A pesar que 135 llevaba un largo tiempo hablando con Valentina y que ella más de una vez aseguró que estaba de acuerdo con la decisión de su padre, él no le creía. Estaba casi seguro que para la chica sería una bendición que él se negara a desposarla sin embargo eso no cabía dentro de sus posibilidades, si quería la información que había pedido a Theo Kafieri tenía que pagar por ello, pero eso no disminuía su culpabilidad. ¿Estaría Valentina Kafieri amenazada por su padre? 135 no lo sabía pero seguro que lo descubriría pronto.
Durante el tiempo de su charla pudo conocer claramente las diferencias entre las hermanas, Valentina se notó evidentemente nerviosa ante su presencia cosa que no lo sorprendía, siempre había sido de esa forma desde que era un pequeño, incluso sus captores rehuían de su mirada cuando sus felinos ojos se posaban en ellos. Y es que 135 emanaba un salvajismo, poder y peligro tan fuerte que todos le temían no obstante el miedo se intensificó cuando comenzaron a llevarlo a los duelos que en todos y cada uno resultó victorioso, cada vez se hacía más animal debido a la forma tan cruel que era tratado, nadie hablaba nunca con él ocasionando que apenas y pudiera hablar de la forma más básica.Pero un día las cosas cambiaron cuando vio por primera vez a la hija del bastardo mayor, su nombre como toda ella era precioso, Tabbitha. Ella era dulce, protectora y una absoluta guerrera, todos los días iba a enseñarle a leer por supuesto a escondidas de su padre, cuando el bastardo se enteró de sus frecuentes visitas la alejó de él rompiéndole el corazón a 135 quien se volvió aún más feroz de lo que ya era obviamente complaciéndolo con esto. Aunque ella no lo abandonó del todo, los siguientes días Tabbitha dejaba entre su celda un libro diferente cuando él dormía, para 135 aquel era el acto de amor por el cual siempre había rogado. Cuando leía cada uno de los libros de Tabbitha imaginaba que ella estaba allí y cuando sus dedos grandes rozaban las sedosas páginas él soñaba con tocar de la misma manera su cremosa piel dorada, ¿Y cómo no amarla si era la única que le había mostrado humanidad?
Más tarde entendió que no había sido amor sino agradecimiento, él había querido aferrarse a alguien para no sentirse solo ¿Y qué mejor que una mujer que lo quería?
Él la deseaba y ella a él, no había nada más que discutir.Pero ahora para su sorpresa se encontró admirando a la hermana de su prometida a lo lejos sintiendo algo que nunca había sentido por Tabbitha ni por ninguna otra mujer antes, cuando Valentina se descuidaba sus ojos como si tuvieran vida propia la buscaban, a ella, a Callista y no a su hermana.
— ¿A dónde vas? —escuchó decir a Valentina al verlo levantarse.
Su mirada de volvió a ella y pudo verla removerse en su lugar, 135 tuvo que relajar los puños y suspirar rogando porque su necia mirada no se dirigiera una vez más hasta donde se encontraba Callista y Fierce. Había sido algo instintivo como si le faltara el aire, cuando vio que él le tocaba el cabello y ella sonreía la furia lo nubló por unos segundos, estaba seguro que si Valentina no hubiese hablado él habría golpeado al bastardo por tocarla.
El instinto posesivo se había apoderado de él y entonces le pareció absurdo porque ella no había tenido más que una simple conversación él.
—No voy a ningún lado —aseguró con voz solemne.
Aunque la mirada de la menor de las hermanas le dictaba que no le creía en lo absoluto.
—Te gusta Callista ¿No es así?
135 gruñó en respuesta, no era de hablar mucho, a demás nunca revelaría sus sentimientos.
—Todo sería mejor si te casaras con ella en lugar de conmigo ¿no lo crees? —él iba a hablar pero ella sencillamente no lo dejó—, a Callista le gusta la libertad, viajar pero aunque no lo diga muy a menudo hay algo que le gustaría mucho más y eso es conseguir la aprobación de papá, se hace la fuerte pero sé que le encantaría estar en mi lugar.
