Massimo Cavalcanti me espera con una enorme sonrisa, pienso que todo lo que me ha dicho es para advertirme algo muy grande. Bajamos hasta el estacionamiento, subimos a su auto e iniciamos el recorrido en silencio. Hasta que en un semáforo me mira y suelta el aire muy cansado.
-Carson dejó la vicepresidencia. Su mujer está enferma y se retira para cuidarla.
-Entonces, debemos decidir quién ocupará su puesto, tenemos personas muy capacitadas para ese puesto, ¿para eso es la junta directiva?
-Sí, hoy mismo debe salir su reemplazo, yo no puedo con todo esto solo, ya no tengo la energía para eso.
-Tranquilo, padre, ya verás que tendremos la solución a esto antes de que quieras lanzar una silla.
-Jajajaja, jamás he hecho eso.
-Pues por eso, vamos, ya nos dieron verde.
Seguimos el camino hasta la empresa, comienzo a repasar los nombres de los posibles sucesores, hasta Marco entra ahí, pero como mi última opción.
Llegamos a la empresa, nos vamos directo a la sala de juntas, donde ya nos esperan para discutir la situación. Veo a mi hermana sentada al lado de su esposo, con su rostro radiante de felicidad, pero vestida como una cuarentona. Decido mejor no pensar en eso, beso la frente de mi hermanita y tomo asiento a la derecha de mi padre, como siempre.
Todos espera a que mi padre tome su lugar y él da inicio a la reunión.
-Muchas gracias por estar tan temprano aquí, buenos días. El tema de hoy es muy importante de tratar – hace una pausa y continua -. Ayer he tenido la desgracia de recibir la renuncia de Álvaro Carson, quien fuera nuestro vicepresidente desde hace quince años. Hoy, vengo a anunciar quién será su sucesor.
-Pensé que nos dejaría proponer algún nombre – pregunta Melvin, uno de los jefes de área -.
-Podría, siempre he sido partidario de la participación y la democracia, pero esta vez lo nombraré yo y sin derecho a discusión – si está tan decidido, lo más probable es que deje al mismo Melvin o a Marco -. Quiero que sepan que mi elección tiene relación directa con el futuro de esta empresa, cuando yo ya no esté, esa persona se hará cargo de la empresa en una sucesión inmediata e irrefutable.
-Entonces, tu elección debe ser la más acertada, padre – le dice Pía tomando sus manos -.
-Quiero presentarles al nuevo vicepresidente de Cavalcanti Moda – se pone de pie, mientras todos lo miran con tensión -. Luca, ponte de pie.
Me quedo helado, veo que te todos me miran, algunos incrédulos, otros con desconfianza y algunos con diversión, esas miradas se me hacen más doloroso que las otras, porque han de verme como una mala broma.
-Padre, no creo…
-Dije que mi decisión era irrefutable, ni siquiera tú la puedes cambiar, ponte de pie – hago lo que me pide -. Mi hijo Luca es quien heredará mi lugar cuando ya no esté aquí, tiene estudios de economía en una de las universidades más prestigiosas del país y un doctorado la Universidad de Harvard. Conoce el manejo interno de la empresa desde muy joven.
-Si me permite opinar – dice Melvin -, creo que su nuero estaría más capacitado.
-Por supuesto, pero él ya es un hombre de familia y espero que pronto vengan los nietos, así que no lo voy a recargar con trabajo corporativo. Luca es soltero, inteligente, con disponibilidad para trabajos extenuantes y variados, además de ser muy bueno con las relaciones públicas.
-Demasiado, se podría decir – dice Melvin por lo bajo, pero lo escucho perfectamente -.
-Quiero dejar claro que, si lo llamé fue para informar mi decisión, no para pedir su opinión, no está vez, como dueño y presidente de esta empresa tengo el derecho de elegir a quien será mi sucesor – mira a Melvin muy serio, el hombre se remueve en su asiento y evade la mirada -. Desde hoy mi hijo asume ese lugar y requiero que todos cooperen, entregando la información necesaria para que comience a trabajar. Espero el compromiso de casa uno de ustedes.
-Igual que el de tu hijo, que evidentemente no está en condiciones de quedarse, quién sabe hasta qué hora se quedó de juerga anoche – Melvin se pone de pie para abandonar la sala -.
-Detente ahí – dice mi padre con tono gélido-. La vida privada de mi hijo no es de la incumbencia de nadie.
-Ojalá que no la traiga aquí o en lugar de una empresa de diseño y moda, seremos un burdel carísimo.
El hombre sale cerrando la puerta tras de sí, todos miran sus manos y yo hago lo mismo. No entiendo nada de lo que ha sucedido, es como si le estuviera sucediendo a otra persona. Al menos llego a comprender que mi padre me ha respaldado.
-Bueno, esta reunión ha terminado. Pido que entreguen sus informes en tres horas más, si requieren más tiempo, le notifican a mi asistente.
