Esta historia se desarrolla en un universo ficticio, una fantasía contemporánea sin magia, sin dragones, sin androides. Imaginen un lugar donde la estética pulcra y tecnológica de Japón se fusiona con el fuego vibrante y multicultural de Latinoamérica. Un mundo donde la disciplina y el avance tecnológico coexisten con la pasión, la diversidad y el calor humano que solo los hispanos pueden aportar.Aquí, las calles están impecables, los trenes siempre llegan a tiempo y los edificios, aunque no sean rascacielos, tienen un encanto modesto pero ordenado, como si cada ladrillo hubiera sido colocado con cuidado y propósito. Es una ciudad de pequeña a mediana escala, donde no hay lugar para lo marginal; la pobreza existe, pero luce diferente, más discreta, como si estuviera envuelta en un manto de dignidad. Hay talleres familiares, mercados al aire libre y pequeños negocios que dan vida a cada barrio, creando un tejido social donde todos tienen un lugar, ya sea para trabajar, estudiar o sim
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