135 la miró con el ceño fruncido encontrando arrogancia en sus palabras, cosa que no había mostrado una hora antes.
—Además sé que le gustas, ella me lo ha dicho —continuó camuflajeando la arrogancia volviendo a disfrazarse de cordero—, no puedo casarme con el hombre a el cual mi hermana le gusta, tu puedes hacer que mi padre cambie de opinión, solo tú.
135 se quedó callado sin saber qué hacer, sabía que Valentina lo estaba usando para deshacerse de su matrimonio sin embargo no descubrió mentira alguna al decirle que le gustaba a Callista.
—Entonces ¿Qué decides?
—Aún no lo sé.
Valentina asintió con una sonrisa satisfecha hasta que sintió a su padre y hermana llegar a su lado.
—Parece que has disfrutado la charla con tu prometido Tina.
Los ojos verdes de Callista lo quemaron con su intensidad, ella era preciosa ni siquiera Valentina lograba igualar su belleza pero no era algo meramente físico había algo más en ella que la hacía parecer hermosa.
—No tienes idea de cuánto, hermanita —dijo sonriendo ladina.
*
—Has venido —dijo Rosie mirándolo sorprendida al abrir la puerta.
—Te dije hablaríamos después, y aquí estoy.—Entonces conocerás por fin a mis hijos —dijo alegre—, entra por favor.Pero él no lo hizo, Rosie volvió su mirada a su hermano. 135 seguía en la misma posición con las manos dentro de los bolsillos pero esta vez estaba más tenso, Rosie frunció el ceño casi adivinando el porqué se mantenía tan renuente.— ¿No quieres conocer a mis hijos?Él guardó silencio y aquello la hizo enfurecer.— ¡135!— ¡Voy a entrar! Rosie se encogió un poco por lo dura que sonó su voz no obstante se hizo a un lado dejándolo entrar.—Si no quieres conocer a mis hijos, no hay problema —Habló ella una vez que él se sentó en el mueble.—Si quiero Rosie, pero dame un poco de tiempo, apenas he asimilado que tengo una hermana...Katryna le había comentado a Rosie que cuando había dado a luz él se había alejado por completo pero no creyó que aquel miedo absurdo o lo que fuera lo atormentara tanto como para negarse a conocer a sus propios sobrinos.Había algo que todos desconocían de su hermano, algo profundo y obscuro pero sabía que no podía indagar.
—Entiendo 135, ahora dime ¿Cuándo es que decidiste casarte? ¿Quién es ella?135 tomó aire antes de responder a su pregunta.—No quería casarme, pero es necesario.Rosie frunció el ceño arqueando una ceja.— ¿Cómo qué...?— ¿Nunca has sentido que no eres parte de nada Rosalie? No sé quién soy ni a dónde pertenezco, no sé quiénes son nuestros padres y si... siquiera tengo a alguien que se preocupe por mí.Rosie se sentó a su lado abrazándolo, al principio él se tensó sin embargo después se dejó abrazar sin apartarla.—Yo me preocupo por ti, lo juro hermano, pero ¿Qué tiene que ver eso con casarte con una de las gemelas? —Mucho, su padre es Theo Kafieri, el mejor investigador de América, él no me pidió dinero por ayudarme en su lugar me pidió que me casara con su hija menor.Rosie se quedó muda en su lugar como si no pudiera creer todo ese disparate antes de gritar otra vez.— ¡Está usándote! — ¿Crees que no lo sé? Él sabe que lo mataré si me engaña, además de que estaría aterrado por su hija, yo nunca le haría daño pero él no lo sabe.Rosie sonrió y sacudió su cabello como si se tratara de un niño, acto que lo hizo encogerse en su lugar.—Eres muy bueno 135.Él hizo una mueca antes de hablar.—No es lo que piensa la gente.— ¡Y una m****a lo que diga la gente, que se vayan al diablo! Si yo digo que mi hermano es bueno, es porque lo es.Entonces le guiñó el ojo antes de levantarse.—Es una decisión tomada entonces —Azuzó Theo con una sonrisa en sus labios.135 no estaba tan seguro de eso pero no había hablado más con Valentina y no había sabido cómo responder a la insistencia del griego, así que no le quedó otra opción más que aceptar su matrimonio con la segunda Kafieri.No quería casarse, pero debía hacerlo, de otra manera no obtendría lo que tanto anhelaba, su identidad.