Me despierto bastante repuesto, algo que hace mucho no sentía. Me llega un aroma especial, levanto un poco la cabeza y veo que la chaqueta de Emily está sobre mí. La tomo y la llevo a mi nariz, su aroma es delicioso, huele a perfume y a ella.
Me siento un momento, no estoy mareado ni nada, en verdad he recuperado gran parte del sueño que no tuve el fin de semana, por lo que debo suponer que mi cuerpo lo pedía a gritos.
Salgo de mi oficina, abrazado a la chaqueta de Emily, cuando la veo parada, con los brazos descubiertos, el vestido se le ajusta perfecto y la vista trasera… mamma mìa. La escucho que ordena mi comida favorita, cuelga el teléfono y yo me aclaro la garganta, pero ella ni se inmuta.
-Veo que ya despertó, ¿consiguió descansar? – me dice sin mirar -.
-Sí, aunque se supone que ese chocolate me mantendría más despierto que un café.
-Bueno, no hace milagros. Si eso no lo mantuvo despierto, entonces un café menos – se giro y veo su cara de sorpre
Decido salir temprano de casa, quiero pasar por unas flores para Emily, espero que no sea alérgica o que no sea de esas mujeres a las que no le gustan las flores. Como sea, tomo mis llaves y me dirijo a la puerta sin parar de sonreír.Pero, en cuanto abro la puerta, me encuentro a Maggie a punto de llamar a ella, frunzo el ceño, porque no me esperaba esto de su parte, me siento acosado. Además, la única mujer que ha entrado a mi departamento es mi hermana por razones obvias. Si dejo entrar a una mujer a mi refugio, no saldrá más.-Maggie…-Hola, Luca, perdona por venir aquí así – dice medio avergonzada, pero no lo creo, no de ella -. Es que, como me dijiste que no tenías planes porque estabas cansado, vine a verte.-Lo siento Maggie, si tenía planes, te dije que hoy descansaría de las fiestas, pero tengo un compromiso importante con alguien muy especial.<
Han sido dos semanas terribles para mí, en especial para mi estómago.Dejar plantada a Emily me ha significado pedirle perdón de todas las formas posibles. Pero, tal como ella lo dijo, mientras le pida perdón no lo hará.A cambio, he recibido su indiferencia total, además de croissants con laxante, café salado, pastas picantes… pero, si estaba dispuesto a una patada en los bajos, esto puedo soportarlo.Por otra parte, me alejé de la vida bohemia. He cancelado todas las salidas y fiestas estas dos semanas, solo he asistido a los eventos corporativos, lo que me ha dado una inusual energía, para encausarla volví a utilizar el gimnasio que tengo en casa, me siento medianamente más feliz, pero no lo suficiente.Llego como cada mañana, llego y la veo en un vestido blanco, pero este es diferente, es de un corte princesa hasta bajo las rodillas, se ve como una niña b
Se demora unos segundos en darse cuenta de que no soy un espejismo, la veo apretar la mano del tipo.-Lu… Señor Cavalcanti.-Dejemos los formalismos, Emily – aparece un mesero para ofrecerme algo de beber -. Un cabernet sauvignon… no, mejor un jugo de naranja, gracias – dirijo mi vista a ella, que sigue prendida del gorila irlandés y mi furia crece aún más -. Bueno, todavía espero. Mientras antes me des mis cosas, antes podrás seguir en tu cita.-¿Él es el hombre del que me hablaste?-Sí, él es mi jefe.-Así es – miro al hombre desafiante -, soy su jefe, me ve a diario.-Luca, ¿cómo supiste dónde estaba?-Verás, mi querida Emily. Cuando me desperté y vi todo oscuro, me sentí desorientado. Quise salir de mi oficina, pero ¡sorpresa! – alzo los brazos y ella se sonroja -, no podía sal
