Desde las sombras emergió una figura, alta y amenazante, con pasos deliberados que reverberaban en el espacio vacío. El aire parecía haberse congelado mientras las dos se preparaban para lo inevitable.—No deberías estar aquí —gruñó el hombre, su voz profunda reverberando como un eco siniestro.Lysandra avanzó un paso, su postura relajada pero alerta, como una pantera lista para atacar. Su voz, cuando habló, fue baja pero cargada de autoridad.—Y tú no deberías estar siguiéndonos. Pero aquí estamos. Así que, ¿por qué no vuelves por donde viniste antes de que esto termine mal para alguien? —Su mirada era afilada como una navaja, y en ella había una advertencia que incluso el hombre pareció entender.Pero en vez de retroceder, el desconocido continuó avanzando. Fue Lysandra quien rompió la inmovilidad, empujando a Asteria detrás de ella con un movimiento rápido.—Quédate atrás —ordenó, su tono lo suficientemente firme para no aceptar discusión.Asteria, aunque incómoda por la situación,
Leer más