino sobre él con mangas hasta el codo, y unos tacones de trece centímetros del mismo color de la chaqueta.Como si no hubiese tenido suficiente el fin de semana, mi amigo pelea por levan
Me despierto bastante repuesto, algo que hace mucho no sentía. Me llega un aroma especial, levanto un poco la cabeza y veo que la chaqueta de Emily está sobre mí. La tomo y la llevo a mi nariz, su aroma es delicioso, huele a perfume y a ella.Me siento un momento, no estoy mareado ni nada, en verdad he recuperado gran parte del sueño que no tuve el fin de semana, por lo que debo suponer que mi cuerpo lo pedía a gritos.Salgo de mi oficina, abrazado a la chaqueta de Emily, cuando la veo parada, con los brazos descubiertos, el vestido se le ajusta perfecto y la vista trasera… mamma mìa. La escucho que ordena mi comida favorita, cuelga el teléfono y yo me aclaro la garganta, pero ella ni se inmuta.-Veo que ya despertó, ¿consiguió descansar? – me dice sin mirar -.-Sí, aunque se supone que ese chocolate me mantendría más despierto que un café.-Bueno, no hace milagros. Si eso no lo mantuvo despierto, entonces un café menos – se giro y veo su cara de sorpre