¡La había llamado traidora frente a todos!No le había creído que ella no sabía nada ni de su tío ni de su hermana y en la mañana al llegar al comedor la había dejado en una mesa sola para irse con un par rubias que de vez en cuando le lanzaban miradas frívolas y envenenadas, sin contar que cuando había ido a pedir su comida ni siquiera las cocineras le habían dirigido la palabras, todas la habían esquivando como si tuviera algo contagioso y cuando finalmente alguien se acercaba a ella llegaba él llamándola traidora.Bastardo.—Camina.—Estás comenzando a fastidiarme.135 arqueó una ceja y un poco de su furia aplacó en su mirada.—Oh, no he empezado todavía cariño.Callista tembló levemente porque sabía que era real, 135 no amenazaba en vano.—Alista tus cosas, vamos a vivir en el bosque, espero no te moleste —lo último lo dijo lleno de sarcasmo.—Supongo que no te importa mi opinión, así que me la reservo.—Cuanta razón tienes.Callista lo fulminó con la mirada pero enseguida fue a s
¿Dónde se había metido?Llevaba más de media hora perdida en el bosque y no había visto nadie para pedirle una indicación aunque de cierta forma se aliviaba de ello ya que los únicos que podían estar alrededor eran cambiaformas que odiaban a los humanos.¿Por qué no le había dicho a 135 que era muy mala para leer mapas?Pues la respuesta era sencilla, por orgullo.No iba a darle otro motivo al hombre para que creyera que era una idiota.Cansada de manejar se detuvo frente a el río pero ella no prestó atención a su cauce sino que en su lugar recostó su cabeza sobre el volante y dejó escapar un suspiro cansado.Maldijo una y mil veces a su familia por ponerla en esa situación de la que ella estaba metida de lleno sin haber hecho absolutamente nada pero en la que estaba implicada hasta el fondo.Un rugido de pronto la sacó de su estupor haciéndola sobresaltar, entonces al alzar la vista sus ojos verdes chocaron con un par de ojos ámbares furiosos. El corazón latió violento contra su pech
— ¿Por qué haces esto? —preguntó una vez que salió de su aturdimiento.—Esto es lo que hacen los humanos cuando entran con su mujer a su casa ¿No?—Ya, pero tú no eres un humano, eres un macho cambiaformas y esto no es lo que se dice un matrimonio normal así que ahórrate las absurdas costumbres pasadas de moda, además yo no soy tu mujer.—No lo creo —sonrió burlón.Y el corazón de Callista dejó de latir por un momento.¿Por qué era tan arrebatadoramente guapo y jugaba así con ella?—Pues ya se te está haciendo costumbre no creer en lo que digo.135 se detuvo de golpe, entonces su sonrisa se borró y en unos segundos ya no estaba en sus brazos sino en el sofá frente a él.Sus ojos la miraron como si buscara algo en ella, su mirada era intensa pero no duró demasiado entonces gruñó antes de irse a la habitación dejando a una Callista muy desconcertada.No durmió con él como ya se había imaginado, Callista se dio cuenta que aquel show frente a Leo solo había sido para marcar territorio por
En lo que había transcurrido de esas dos semanas Callista había trabajado en la cocina del hotel sin embargo fue saboteada e inculpada en algo que obviamente no había hecho, Valerian había gruñido un par de veces cuando intentaba decir la verdad pero no quiso escucharla y Callista se resigno a que él nunca le creería por lo que en su segundo trabajo lo hizo como mesera en donde fue nuevamente saboteada, ella no abrió la boca para disculparse siquiera y con el poco orgullo que le quedaba salió del lugar bajo la mirada atónita de los cambiaformas. ¿Pero la tercera es la vencida, no?Rain le asignó otro trabajo de limpieza sin embargo esa fue la gota que derramó el vaso.Wrist como de costumbre comenzó a fastidiarla no obstante Callista no le prestó atención y al parecer ese fue su error. Wrist furiosa por su desprecio le lanzó el balde con agua sucia y la empapó acto seguido sin medir las consecuencias Callista soltó un puñetazo que ella no vio venir golpeándola de lleno en el ojo, la
