Hoy es un día muy especial.
Mi chica no lo sabe, pero será una noche inolvidable. Tengo el departamento arreglado, con ayuda de una amiga de Pía hemos decorado para la ocasión, quien resultó ser la novia del hijo de un socio comercial. Ambos son agradables y, en vista de que mis suegros no quisieron venir y Liam, por más que lo intentó, no consiguió viajar, un par de amigos que nos celebren no viene mal.
Mi chica está hermosa, con una linda trenza pelirroja en un costado y un vestido azul marino camina por el departamento con libertad, como lo que es, la absoluta dueña de este lugar y mi corazón.
Un servicio de catering se hará cargo de la comida, hemos dispuesto la vajilla en la enorme mesa del comedor.
Llegan mi hermana con Alex, Emily los saluda con mucho cariño, en especial a Pía con quien han creado un lazo bastante fuerte desde el ataque que sufri&oacut
Estoy en mi oficina esperando por una reunión con proveedores de insumos, pero la verdad es que me provoca estar en mi cama, porque no me siento nada bien. Emily entra para decir que ya me esperan en la sala contigua y hago un enorme esfuerzo para ponerme de pie.Saludo a cada uno, entre ellos está Gabriel Manterola. Pía conversa con él animadamente, ya que ella es quien ha tomado la vicepresidencia.No puedo evitar sonreí al pensar que mi hermana se las dio de escapista, huyendo enojada de Alex porque lo creyó un traidor, luego me lo llevé a Italia para sacarle celos a mi hermana y le dije que la hiciera sufrir un poco, que los demás nos encargaríamos de hacerle dar cuenta de su error. Y resultó.Pero lo mejor de todo, fue el regreso, porque tras casi dos semanas lejos de mi chica, nos encerramos tres días en mi departamento, no salimos para nada porque me aseguré de abastecerme
Estamos en la sala de reuniones al costado de mi oficina Pía, Emily y yo, ordenando algunos documentos, mientras yo disfruto de la conversación de mis mujeres.-Creo que el último mes lo dedicaré a dormir – dice Pía -. Porque serán dos príncipes que me despertarán sin consideraciones.-Yo ya me hice la idea de que al nacer nuestro hijo, además de amamantar, haré mil ejercicios. Voy a terminar como vaca y tu hermano no me detiene al comer.-Pero mi vida, si te digo que no, te molestas conmigo – le digo afligido -.-¿Me prefieres gorda o enojada?-Yo…Pero un ruido en mi oficina nos silencia, la puerta había quedado cerrada y nadie debería entrar. Me pongo de pie, Pía me sigue.-Aprovecho de ir al baño, estos niños presionan mucho la vejiga.Salimos de la sala a la oficina riendo, dejo que Pía
Estamos en un día de fiesta, sin embargo, no está ajena a los conflictos. O lo estaba. Me miro al espejo, con mi traje de novio y sin dejar de pensar en que me casaré con una mujer maravillosa.Sonrío como bobo, pensando en su carácter, en especial porque ni su familia se le escapa.1 semana antes…-Hola hermanita – Liam está en una videoconferencia desde Irlanda -. Ya pongo a mis padres, te toca difícil.-Necesito que me ayudes, si debes intervenir…-Lo haré, pero no creo que lo necesites.Me toma la mano y yo le sonrío, para darle ánimo, mi chica tiene que defender su matrimonio conmigo. Sus padres han rechazado la invitación a la boda y lo han anunciado hace apenas unas horas, una semana antes de la boda, como manera de presionar que no la realicemos. Ahora mi chica se va a enfrentar a ellos.-Luca, ¿c