Todos se ponen de pie y van saliendo, los únicos que se acercan a felicitarme son Pía y Marco, lo que agradezco enormemente porque me siento abatido, física y mentalmente.
-Hermanito, felicidades, eres perfecto para ese puesto.
-Yo no lo creo, pero gracias por tu confianza.
-Oye, nadie mejor que tú para eso.
-Pudo ser Marco.
-Prefiero seguir donde estoy, cuñado. Tengo más tiempo para mi bella esposa – la abraza y besa su cabello -.
-Pía, Marco, me dejan solo con Luca por favor – ambos se van y mi padre me mira muy serio -. Luca, si te elegí para esto es por dos razones – toma asiento y su mirada se suaviza -, primero, te necesito aquí, para que aprendas a llevar la empresa de la forma más cercana posible para cuando yo falte.
“Segundo, esta es la mejor manera que tengo para detenerte un poco en esa vida autodestructiva que llevas, porque no es normal que te vayas de fiesta en fiesta, conquistando mujeres y durmiendo con más de una. Eso jamás llenará ese vacío que sientes.
-No siento ningún, vacío, por favor – me río de sus palabras -.
-Puedes engañarte a ti mismo, hijo. Pero no a tu padre, que te conoce desde siempre – pone su mano sobre mí hombro y sonríe -. Ahora, vamos a tu oficina. Envía la solicitud a recursos humanos para que comiencen a buscar a tu asistente, recuerda que la última entrevista la haces tú.
-¿Yo? Eso no se me da, ver que tan capaz es una persona…
-Bueno, desde ahora deberás hacerlo, porque es parte de llevar una empresa.
Salimos de la sala de conferencias, me quedo con cada una de las palabras de mi padre, él cree en mí más de lo que yo puedo hacerlo. Me ha la con tanto entusiasmo de todo lo que haremos, que voy olvidando poco a poco las miradas y las palabras de los demás.
¿Qué puede importarme lo que diga Melvin o cualquier otro, si mi padre cree en mí?
Me daré una oportunidad, me esforzaré por cambiar un poco y descubrir mi lado responsable… pero eso quiere decir que la diversión se termine ni por un segundo.
-¡Luca! ¡Luca! – mi padre viene gritando quién sabe desde dónde -. ¡¿Dónde está ese bribón?!Se abre la puerta de golpe, trato de mantenerme impasible, concentrado en los documentos que estoy revisando. Pero el que desaparezcan de manera intempestiva de mis manos me dice que mi método de disipación de ira esta vez no funcionó, mi padre golpea la mesa, lo que me sobresalta y me acurruco un poco en mi silla, jamás lo vi tan molesto.-¡Luca Cavalcanti, si yo tuviera cinco años menos, te tendría recostado en mis piernas dándote unas buenas nalgadas!-¿Y ahora que hice?-¿Qué hiciste? ¡¿Qué hiciste?! Tienes treses meses en tu puesto y han pasado diez asistentes, todas se van por involucrarse con su jefe ¡Contigo!-No es mi culpa, ellas se me lanzan y yo no soy de fierro…-No
Me arreglo el traje y me dirijo a la sala de conferencias, donde está convocado todo el consejo directivo de la empresa, hay situaciones que enfrentar, porque si no se hace ahora, más adelante será un problema aún más grave.Todo lo que tengo que hacer es lanzar la bomba y rematar a los heridos, ¿la bomba? Mi asistente. Los heridos, pues solo Melvin.En el camino me encuentro con mi padre, Emily está en la sala, ordenando unas carpetas con información relevante. Mi padre la ve y me da un codazo.-Si te involucras con ella, sería la primera vez que no me molestaría contigo – lo miro sorprendido y me guiña un ojo -. Se le nota que es muy dedicada, inteligente y que te hará la vida imposible.Suelta una carcajada por mi cara de horror y entra a la sala, saluda a Emily, quien le ofrece café con caramelo, un punto más a su favor, porque es el favorito de mi
Se me parte la cabeza, llegué a casa a las cuatro de la mañana, luego de una fiesta espectacular y de ganarme una sesión candente con una de las amigas de Franco.La inolvidable Maggie, una despampanante rubia, de unas curvas exquisitas, piel suave y blanca, pero esa boca… nada más recordar lo que esa boca sabe hacer, mi amigo se levanta. Veo la hora, he dormido solo dos horas, pero me siento repuesto. Me incorporo en la cama y sonrío, sin razones.Me voy a la ducha, para quitarme el aroma de la noche, pero para poder despertar mejor le doy al agua fría antes de salir. Me visto con un traje de tres piezas negro, camisa blanca y una corbata de color rojo, muy parecido al cabello de mi asistente, vuelvo a sonreír ante su recuerdo. Esa chica un día me va a despedir y se quedará en mi puesto.Me voy a la cocina, cojo el café recién hecho y lo pongo en un vaso térmico, quiero s
