Callie entornó los ojos fastidiada ante el ruido de la música.
La estaba desconcentrando, necesitaba terminar de escribir el capítulo de su novela y justo cuando tenía centenares de ideas tenía que asistir a esa jodida fiesta.
Maldito Keith.Aunque su hermana también se merecía un poco de m****a.¿Cómo había sido tan tonta?Por su novio se metió en un serio problema del cual no podía salir con facilidad lo que la tenía de nervios, su hermana era la persona más importante para ella y por eso odiaba a Keith Piters.
De todas formas no hubiese estado allí de no ser porque le debía un favor a Valentina, le molestaba el tumulto y el ruido. Alzó la vista de su móvil sintiendo una pesada mirada encima y frunció el ceño al no ver a nadie a su alrededor.Se había apartado lo suficiente de dónde se estaba celebrando la boda sin embargo la música la perseguía.Volvió a fijar su vista en el teléfono tecleando con rapidez sus ideas hasta que una voz detrás de ella la puso en alerta.— ¡Valentina...! Suspiró con cansancio antes de guardar el teléfono y darse la vuelta.Si bien cuando había llegado había visto a un puñado de hombres cambiaformas ese que estaba junto a su padre le robó el aliento como ningún otro.¿Acaso podría haber un hombre más perfecto sobre la faz de la tierra?
Su cara seria pero hermosa como la de un ángel, sus labios fruncidos sin embargo apetecibles para cualquier mujer con pulso, un par de musculosos brazos cruzados que la hacían humedecer de solo imaginar tocarlos y sus ojos grises oscuros que la taladraban a distancia la hicieron volverse muda por unos instantes, cosa difícil para ella que la mayoría del tiempo era parlanchina.
Si los ángeles son tan bellos como él no tengo miedo a pecar.
—Valentina, él es...
—135 —Lo cortó él.OH JO-DER.Callista casi pudo asegurar que las bragas se le habían humedecido por completo.Esa voz era tan excitante, él era como un sueño erótico del cual hace mucho tiempo se había olvidado.Para cuando estuvo a un paso de 135, ella pudo ver lo alto y fuerte que era, entonces deseó estar entre sus brazos imaginando como se sentiría su olor impregnado en el de ella.¡Qué hombre!—Yo soy Valentina Kafieri —Sonrió con picardía y le tendió la mano.Necesitaba su toque más que nada sin embargo él estaba ahí mirando vacilante su mano antes de arquear una ceja pero en unos segundos ya estaban estrechándolas.
Callista miró su mano grande y pensó en todo lo que podía hacer esa mano con ella.De repente comenzaba a hacer calor, ella lo deseaba, la noche comenzaba a parecer interesante nada de lo que se hubiera imaginado antes.—Así que ¿Eres un gato o un perro? —Preguntó con voz seductora.Él soltó su mano y Callista se sintió decepcionada y vacía lejos de él, tanto que no pudo ver cuando su padre la fulminó con la mirada.Quizás estaba haciendo muy bien el trabajo de suplantar a su hermana porque eso había sonado demasiado a Valentina.
—Felino —gruñó molesto recalcando la palabra.No era ni un gato ni un perro, su gen implantado había sido el de un tigre de bengala y tanto a él como al resto de los suyos odiaba que le llamaran gato.
Pero a ella no prestó atención a su enfurruñado ceño, simplemente le había encantado su voz que aunque masculina y dura tenía matices suaves y dulces.—Así que un gatito...
Sin el menor pudor deslizó el dorso de su mano por uno de sus bíceps hasta llegar a su hombro.Se moría por tocarlo.Lamentablemente su padre apartó su mano de un tirón y sonrojada alzó la vista al hombre quien la miraba con la mandíbula tensa.Vale me he pasado un poco… o tal vez mucho.
— ¡No seas tan desvergonzada Valentina! Y vámonos ya, debo hablar contigo.—Venga papá, pero si has sido tú quien me ha invitado a venir, ¿Por qué no nos quedamos a conocer a los invitados? Le guiñó el ojo al hombre, fue allí cuando su cara seria se convirtió en una máscara de incredulidad que casi la hizo reír.Él parecía no estar acostumbrado a que una mujer le coqueteara.
