—Señora —dijo una masculina voz tras ella—, aparte de ser la mano derecha líder de la manada L’enfer o su beta, también soy el protector de las damas en peligro como usted, así que sígame, le diré dónde se quedará hasta que su compañero venga por usted y la reclame —añadió en tono jocoso una vez que ella se dio la vuelta—, soy Danger por cierto.Él le guiñó un ojo con coquetería pero Callista no sentía ganas de bromear en ese momento.—Yo soy Callista.—Oh, yo sé perfectamente quién eres cariño.Él le sonrió antes de comenzar a caminar.Dejándola atrás.¿Qué quería decir con eso?¿135 le había hablado de ella? No era posible, ella no era nadie para él.*135 juró que no había visto nada más hermoso que Callista en vestido de novia, un instinto posesivo lo golpeó dejándolo casi sin aliento, quería marcarla, besarla y hacerla completamente suya y eso no se trataba en lo absoluto con el trato de su padre, él quería convertirla en su compañera a como diera lugar, era por ello que había da
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