—Si Valentina me acepta.— ¡Lo hará, que no te quepa la menor duda! —Exclamó con rapidez haciendo dudar una vez más al cambiaformas—, tenemos que preparar el compromiso.— ¿Compromiso? —preguntó frunciendo el ceño, el matrimonio entre los cambiaformas se hacía cuando el macho enterraba sus colmillos en el cuello de la hembra reclamándola como suya y ya no habría vuelta atrás, ni el hombre ni la mujer implicados podía tolerar el toque de otro que no fuera su pareja, aunque muchos de los suyos también se casaban de la forma humana no habían compromisos, solo casamientos—. Aquí no hacemos eso.—
El macho contempló aturdido el par de ojos color aguamarina que lo miraban fijamente sin perderse ningún detalle de sus duros rasgos, su pequeña boquita se había abierto levemente ante la perturbadora presencia masculina que estaba justo delante de ella. Con rapidez movió su cabeza en dirección de Rosie ocasionando que su rubio cabello chocara contra su delicada mandíbula.Su ceño se frunció al ver la cercanía de su madre con el macho y se cruzó de brazos pidiendo una explicación silenciosa.A 135 le causó una gracia voraz al sentir el olor de los celos proveniente de la pequeña Love, sintiendo una ternura infinita quiso abrazarla y enterrar su cara en los dorados rizos pero pronto descartó eso, si se atrevía Sarah estaría demasiado asustada como para querer conocerlo.Se sorprendió a sí mismo por la mezcla de sentimientos que ella le había despertado de pronto así que movió la cabeza tratando de aplacar todos esos locos pensamientos, le estaba pasando lo que le sucedía con el resto
Callista lo miraba sorprendida en silencio.¿Había escuchado realmente eso?¿Ese cambiaformas había dicho que ellos iban a casarse?¡Como si eso fuera a pasar! Ella era una mujer libre y no se parecía en lo absoluto a su hermana, no iba a dejarse manipular ni iba a salir corriendo.Caminó a su alrededor, su pecho estaba agitado y eso no podía evitarlo, admitió que estar cerca de ese hombre era perturbador y excitante a la vez, 135 era grande, serio pero tan malditamente caliente como el infierno.Sin duda la tentación de cualquier mujer que posara sus ojos en él.— ¿Qué te hace creer que yo quiera casarme contigo? —Se atrevió a decir luego de una guerra de miradas—. Nada me obliga a hacerlo.Ella estaba enfrente de su espalda y con la uña de su dedo índice rasguñó la piel detrás de su cuello.Lo sintió estremecerse entonces sonrió con picardía sintiéndose juguetona.Rápidamente 135 se dio la vuelta tomándola por sorpresa en sus brazos pero esto no borró la sonrisa de sus labios por e
—Señora —dijo una masculina voz tras ella—, aparte de ser la mano derecha líder de la manada L’enfer o su beta, también soy el protector de las damas en peligro como usted, así que sígame, le diré dónde se quedará hasta que su compañero venga por usted y la reclame —añadió en tono jocoso una vez que ella se dio la vuelta—, soy Danger por cierto.Él le guiñó un ojo con coquetería pero Callista no sentía ganas de bromear en ese momento.—Yo soy Callista.—Oh, yo sé perfectamente quién eres cariño.Él le sonrió antes de comenzar a caminar.Dejándola atrás.¿Qué quería decir con eso?¿135 le había hablado de ella? No era posible, ella no era nadie para él.*135 juró que no había visto nada más hermoso que Callista en vestido de novia, un instinto posesivo lo golpeó dejándolo casi sin aliento, quería marcarla, besarla y hacerla completamente suya y eso no se trataba en lo absoluto con el trato de su padre, él quería convertirla en su compañera a como diera lugar, era por ello que había da