¿Pero es que las mujeres a su alrededor estaban ciegas? Yo nunca en mi vida he visto a un ser más hermoso.
Su padre apretó la mandíbula y tomó su brazo haciéndola caminar para apartarla del misterioso hombre de pocas palabras.—Te veré luego 135.Él no habló.Pero si siguió con la vista a la mujer atrevida, de lo que ella se dio cuenta al voltear una vez más a verlo.Callista soltó una carcajada y se despidió moviendo su mano como haría una niña, le daba igual lo que pensara de ella, total, nunca lo vería otra vez y se había divertido incomodándolo.135 por su parte estaba intrigado por ella, era extraña y sobretodo muy, muy hermosa además de que tenía un olor tan dulce y atractivo, sus insinuaciones lo hicieron endurecer sumándole su toque desprevenido y sensual, seriamente tuvo que controlarse para no saltar sobre ella y besar su dulce boca o tan siquiera rozar su tersa piel que lo llamaba con premura.Cálmate 135, vas a volver a verla.
Y con este pensamiento relajó los músculos antes de dejar escapar un suspiro y comenzar a andar.
*
— ¡¿Qué crees que haces tú y tu hermana?! ¡¿Creías que no te reconocería Callista?! —Pero un poco tarde ¿A qué sí? —Preguntó con diversión ella.Su padre estaba furioso pero poco le importaba, no podía sacarse de la mente a ese lindo gatito que había dejado atrás.A pesar de que su hermana y su padre le hubieran hablado sobre los cambiaformas ella nunca había imaginado que todos fueran tan endemoniadamente guapos.
Como me hubiese gustado que me...— ¡¿Estás escuchando lo que te digo?! No volverás a L’enfer, vine aquí con Valentina, ¡Entonces llego aquí y me doy cuenta que eres tú!—Culpable —rió al ver la cara de su padre histérica.Theo calmó sus ganas de estrangular a su hija menor y continuó hablando.—Ese hombre va a hacer el esposo de tu hermana así que...Pero ella no pudo escuchar más.¡Jodida mustia con suerte!Apenas hace rabiar al viejo por escapar con su novio ladrón por una noche y su "castigo" es casarse con un jodido Dios griego, ¡Yo llevo toda mi vida tocándole las pelotas y mi castigo era ser desheredada!¿Pero quién necesita una m****a de Theo Kafieri?Callista se giró para largarse de una vez de ese lugar hecha una furia, si Tina iba a tener a ese hombre como marido pues que le aprovechara, ella al menos se había librado de toda esa m****a del matrimonio ¡Gracias a Zeus! Porque ella exactamente no se veía como una mujer casada.Ante aquel pensamiento casi tuvo ganas de reír.¿Ella? Callista Helena Kafieri Gautier nunca iba a casarse, eso era algo de lo que estaba segura.— ¿Dónde vas?
—A mi casa, como ya sabes quién soy podrías ir a por tu hija favorita para que se case cuanto antes.Sin dejarlo hablar salió a toda prisa de L’enfer.Estiró sus brazos sobre su cabeza antes de sacar unos lentes de sol y colocárselos sobre sus ojos.Ya ella había hecho lo que debía, ahora que Tina se encargara del resto.Ella no tenía la culpa de que su padre la descubriera.
Callista sonrió de lado al imaginar la cara que pondría su hermana gemela al enterarse que debía dejar a Keith definitivamente y casarse con un hombre del cual no estaba enamorada pero que era absolutamente perfecto.Yo no me quejaría en lo absoluto.
Sus pensamientos de desviaron proyectando la hermosa cara de 135, su cuerpo, su pelo, sus ojos.
Inevitablemente suspiró dándose un golpe mental.
¿Qué m****a te pasa Callista? ¿No qué odias el matrimonio? Compórtate ante tu patosa afirmación.
Sin embargo no podía, había algo en él que la atraía como una abeja a la miel.
Inevitable, sublime y embriagador.