Salgo de una junta con socios bastante agotadora y me voy directo a oficina, suspiro y solo pido que se termine este día, para ir con mi esposa y cuidarla en los últimos días que quedan para dar a luz a nuestro pequeño Agustín.Llamo a Elia, la asistente que la reemplazará y que la misma Emily eligió para la tarea. Ella entra con su sonrisa cordial, con su libreta entre manos.-Señor Cavalcanti.-Elia, cancele todas las reuniones que me queden hoy, ya no aguanto más.-Ya no queda ninguna, señor.-Perfecto, entonces me voy – me pongo de pie y tomo mi chaqueta -. Desde este momento mi hermana queda a cargo de todo, nos vemos en tres semanas.-Que tenga un buen descanso señor y suerte.-Gracias.Salgo de la oficina con la chaqueta sobre mi hombro, veo que las puertas del ascensor se abren y aparece ella, la luz de mis tormentos. La misma que me envi
-Agustín… ¿dónde estás?Silencio.Sigo buscando a mi pequeño, quién se vuelve un torbellino cuando su madre no está en casa. Hago silencio y escucho su risita, proveniente de su habitación.-Pero ¿cómo? Acabo de revisar allí.Entro y comienzo a buscar, me arrodillo para ver bajo la cama, mas allí tampoco está. Vuelve a reír, entrecierro los ojos y no me creo que esté escondido allí.-Oh… creo que Agustín está… ¡aquí! – digo abriendo el closet, pero como me imaginé, no está allí -. Y no está… que pena, tendré que ir a comer galletas solo.-¡Galletas! – grita, saliendo del cesto de la ropa sucia, con la tapa de sombrero -. Quero galletas, papà carino.-Oh, ahí está mi hijo – voy a hasta é
El chico rabea solo, entre el escaso sol y el viento del campo en Mitchelstown, una localidad en el condado de Limerick, Irlanda, y el castigo que su madre le ha impuesto solo por ser… libre, su vida la considera un asco.Lo ha enviado con su amiga, Deidre, para que le ayude con el trabajo en una pequeña granja que esta ha adquirido a las afueras de la ciudad. Debe limpiar la suciedad de los animales, alimentarlos, pasear a los caballos, ordeñar a la vaca y ocuparse de sí mismo.En esta casa no hay sirvientes, Deidre y Liam decidieron que esa sería una casa de relajo, para escapar de la ciudad, pero también una casa de castigo.Al menos Agustín no está solo, su primo Connor está con él, también bajo castigo por dedicarse a las fiestas en lugar de estudiar.-No puedo más, esto para mí es demasiado.-¿Qué harás, primo?-Llamaré
Miro por la ventana, pensando en mi dolor.El haber perdido a mi padre me ha hecho sentir solo, pasaba la mayor parte del día con él, dirigiendo la empresa, escuchando sus consejos y sus regaños por mi “vida loca”.No puedo evitar dejar salir un par de lágrimas pensando en la falta que me hace. Puede parecer estúpido, ilógico, infantil, tengo treinta y cinco años, pero hoy mejor que nunca entiendo esa frase “los padres siempre hacen falta”.Suspiro con pesadez, quisiera tener a alguien que me ayude en este momento, pero estoy solo. Mi hermana está en casa, viviendo a su propia manera el dolor y, aunque he vivido los últimos diecisiete años acompañado casi todas las noches, es cierto que han sido compañías vanas, sin sentido.Podría ver ahora mi agenda y ninguna de ellas sería capaz de levantarme el ánimo, de sacarme de mi
Llego a mi bar preferido, aquel donde puedo ser yo mismo, un hombre de treinta y tres años, libre, soltero, amante de las mujeres, la diversión y lo simple que es pasarla bien.John, el guardia de la puerta me sonríe nada más verme, dejándome pasar de inmediato.-Luca, hace varias semanas que no te veía por aquí – me dice con un fuerte apretón de manos -.-Bueno, no había conseguido llegar hasta aquí, ya sabes – le guiño un ojo y se ríe muy alto -.-Pobre hombre, al que las mujeres no lo dejan si quiera caminar.-¿Algo bueno esta noche?-Rubias, castañas, morenas, delgadas, rellenas, altas, bajas, ojos azules y castaños…-Creo que otra vez me quedaré con ganas de una pelirroja con ojos azules.-Algún día tu fantasía se hará realidad, pero me temo que no te va a gustar, po