Alex.Las palabras de Elizabeth se habían clavado como puñales en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo qué dijo sobre esa gran despedida con una persona especial, ¿tendría ella alguien más?, La sola idea me atormentaba, estaba envuelto en un ataque de celos incontrolable, yo le había dicho todo aquello sólo para hacer que se molestara, y para darle una pequeña lección por haber mencionado el acuerdo cuando nos estábamos besando, pero ahora pensar qué alguien más pudiese besarla, o tocarla, me enfurecía, me llenaba de rabia, no podía permitir que eso sucediera, ella era mía y de nadie más, pues aún cuando nuestro trato no incluía los sentimientos, estos estaban empezando a surgir de manera inevitable. Me fui a dormir, pero en realidad tuve algunos sueños recurrentes donde la veía con otro, lo cual me enloquecía y me hacía despertar sobresaltado, lo que estaba sintiendo por Elizabeth superaba Los planes, el acuerdo que habíamos hecho, no podía quitarme la de la mente, así que tendr
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