Y como lo había pensado pasó.Valentina la había llamado por la mañana histérica diciendo una sarta de cosas que realmente fueron ignoradas por Callista quien había dejado el teléfono en altavoz mientras se duchaba, solo había alcanzado a escuchar que iría a su casa. Al llegar su hermana Callista se había sentado en el mueble mirándola caminar de un lado al otro casi absorta a su presencia.— ¡¿Me comprometiste con un cambiaformas?!Callista contuvo una risa burlona mordiendo el interior de su mejilla.— ¡¿Yo?! Por el contrario hermanita, yo trate de que no aceptara esa locura de Theo pero conoces mi personalidad encantadora y lamento decirte que lo atraje aún más.Valentina la fulminó con la mirada queriendo echarle las manos al cuello y ahorcarla.— ¡Voy a matarte!La menor entornó los ojos, fastidiada.—Hablando enserio, Theo no me contó nada hasta que se dio cuenta que era yo y no tu. Y respecto al cambiaformas, no hablé mucho con él pero debo decir que es caliente como el infie
A pesar que 135 llevaba un largo tiempo hablando con Valentina y que ella más de una vez aseguró que estaba de acuerdo con la decisión de su padre, él no le creía. Estaba casi seguro que para la chica sería una bendición que él se negara a desposarla sin embargo eso no cabía dentro de sus posibilidades, si quería la información que había pedido a Theo Kafieri tenía que pagar por ello, pero eso no disminuía su culpabilidad. ¿Estaría Valentina Kafieri amenazada por su padre? 135 no lo sabía pero seguro que lo descubriría pronto.Durante el tiempo de su charla pudo conocer claramente las diferencias entre las hermanas, Valentina se notó evidentemente nerviosa ante su presencia cosa que no lo sorprendía, siempre había sido de esa forma desde que era un pequeño, incluso sus captores rehuían de su mirada cuando sus felinos ojos se posaban en ellos. Y es que 135 emanaba un salvajismo, poder y peligro tan fuerte que todos le temían no obstante el miedo se intensificó cuando comenzaron a lleva
—Es una decisión tomada entonces —Azuzó Theo con una sonrisa en sus labios.135 no estaba tan seguro de eso pero no había hablado más con Valentina y no había sabido cómo responder a la insistencia del griego, así que no le quedó otra opción más que aceptar su matrimonio con la segunda Kafieri.No quería casarse, pero debía hacerlo, de otra manera no obtendría lo que tanto anhelaba, su identidad.—Si Valentina me acepta.— ¡Lo hará, que no te quepa la menor duda! —Exclamó con rapidez haciendo dudar una vez más al cambiaformas—, tenemos que preparar el compromiso.— ¿Compromiso? —preguntó frunciendo el ceño, el matrimonio entre los cambiaformas se hacía cuando el macho enterraba sus colmillos en el cuello de la hembra reclamándola como suya y ya no habría vuelta atrás, ni el hombre ni la mujer implicados podía tolerar el toque de otro que no fuera su pareja, aunque muchos de los suyos también se casaban de la forma humana no habían compromisos, solo casamientos—. Aquí no hacemos eso.—
El macho contempló aturdido el par de ojos color aguamarina que lo miraban fijamente sin perderse ningún detalle de sus duros rasgos, su pequeña boquita se había abierto levemente ante la perturbadora presencia masculina que estaba justo delante de ella. Con rapidez movió su cabeza en dirección de Rosie ocasionando que su rubio cabello chocara contra su delicada mandíbula.Su ceño se frunció al ver la cercanía de su madre con el macho y se cruzó de brazos pidiendo una explicación silenciosa.A 135 le causó una gracia voraz al sentir el olor de los celos proveniente de la pequeña Love, sintiendo una ternura infinita quiso abrazarla y enterrar su cara en los dorados rizos pero pronto descartó eso, si se atrevía Sarah estaría demasiado asustada como para querer conocerlo.Se sorprendió a sí mismo por la mezcla de sentimientos que ella le había despertado de pronto así que movió la cabeza tratando de aplacar todos esos locos pensamientos, le estaba pasando lo que le sucedía con el resto