Es imposible para mí quitarme la cara de sueño, el hotel Hyatt fue la primera parada de un fin de semana reventado. Tres chicas diferentes, para cada noche, me dejaron exhausto. Agradezco que hoy no hay mucho que hacer, por lo que me decido adelantar todo para la mañana y por la tarde escapar de la oficina temprano, solo quiero mi cama.Cuando llego al piso donde se encuentra mi oficina, veo a Emily y me quedo petrificado. De arriba hacia abajo, esa mujer se ve bellísima, lleva un moño alto con mechones de cabello sueltos, dándole un aspecto descuidado y joven. Unas argollas medianas en sus orejas y una fina cadena adornando su cuello. Un vestido blanco ajustado a su figura hasta la altura de las rodillas, con una chaqueta azul marino sobre él con mangas hasta el codo, y unos tacones de trece centímetros del mismo color de la chaqueta.Como si no hubiese tenido suficiente el fin de semana, mi amigo pelea por levan
Me despierto bastante repuesto, algo que hace mucho no sentía. Me llega un aroma especial, levanto un poco la cabeza y veo que la chaqueta de Emily está sobre mí. La tomo y la llevo a mi nariz, su aroma es delicioso, huele a perfume y a ella.Me siento un momento, no estoy mareado ni nada, en verdad he recuperado gran parte del sueño que no tuve el fin de semana, por lo que debo suponer que mi cuerpo lo pedía a gritos.Salgo de mi oficina, abrazado a la chaqueta de Emily, cuando la veo parada, con los brazos descubiertos, el vestido se le ajusta perfecto y la vista trasera… mamma mìa. La escucho que ordena mi comida favorita, cuelga el teléfono y yo me aclaro la garganta, pero ella ni se inmuta.-Veo que ya despertó, ¿consiguió descansar? – me dice sin mirar -.-Sí, aunque se supone que ese chocolate me mantendría más despierto que un café.-Bueno, no hace milagros. Si eso no lo mantuvo despierto, entonces un café menos – se giro y veo su cara de sorpre
Decido salir temprano de casa, quiero pasar por unas flores para Emily, espero que no sea alérgica o que no sea de esas mujeres a las que no le gustan las flores. Como sea, tomo mis llaves y me dirijo a la puerta sin parar de sonreír.Pero, en cuanto abro la puerta, me encuentro a Maggie a punto de llamar a ella, frunzo el ceño, porque no me esperaba esto de su parte, me siento acosado. Además, la única mujer que ha entrado a mi departamento es mi hermana por razones obvias. Si dejo entrar a una mujer a mi refugio, no saldrá más.-Maggie…-Hola, Luca, perdona por venir aquí así – dice medio avergonzada, pero no lo creo, no de ella -. Es que, como me dijiste que no tenías planes porque estabas cansado, vine a verte.-Lo siento Maggie, si tenía planes, te dije que hoy descansaría de las fiestas, pero tengo un compromiso importante con alguien muy especial.<
Han sido dos semanas terribles para mí, en especial para mi estómago.Dejar plantada a Emily me ha significado pedirle perdón de todas las formas posibles. Pero, tal como ella lo dijo, mientras le pida perdón no lo hará.A cambio, he recibido su indiferencia total, además de croissants con laxante, café salado, pastas picantes… pero, si estaba dispuesto a una patada en los bajos, esto puedo soportarlo.Por otra parte, me alejé de la vida bohemia. He cancelado todas las salidas y fiestas estas dos semanas, solo he asistido a los eventos corporativos, lo que me ha dado una inusual energía, para encausarla volví a utilizar el gimnasio que tengo en casa, me siento medianamente más feliz, pero no lo suficiente.Llego como cada mañana, llego y la veo en un vestido blanco, pero este es diferente, es de un corte princesa hasta bajo las rodillas, se ve como una niña b
Se demora unos segundos en darse cuenta de que no soy un espejismo, la veo apretar la mano del tipo.-Lu… Señor Cavalcanti.-Dejemos los formalismos, Emily – aparece un mesero para ofrecerme algo de beber -. Un cabernet sauvignon… no, mejor un jugo de naranja, gracias – dirijo mi vista a ella, que sigue prendida del gorila irlandés y mi furia crece aún más -. Bueno, todavía espero. Mientras antes me des mis cosas, antes podrás seguir en tu cita.-¿Él es el hombre del que me hablaste?-Sí, él es mi jefe.-Así es – miro al hombre desafiante -, soy su jefe, me ve a diario.-Luca, ¿cómo supiste dónde estaba?-Verás, mi querida Emily. Cuando me desperté y vi todo oscuro, me sentí desorientado. Quise salir de mi oficina, pero ¡sorpresa! – alzo los brazos y ella se sonroja -, no podía sal