Un día antes—Voy a sacarte de aquí, mi amor lo juro.Justo al pronunciar esas palabras las luces se encendieron y reinó el caos, en menos de un pestañeo estaba Theo frente a ella proporcionándole una cachetada, 135 rugió furioso soltándose las cadenas que lo frenaban.— ¡Esta maldita perra nos traicionó! — ¡Suéltala!Theo se giró hasta él como si se acordara recientemente que él estaba allí entonces esbozó una macabra sonrisa que lo dejó helado en su sitio.—Al fin se te cumplió el deseo bastardo, aquí está tu madre pero ¿Adivina qué? No vivirá lo suficiente como para contarte que fue lo que pasó con ella.Fue allí cuando le disparó haciendo que el corazón de 135 se detuviera.Tan rápido como eso otro disparo resonó y 135 se dio cuenta que la ayuda había llegado, pero demasiado tarde.— ¡Lleven a la mujer rápido! —Gritó Hunter para después mirar a 135—, estamos aquí 135 no hay nada de qué preocuparse, ella estará bien, lo juro.Asintió sintiéndose mejor, eso esperaba.*Actualmente
Callista se tensó visiblemente pero él no se detuvo.Su juguetona mano se deslizó por dentro de sus bragas tocando con deleite el botón de su placer, involuntariamente ella se arqueó buscando más de sus caricias pero su boca solo pedía su liberación.—Juro por Dios que no lo sé 135, yo no sé nada de... ¡Oh, Dios! —Gimió al sentir su dedo introducirse en su interior sin reparos.Callista se mordió el labio tratando de no dejarse llevar por sus impulsos, debía odiarlo por no creerle pero su cuerpo respondía a cada caricia de la cual él era responsable.135 por otro lado vio su gesto y no pudo más, besó su boca con alevosía descubriendo lo dulce que era ella y cuanto quería poseerla.El aroma de su pasión lo estaba enloqueciendo.Maldijo mentalmente y la soltó.Ella era pura tentación pero él no sería tan estúpido en caer otra vez por ella, la deseaba no obstante eso no lo detendría, obtendría la verdad de sus labios.Para sorpresa de Callista 135 se sentó en la cama a un lado de ella, e
— ¿Qué piensas hacer con ella? —Preguntó Katryna desviando la mirada hacia la morena sentada a unas mesas lejos de ellos sola.Enseguida la rubia sintió pena por ella y se dijo que luego iría a hablarle pese a todo el mal humor que cubría a uno de sus mejores amigos.135 pareció meditar su pregunta y antes de responder dio un largo sorbo a su bebida.—No voy a hacerle daño si es lo que crees —Respondió con voz ronca mirando a Katryna—, voy a hacer que se lamente por lo que causó y que ella misma me pida que la lleve a la cárcel.Rosie y Katryna se miraron frunciendo el ceño.—No estoy de acuerdo Valerian, deberías romper los papeles de compañeros, llevarla a la cárcel y hacer que pague lo que ha hecho —dijo ahora su hermana—, no me fío de ella.135 negó con la cabeza.—No, por ahora no haré eso, es mi decisión.—No lo sé, hay algo extraño —apuntó Katryna—, no tengo idea de qué pero lo hay.—De lo único que estoy segura es que ella es una perra sin corazón y pienso hacerle la vida impo
¡La había llamado traidora frente a todos!No le había creído que ella no sabía nada ni de su tío ni de su hermana y en la mañana al llegar al comedor la había dejado en una mesa sola para irse con un par rubias que de vez en cuando le lanzaban miradas frívolas y envenenadas, sin contar que cuando había ido a pedir su comida ni siquiera las cocineras le habían dirigido la palabras, todas la habían esquivando como si tuviera algo contagioso y cuando finalmente alguien se acercaba a ella llegaba él llamándola traidora.Bastardo.—Camina.—Estás comenzando a fastidiarme.135 arqueó una ceja y un poco de su furia aplacó en su mirada.—Oh, no he empezado todavía cariño.Callista tembló levemente porque sabía que era real, 135 no amenazaba en vano.—Alista tus cosas, vamos a vivir en el bosque, espero no te moleste —lo último lo dijo lleno de sarcasmo.—Supongo que no te importa mi opinión, así que me la reservo.—Cuanta razón tienes.Callista lo fulminó con la mirada pero enseguida fue a s