Se sentía como una prisionera.¿Cómo había sido tan estúpida para casarse con ese cambiaformas? Se había metido en un problema por culpa de su desaparecida familia sin embargo mentiría si dijera que no estaba preocupada por Valerian. Era algo extraño lo que sentía por él, se sentía débil ante su esencia pero juró por Dios que una vez él estuviera de vuelta le pediría la anulación del matrimonio, de igual manera ellos no habían tenido intimidad.Callista suspiró alzando la vista entonces se dio cuenta de que frente a ella estaban un grupo de cambiaformas gruñendo, se encontraban inquietos y ella sintió curiosidad de lo que pasaba.—Ni un paso más pequeña hembra.Estaba tan ensimismada que ni siquiera se había percatado que comenzaba a caminar hacia los hombres, se dio la vuelta y encaró al cambiaformas que le había hablado con una voz tan amenazante.—Detesto que me traten como a una presidiaria, no tengo nada que ver en la desaparición de Valerian —Gruñó mordaz al hombre que ni siqui
Un día antes—Voy a sacarte de aquí, mi amor lo juro.Justo al pronunciar esas palabras las luces se encendieron y reinó el caos, en menos de un pestañeo estaba Theo frente a ella proporcionándole una cachetada, 135 rugió furioso soltándose las cadenas que lo frenaban.— ¡Esta maldita perra nos traicionó! — ¡Suéltala!Theo se giró hasta él como si se acordara recientemente que él estaba allí entonces esbozó una macabra sonrisa que lo dejó helado en su sitio.—Al fin se te cumplió el deseo bastardo, aquí está tu madre pero ¿Adivina qué? No vivirá lo suficiente como para contarte que fue lo que pasó con ella.Fue allí cuando le disparó haciendo que el corazón de 135 se detuviera.Tan rápido como eso otro disparo resonó y 135 se dio cuenta que la ayuda había llegado, pero demasiado tarde.— ¡Lleven a la mujer rápido! —Gritó Hunter para después mirar a 135—, estamos aquí 135 no hay nada de qué preocuparse, ella estará bien, lo juro.Asintió sintiéndose mejor, eso esperaba.*Actualmente
Callista se tensó visiblemente pero él no se detuvo.Su juguetona mano se deslizó por dentro de sus bragas tocando con deleite el botón de su placer, involuntariamente ella se arqueó buscando más de sus caricias pero su boca solo pedía su liberación.—Juro por Dios que no lo sé 135, yo no sé nada de... ¡Oh, Dios! —Gimió al sentir su dedo introducirse en su interior sin reparos.Callista se mordió el labio tratando de no dejarse llevar por sus impulsos, debía odiarlo por no creerle pero su cuerpo respondía a cada caricia de la cual él era responsable.135 por otro lado vio su gesto y no pudo más, besó su boca con alevosía descubriendo lo dulce que era ella y cuanto quería poseerla.El aroma de su pasión lo estaba enloqueciendo.Maldijo mentalmente y la soltó.Ella era pura tentación pero él no sería tan estúpido en caer otra vez por ella, la deseaba no obstante eso no lo detendría, obtendría la verdad de sus labios.Para sorpresa de Callista 135 se sentó en la cama a un lado de ella, e
— ¿Qué piensas hacer con ella? —Preguntó Katryna desviando la mirada hacia la morena sentada a unas mesas lejos de ellos sola.Enseguida la rubia sintió pena por ella y se dijo que luego iría a hablarle pese a todo el mal humor que cubría a uno de sus mejores amigos.135 pareció meditar su pregunta y antes de responder dio un largo sorbo a su bebida.—No voy a hacerle daño si es lo que crees —Respondió con voz ronca mirando a Katryna—, voy a hacer que se lamente por lo que causó y que ella misma me pida que la lleve a la cárcel.Rosie y Katryna se miraron frunciendo el ceño.—No estoy de acuerdo Valerian, deberías romper los papeles de compañeros, llevarla a la cárcel y hacer que pague lo que ha hecho —dijo ahora su hermana—, no me fío de ella.135 negó con la cabeza.—No, por ahora no haré eso, es mi decisión.—No lo sé, hay algo extraño —apuntó Katryna—, no tengo idea de qué pero lo hay.—De lo único que estoy segura es que ella es una perra sin corazón y pienso hacerle la vida impo