Estas semanas han sido un sube y baja con Emily. No puedo evitar querer disfrutar de la vida, de mis amigos, me escapé a un par de fiestas, una de ellas sin que ella supiera, pero siempre hay alguien que suelta la lengua.Además, creo que esas ganas de querer tener un acercamiento a ella, se debe a que he estado con todos los tipos de mujeres, excepto con una pelirroja. Esa era mi fantasía y supuse que, si al menos la podía besar, me sacaría el gusto.Lo más difícil de todo fue su venganza, una total y absoluta indiferencia, preferiría mi dulce favorito con laxante, antes que ella ni siquiera me mire.Voy saliendo de mi oficina, que mantenía con la puerta abierta, pero antes de hacerlo por completo, me detengo al escuchar a Emily hablar con alguien más.-Hoy, en cuanto me vaya de aquí, viajaré rumbo a Constitución, allí tiene una cabaña una amiga que hac
El movimiento se me hace eterno, al igual que los gritos de la gente por todos lados. Con el pie sujeto la puerta para que no se cierre, mientras mi padre me grita por el teléfono.-¡Luca, ¿sigues ahí?!-S-sí, sí aquí estoy… padre, necesito ayuda, Emily… esto es grande y va a traer consecuencias peores.-¿A qué te refieres?-Sumatra, 2004, ¿recuerdas? Y Emily, ella está frente al mar, padre…-En cuanto pare, baja por las escaleras lo más rápido que puedas y vente a la casa. Desde aquí buscaremos la manera de ir por ella, pero te quiero aquí lo antes posible.Pero antes de que pueda responder, se corta la comunicación. El movimiento sigue unos minutos más y para. En cuanto eso sucede, alumbro con mi teléfono y saco de un cajón de la cocina dos linternas cargadas, una radio portátil para buscar not
Salimos de la casa de mi padre justo cuando se comienzan a ver los primeros rayos del sol, se nota que hoy hará mucho calor, aunque estemos finales de febrero.Le pido a Henry que encienda la radio y el panorama es desolador. Tras el terremoto, se cortaron muchas de las comunicaciones, incluso las de radio porque las antenas sufrieron daños, se le dijo al gobierno que no había riesgo de tsunami y no alertaron a las personas del peligro a tiempo.“-El panorama es desolador, mi gente – dice con la voz apagada el locutor -. Tenemos reportes de tsunami en gran parte de la costa de la zona sur y central. Nos han llegado imágenes y llamados desde Concepción, Pichilemu, Talcahuano, Iloca, Constitución…”-No… no, no, ¡no!-Luca, cálmate…-¡¿Cómo me pides eso?! Ella, papá…-Vamos con rumbo a casa de sus padres, les pediremos la direcci&
Llegamos a la oficina, he llamado a Emily para decirle que viniera más tarde, pero su teléfono sigue apagado. He venido con ropa informal, porque debemos limpiar y ordenar, esto es algo que debemos hacer entre todos y los títulos hoy no valen.-¿Crees que vendrá? Hoy tenía libre – me dice mi padre -.-Me dijo que sí, confío en ella.Y nada más se abren las puertas del ascensor la veo dando órdenes a varios de los muchachos, mientras ella misma limpia algunos de los escritorios. La veo en un buzo deportivo, sin tacones, sin maquillaje y por primera vez puedo observar sus lindas pecas que adornan su rostro.-Buenos días, señores Cavalcanti – dice organizando un archivero -. Ya envié a alguien para que ordenen su oficina, señor Massimo – le dice extendiendo su mano para saludarlo -. La tuya, espera a que tú mismo lo hagas, nos falta mucho person
Han ido pasando las semanas y mi relación con Emily, esa amistad con miras a algo más, se ha ido fortaleciendo. Hoy le tengo una sorpresa, espero que le guste porque de otra manera, me muero de pena.Salgo para invitarla al cine, pero uno bastante especial. Está hablando por teléfono, me quedo detrás de ella, para no interrumpirla, pero en pocos segundos me doy cuenta de que fue un terrible error.-No bromeo, quiero verte. No me imagino a Aidan Cahill con el cabello más largo que dos dedos. Bueno, pues te digo que sí, ya no me cubro las pecas, resulta que a alguien le gustan – sonrío con satisfacción, ese alguien soy yo -. ¡Oh, Aidan! Eso no te incumbe, yo no quiero saber si tú has dormido con algunas muchas mujeres luego de mí, lo que pasa en tus pantalones no me interesa. Bueno, tal vez uno o dos… - no puedo soportar que le cuente esas cosas, las que a mí no me ha d