Dorian no respondió de inmediato. La había imaginado diferente. No tan… atractiva. Su belleza lo sorprendió, pero su odio era más fuerte que cualquier admiración.—Una dama, aquí, a estas horas… —musitó, como si hablara para sí mismo. Luego, sonrió de lado, una sonrisa que no traía nada bueno—. ¿Sabes que este bosque no es seguro para alguien como tú?Lina sintió una punzada de advertencia en el pecho y quiso retroceder, pero él ya se movía hacia ella con una rapidez inquietante.—No se acerque —dijo con firmeza.Dorian inclinó la cabeza con burla.—¿Y si… eso es lo que quiero?En un parpadeo, la tenía acorralada contra la cabaña. Sus manos atraparon sus muñecas, presionándolas con fuerza contra la pared.Lina forcejeó, pero su agarre era inhumano.—¡Suéltame! —gritó, su corazón golpeando con furia contra su pecho.Dorian la miró fijamente, sentirla tan cerca fue como recibir un golpe en la oscuridad. Su cuerpo reaccionó antes que su mente, una fuerza salvaje y antigua despertó en él,
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