¿Dónde se había metido?Llevaba más de media hora perdida en el bosque y no había visto nadie para pedirle una indicación aunque de cierta forma se aliviaba de ello ya que los únicos que podían estar alrededor eran cambiaformas que odiaban a los humanos.¿Por qué no le había dicho a 135 que era muy mala para leer mapas?Pues la respuesta era sencilla, por orgullo.No iba a darle otro motivo al hombre para que creyera que era una idiota.Cansada de manejar se detuvo frente a el río pero ella no prestó atención a su cauce sino que en su lugar recostó su cabeza sobre el volante y dejó escapar un suspiro cansado.Maldijo una y mil veces a su familia por ponerla en esa situación de la que ella estaba metida de lleno sin haber hecho absolutamente nada pero en la que estaba implicada hasta el fondo.Un rugido de pronto la sacó de su estupor haciéndola sobresaltar, entonces al alzar la vista sus ojos verdes chocaron con un par de ojos ámbares furiosos. El corazón latió violento contra su pech
— ¿Por qué haces esto? —preguntó una vez que salió de su aturdimiento.—Esto es lo que hacen los humanos cuando entran con su mujer a su casa ¿No?—Ya, pero tú no eres un humano, eres un macho cambiaformas y esto no es lo que se dice un matrimonio normal así que ahórrate las absurdas costumbres pasadas de moda, además yo no soy tu mujer.—No lo creo —sonrió burlón.Y el corazón de Callista dejó de latir por un momento.¿Por qué era tan arrebatadoramente guapo y jugaba así con ella?—Pues ya se te está haciendo costumbre no creer en lo que digo.135 se detuvo de golpe, entonces su sonrisa se borró y en unos segundos ya no estaba en sus brazos sino en el sofá frente a él.Sus ojos la miraron como si buscara algo en ella, su mirada era intensa pero no duró demasiado entonces gruñó antes de irse a la habitación dejando a una Callista muy desconcertada.No durmió con él como ya se había imaginado, Callista se dio cuenta que aquel show frente a Leo solo había sido para marcar territorio por
En lo que había transcurrido de esas dos semanas Callista había trabajado en la cocina del hotel sin embargo fue saboteada e inculpada en algo que obviamente no había hecho, Valerian había gruñido un par de veces cuando intentaba decir la verdad pero no quiso escucharla y Callista se resigno a que él nunca le creería por lo que en su segundo trabajo lo hizo como mesera en donde fue nuevamente saboteada, ella no abrió la boca para disculparse siquiera y con el poco orgullo que le quedaba salió del lugar bajo la mirada atónita de los cambiaformas. ¿Pero la tercera es la vencida, no?Rain le asignó otro trabajo de limpieza sin embargo esa fue la gota que derramó el vaso.Wrist como de costumbre comenzó a fastidiarla no obstante Callista no le prestó atención y al parecer ese fue su error. Wrist furiosa por su desprecio le lanzó el balde con agua sucia y la empapó acto seguido sin medir las consecuencias Callista soltó un puñetazo que ella no vio venir golpeándola de lleno en el ojo, la
135 revolvió su cabello por sexta vez en el día, ese maldito sueño que había tenido con Callista lo había atormentado toda la mañana y no era solo eso lo que le molestaba sino la maldita erección que traía en los pantalones, no podía trabajar ni siquiera.Callista estaba entrando en él de una manera que nunca pensó y que ni siquiera Tabbitha a quién quiso tanto se le asemejaba.La obsesión por esa hembra era casi espeluznante y ahora que comenzaba a tener sueños eróticos con ella todo era peor.Desde la tarde de ayer que se fue enojada con lo que había pasado con Wrist no la había visto, no la había buscado porque no quería incomodarla, además de que había aprovechado para pedirle a Janessa, el nombre real de Wrist, que no se metiera más con su mujer.Aún le dolían los oídos de los gritos recibidos por parte de Wrist.— ¡Ella es una perra que no le importa lastimarnos 135, abre los ojos, se está escudando en ti para que no la lleven a la cárcel, es igual de podrida que su familia!—No