135 revolvió su cabello por sexta vez en el día, ese maldito sueño que había tenido con Callista lo había atormentado toda la mañana y no era solo eso lo que le molestaba sino la maldita erección que traía en los pantalones, no podía trabajar ni siquiera.Callista estaba entrando en él de una manera que nunca pensó y que ni siquiera Tabbitha a quién quiso tanto se le asemejaba.La obsesión por esa hembra era casi espeluznante y ahora que comenzaba a tener sueños eróticos con ella todo era peor.Desde la tarde de ayer que se fue enojada con lo que había pasado con Wrist no la había visto, no la había buscado porque no quería incomodarla, además de que había aprovechado para pedirle a Janessa, el nombre real de Wrist, que no se metiera más con su mujer.Aún le dolían los oídos de los gritos recibidos por parte de Wrist.— ¡Ella es una perra que no le importa lastimarnos 135, abre los ojos, se está escudando en ti para que no la lleven a la cárcel, es igual de podrida que su familia!—No
—No te acerques mucho a Rex, odia a los extraños.— ¿Por qué está enjaulado y no como los demás?—Por tu seguridad —respondió Leo con simpleza.—Oye, cuando dije que quería ayudar a los animales salvajes —remarcó—, no me esperaba esto, no creo que los sapajus entren en la categoría de peligro.Leo arqueó una ceja en su dirección con gesto burlón.— ¿Buscas peligro?—Bueno, sería un poco divertido algo de acción aquí.—Te mantendrás alejada de Rex y del resto de los felinos porque sé que te mueres por tocarlo. Pero yo podría complacerte y darte un poco de acción ahora mismo —Gruñó cerca de su rostro.Leo pudo sentir el nerviosismo de Callista pero no era eso lo que le había llamado la atención sino el nuevo aroma que se colaba por su nariz, el amargo olor a celos.No tuvo que ser un genio para saber a quién pertenecía. —Aléjate de mi mujer antes de que te demuestre porque todos me temen.Leo se dio la vuelta dejando a una muy confundida Callista detrás de él. —Muy bien, que nada te
Después de aquel encuentro íntimo Valerian comenzó a tratarla de una forma totalmente diferente pese a que ella había tomado cierta distancia con él, se mostraba bruscamente posesivo frente a los hombres de la manada pero al llegar a casa esa capa de frialdad y seriedad que mantenía desaparecía por completo.A regañadientes había "aceptado" que siguiera ayudando con los animales salvajes sin embargo eso no quería decir que estaba tranquilo, se pasaba mínimo tres veces al día para ver si estaba bien, pero todos, en especial ella sabía que lo que realmente iba a ver era que Leo se mantuviera lejos de ella.Como si estuviera marcando territorio.A Callista eso le parecía muy dulce de su parte considerando lo poco que había escuchado de él y lo que ella misma había visto.De sobra sabía que 135 siempre había sido un hombre solitario aunque una vez había escuchado decir a Leo que no siempre había estado tan solo y aquello automáticamente encendió la curiosidad de ella.Esa tarde al llegar
Callista borró el rastro de lágrimas que corrían libres por su rostro al escuchar que alguien se acercaba. Efectivamente alzó el rostro encontrándose con la cara familiar del hombre que tanto había aprendido a apreciar en esos meses.—Hueles a sal —dijo con la nariz arrugada—. ¿Estabas llorando?—Leo...El rostro tenso del macho desplegó una sonrisa justo antes de sentarse a su lado.—No soy Leo, soy Tanner y no evadas la pregunta hembra.Apartó las lágrimas que casi no la dejaban ver y volvió su mirada a él.— ¿Por qué eres tan igual a Leo?Preguntó con suma curiosidad deslizando sus manos por el rostro del macho.Buscando alguna diferencia y efectivamente la encontró solo una, Tanner era mucho más joven que Leo.—Pero ¿Por qué se parecen tanto? —Balbuceo ella con incredulidad.—Ya que no me quieres responder el porqué de tu llanto yo tampoco debería responderte, pero como soy tan bueno cooperaré contigo —dijo con una radiante sonrisa que ocasionó que la comisura de su labio se eleva