Callista lo miraba sorprendida en silencio.¿Había escuchado realmente eso?¿Ese cambiaformas había dicho que ellos iban a casarse?¡Como si eso fuera a pasar! Ella era una mujer libre y no se parecía en lo absoluto a su hermana, no iba a dejarse manipular ni iba a salir corriendo.Caminó a su alrededor, su pecho estaba agitado y eso no podía evitarlo, admitió que estar cerca de ese hombre era perturbador y excitante a la vez, 135 era grande, serio pero tan malditamente caliente como el infierno.Sin duda la tentación de cualquier mujer que posara sus ojos en él.— ¿Qué te hace creer que yo quiera casarme contigo? —Se atrevió a decir luego de una guerra de miradas—. Nada me obliga a hacerlo.Ella estaba enfrente de su espalda y con la uña de su dedo índice rasguñó la piel detrás de su cuello.Lo sintió estremecerse entonces sonrió con picardía sintiéndose juguetona.Rápidamente 135 se dio la vuelta tomándola por sorpresa en sus brazos pero esto no borró la sonrisa de sus labios por e
—Señora —dijo una masculina voz tras ella—, aparte de ser la mano derecha líder de la manada L’enfer o su beta, también soy el protector de las damas en peligro como usted, así que sígame, le diré dónde se quedará hasta que su compañero venga por usted y la reclame —añadió en tono jocoso una vez que ella se dio la vuelta—, soy Danger por cierto.Él le guiñó un ojo con coquetería pero Callista no sentía ganas de bromear en ese momento.—Yo soy Callista.—Oh, yo sé perfectamente quién eres cariño.Él le sonrió antes de comenzar a caminar.Dejándola atrás.¿Qué quería decir con eso?¿135 le había hablado de ella? No era posible, ella no era nadie para él.*135 juró que no había visto nada más hermoso que Callista en vestido de novia, un instinto posesivo lo golpeó dejándolo casi sin aliento, quería marcarla, besarla y hacerla completamente suya y eso no se trataba en lo absoluto con el trato de su padre, él quería convertirla en su compañera a como diera lugar, era por ello que había da
Se sentía como una prisionera.¿Cómo había sido tan estúpida para casarse con ese cambiaformas? Se había metido en un problema por culpa de su desaparecida familia sin embargo mentiría si dijera que no estaba preocupada por Valerian. Era algo extraño lo que sentía por él, se sentía débil ante su esencia pero juró por Dios que una vez él estuviera de vuelta le pediría la anulación del matrimonio, de igual manera ellos no habían tenido intimidad.Callista suspiró alzando la vista entonces se dio cuenta de que frente a ella estaban un grupo de cambiaformas gruñendo, se encontraban inquietos y ella sintió curiosidad de lo que pasaba.—Ni un paso más pequeña hembra.Estaba tan ensimismada que ni siquiera se había percatado que comenzaba a caminar hacia los hombres, se dio la vuelta y encaró al cambiaformas que le había hablado con una voz tan amenazante.—Detesto que me traten como a una presidiaria, no tengo nada que ver en la desaparición de Valerian —Gruñó mordaz al hombre que ni siqui
Un día antes—Voy a sacarte de aquí, mi amor lo juro.Justo al pronunciar esas palabras las luces se encendieron y reinó el caos, en menos de un pestañeo estaba Theo frente a ella proporcionándole una cachetada, 135 rugió furioso soltándose las cadenas que lo frenaban.— ¡Esta maldita perra nos traicionó! — ¡Suéltala!Theo se giró hasta él como si se acordara recientemente que él estaba allí entonces esbozó una macabra sonrisa que lo dejó helado en su sitio.—Al fin se te cumplió el deseo bastardo, aquí está tu madre pero ¿Adivina qué? No vivirá lo suficiente como para contarte que fue lo que pasó con ella.Fue allí cuando le disparó haciendo que el corazón de 135 se detuviera.Tan rápido como eso otro disparo resonó y 135 se dio cuenta que la ayuda había llegado, pero demasiado tarde.— ¡Lleven a la mujer rápido! —Gritó Hunter para después mirar a 135—, estamos aquí 135 no hay nada de qué preocuparse, ella estará bien, lo juro.Asintió sintiéndose mejor, eso esperaba.*Actualmente