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No la llames tu compañera

—Es una decisión tomada entonces —Azuzó Theo con una sonrisa en sus labios.

135 no estaba tan seguro de eso pero no había hablado más con Valentina y no había sabido cómo responder a la insistencia del griego, así que no le quedó otra opción más que aceptar su matrimonio con la segunda Kafieri.

No quería casarse, pero debía hacerlo, de otra manera no obtendría lo que tanto anhelaba, su identidad.

—Si Valentina me acepta.

— ¡Lo hará, que no te quepa la menor duda! —Exclamó con rapidez haciendo dudar una vez más al cambiaformas—, tenemos que preparar el compromiso.

— ¿Compromiso? —preguntó frunciendo el ceño, el matrimonio entre los cambiaformas se hacía cuando el macho enterraba sus colmillos en el cuello de la hembra reclamándola como suya y ya no habría vuelta atrás, ni el hombre ni la mujer implicados podía tolerar el toque de otro que no fuera su pareja, aunque muchos de los suyos también se casaban de la forma humana no habían compromisos, solo casamientos—. Aquí no hacemos eso.

—Debes entender que nosotros tenemos nuestras costumbres, mi hija se sentirán más a gusto en su compromiso, Valentina lleva años pensando la boda de sus sueños, no quieres decepcionarla.

Él tuvo que morderse la lengua para no decirle a ese hombre que le importaba muy poco lo que Valentina quisiera, entonces lo pensó mejor ¿Qué importaba una fiesta de compromiso? Le parecía ridículo, pero le daba igual, el resultado sería el mismo, iba a casarse con Valentina Kafieri y solo entonces descubriría su pasado.

—Muy bien, arréglalo —accedió restándole importancia al asunto—. Ahora dime ¿Tienes algo?

Theo sonrió nuevamente antes de asentir.

*

— ¡¿Aceptaste casarte con él?! 

Valentina tuvo que refrenar una sonrisa burlona ante el chillido incrédulo de su hermana.

—Ni siquiera lo pienses Callista, yo...

— ¿Qué piensas hacer Tina? Si no quieres casarte con él...

—Pareces muy preocupada Callie.

La aludida hizo una mueca  ante la afirmación de Valentina a la cual no sabía cómo responder.

—Eres mi hermana —respondió con rapidez—, es obvio que me preocupes.

Valentina esta vez no ocultó su desdeñosa sonrisa.

—Ya, claro que es por mí.

—Si que es por ti ¿Por quién más sería si no?

Valentina entornó los ojos con fastidio.

— ¿Quieres que lo mencione?

— ¿Qué piensas hacer entonces? —cambió el tema drásticamente.

Ella cruzó las piernas arqueando una de sus finas cejas en su dirección.

— ¿Qué sugieres que haga?

Callista se encogió en hombros.

—Es tu decisión.

Pero aquello no era del todo cierto, Valentina sabía que la última palabra la tendría 135 por eso precisaba deshacerse de ese malhumorado cambiaformas.

—Esta hecho Valentina —dijo Theo entrando en la sala interrumpiendo cualquier cosa que estuviera a punto de hacer—, el viernes será oficialmente tu compromiso.

Callista palideció visiblemente ante la noticia y Valentina simplemente asintió como siempre que su padre abría la boca.

La mayor estaba irritada, enojada y aunque lo evitaba no podía negar lo obvio, estaba celosa, le gustaba ese cambiaformas que le estaban imponiendo a su hermana y a pesar de que no quería casarse nunca ya que era una decisión tomada en el pasado gustosa iría a la guillotina que era el matrimonio solo por él

En silencio suplicó que Valentina no aceptara casarse sin embargo eso no pasó.

—Vas a acompañarme a mi compromiso, ¿Verdad hermanita?

Callista asintió sin ninguna expresión en su cara mientras que por los momentos Valentina fingía estar feliz.

*

—Theo tiene algo Rosie —soltó el cambiaformas nada más al llegar al lado de su hermana—, averiguó sobre el día que tu llegaste a ese laboratorio, si bien era cierto que su labor ya no era solo crear bestias se habían propuesto como ya sabes a hacernos máquinas de matar, entonces que mejor que crear a su propia incubadora, una hembra extremadamente fuerte como uno de nosotros que pudiera darnos crías, para eso no requerían a una humana, necesitaban una igual sin embargo ellos sabían de por sí que las hembras cambiaformas se les dificultaba concebir.

Fue allí cuando a uno de ellos se le ocurrió experimentar con el feto desde el vientre de su madre...

Rosie lo miraba perpleja en su sitio, 135 no hablaba demasiado pero esta vez parecía tan absorto a su relato que apenas podía creer que se trataba del mismo macho al que estaba acostumbrada.

—Nuestra madre estaba embarazada Rosie, de ti y... Theo asume que la secuestraron para experimentar contigo.

Él la escuchó balbucear antes de soltar la primera palabra.

— ¿Cómo es que sabe esto Theo Kafieri? ¿Le crees?

—Decía la verdad, podía sentirlo, además me dijo que había descubierto muchas cosas cuando había ayudado a Adriano.

—135, no me gusta esto ¿Por qué no hablas con Wraith? Estoy segura que si se lo pides el buscará otro investigador incluso mejor que ese griego —Y ese precisamente era el problema, 135 nunca pedía absolutamente nada y no empezaría ahora—, no tienes que casarte solo por conocer un pasado del cual no tenemos ni idea, puedes tomar el nombre que quieras, si te preocupas por lo que me dijiste la otra noche sabes que siempre voy a estar contigo, tienes una familia y esa soy yo... y también tus sobrinos.

135 la miró con una emoción que caló por completo el alma dulce de Rosie y sin nada que decir la abrazó con calidez causando que a su hermana se le llenaran los ojos de lágrimas. Rosie le correspondió con dulzura sintiéndose querida en los brazos de alguien que no fueran sus hijos.

—No puedo Rosie, no me harás cambiar de opinión.

Ella suspiró rendida, así era 135, terco.

—Pues entonces que así sea, te apoyaré en la decisión que tomes.

135 respondió con una sonrisa ladeada.

—Es bueno escucharlo porque, necesito que ayudes a mi compañera en eso del compromiso he escuchado que las mujeres cercanas de ambas familia deben participar.

Realmente apenas y había escuchado decir eso a Katryna, en cuanto le había comentado que iba a casarse la rubia se emocionó tanto que había llorado lo que casi causa un enorme lío entre Rich y él, Afortunadamente April había intervenido alegando que quien había causado las lágrimas de Katryna no había sido 135 sino que se debía a su depresión postparto.

—No la llames tu compañera, sabes muy bien que no lo es aunque te cases con ella —alegó Rosie con el ceño fruncido—, puede que le ayude, pero ten claro que lo hago por ti.

Él asintió y entonces una vocecita se escuchó en el pasillo antes de que la perteneciente de aquella dulce voz hiciera su acto de presencia 135 se levantó del sofá de un salto. Próximo a eso Sarah entró a la sala con una enorme sonrisa en los labios que se congeló en el instante que sus ojos azul agua se posaran en la gran contextura de 135.

De pronto él macho supo que desde ese preciso momento sería esclavo de esos ojos, nunca había visto nada más hermoso que su sobrina, desde ese momento prometió cuidarla.

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