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Todos los capítulos de Tendré Trillizos de mi Jefe : Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 41
Maxwell estaba en su habitación profundamente triste, las lágrimas se resbalaban por su rostro como si era inevitable expulsar el dolor que estaba en su interior, eso que había estado reprimiendo. Se sentía atrapado en su invalidez, en un cuerpo que no respondía, y la desesperación que no lo dejaba. Giró sobre la cama y tomó la ecografía entre sus manos, sintiendo un nudo en la garganta. La imagen de los trillizos, tan pequeños y perfectos, le recordaba lo que había perdido y lo que aún podía perder. Se preguntaba si habían nacido bien, cómo estaba Aria, si ella se arrepentía aunque sea un poco de su decisiónEn ese momento, Noah entró en la habitación. Al ver a su amigo en ese estado, su corazón se hundió. —Maxwell… —comenzó Noah, serio—. ¿Qué está pasando?Maxwell, con la mirada perdida, apenas lo miró. —¿No es patético? —murmuró, sosteniendo la ecografía con fuerza—. Es lo único que me queda.—No, no es patético —respondió Noah, acercándose—. Es un recordatorio de que aún tienes
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Capítulo 42
Aria se miró en el espejo, ajustando su cabello y asegurándose de que su vestido le sentara perfectamente sobre su figura. Los stilettos que había elegido eran más que un simple calzado; inevitablemente le recordaba a Maxwell. Recordaba cómo él solía sonreír cuando la veía entrar con ellos, admirando su porte y confianza. Sin embargo, esa nostalgia también la llenaba de tristeza. Había pasado mucho tiempo desde que se vio obligada a alejarse de él, y la idea de volver a encontrarse la llenaba de ansiedad.Era un evento importante y sabía que Maxwell podía estar entre los invitados. Porque lo que ella sí sabía es que habrían muchísimos arquitectos importante, Maxwell seguramente uno de ellos. —Vamos, Aria, solo es un evento —se dijo a sí misma, tratando de calmarse. Pero su corazón latía con fuerza. Mientras tanto, Maxwell se preparaba para la gala con una elegancia que solo él podía exhibir. Se ajustó el nudo de su corbata, mirándose en el espejo con una
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Capítulo 43
De pronto como si la cercanía hubiera quedado atrás, la soltó y retrocedió un poco, la mujer todavía estaba plagada de confusión y sus sentimientos se encontraron en un laberinto, en ese preciso momento donde le desconcertaba no saber si encontraría la salida. —Maxwell, ¿cómo has estado? Él deslizó una sonrisa llena de frialdad que congeló el corazón de Aria. Ella no entendía cómo la persona que un día fue cálida y cercana, ahora se sentía a kilómetros y kilómetros de ella. —¿Crees que es una pregunta acertada tras encontrarnos luego de casi seis años? —inquirió con una mano en el bolsillo de su pantalón elegante. En ese momento, un mesero pasó cerca de ellos y Maxwell aprovechó para tomar una copa, le dio un gran sorbo a la bebida como si el alcohol le ayudaría a lidiar con la situación. Ella se mantuvo paralizada, siguiendo cada uno de los movimientos del millonario. Mentía si decía no sentirse pequeñita y superada de diferentes m
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Capítulo 44
Estela apareció de pronto un poco sonriente pero cambió la cara cuando vio a su amiga con la expresión seria. Ya se hacía a una idea de lo que más o menos había ocurrido. Así que, la tomó de la mano y se fueron a un lugar más apartado del resto en donde pudieran tener un poco más de privacidad. —¿Te encuentras bien? Aunque ni siquiera debería hacer esa pregunta, no pareces estar bien, Aria... —Estela. ¿Crees que realmente merezco este castigo? A mí me parece que es demasiado cruel su trato indiferente hacia mí, tan formal, lo encuentro tan lejano y hermético conmigo después de que fuera todo lo contrario, que simplemente no puedo sostener la idea de que es el mismo Maxwell que conozco desde niña. Estela tomó una profunda bocanada de aire y se sintió culpable por haber callado durante todos esos años lo que supo aquel día. Ni siquiera sabía si su amiga sería capaz de perdonarla por guardar silencio de algo tan importante.—Aria, así te sientes i
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Capítulo 45
Aria se despertó esa mañana temprano, sintiendo un punzante dolor de cabeza que la sorprendió. Se sentó en la cama, frunciendo el ceño mientras trataba de recordar la noche anterior. ¿Cómo era posible que le doliera tanto la cabeza si apenas había bebido un par de copas en el evento?Sus pensamientos se deslizaban hacia el reencuentro con Maxwell, y su corazón latía desbocado al recordarlo. Había pasado casi seis años sin verlo, y el momento en que sus miradas se cruzaron en aquel evento fue como un golpe a su corazón. Él había sido tan frío y lejano, como si los años que pasaron no significaran nada para él.—Esto no puede ser —murmuró Aria, llevándose una mano a la frente—. Solo fue un encuentro. No debería afectarme tanto.Se levantó y se dirigió hacia el baño, donde se dejó caer bajo el agua caliente de la ducha. A medida que se duchaba, reflexionó sobre lo que su jefa, Madelaine, le había pedido. Le había solicitado que hablara con Maxwell y lo convenciera para que se uniera a un
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Capítulo 46
Decidió intentarlo. Después de varios minutos de lucha interna, decidió que lo mejor sería darse un tiempo para calmarse y despejar la mente. Se fue a duchar, dejando que el agua caliente la envolviera, tratando de relajarse mientras los pensamientos sobre Maxwell continuaban atormentándola.Al salir de la ducha, se quedó de pie frente a su armario, mirando las prendas colgadas. Se sentía inquieta, como si su apariencia fuera un reflejo de su estado emocional. ¿Por qué le importaba tanto verse bonita para él?Mientras revisaba la ropa, su corazón latía con locura, y de solo imaginarse frente a Maxwell, las piernas le temblaban. ¿Qué diría? ¿Cómo reaccionaría al verla otra vez intentándolo allí? Las preguntas la abrumaban, y su estómago se retorcía de nervios.Sus ojos se posaron sobre un par de stilettos que había comprado hace poco. Eran elegantes y atrevidos, el tipo de zapatos que le hacían sentir poderosa y segura de sí misma."El tipo de zapatos que a Maxwell le gusta ver en las
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Capítulo 47
Se quedó sentada en el sofá, sintiéndose completamente expuesta, preguntándose qué pensaría Noah al recibir un mensaje tan personal y peculiar. La incertidumbre la consumía, y no pudo evitar preguntarse cómo podría verlo a la cara luego de aquel mensaje erróneo. ¿Qué haría ahora?Noah acababa de empezar a revisar un caso en su oficina cuando su teléfono sonó sobre el escritorio. Al ver que el mensaje era de Estela, le pareció un poco extraño que ella le hubiera enviado aquello. Una sonrisa de diversión se deslizó en su boca al leer el contenido.No pudo evitar reírse suavemente al imaginarse la situación. Aunque sabía que Estela probablemente se había equivocado al enviarle ese mensaje, decidió que no podía dejar pasar la oportunidad de ayudarla.Sin pensarlo dos veces, Noah dejó su trabajo de lado y se dirigió a la farmacia. Compró algunos medicamentos que podrían aliviar los cólicos de Estela y luego se detuvo en una pastelería para recoger una deliciosa tarta de fresa.Con la bols
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Capítulo 48
Después del beso, Noah se retiró un poco, su expresión cambió y ella no lo supo descifrar. —Lo siento, Estela. No debí haber hecho eso.Ella se quedó en silencio, procesando lo ocurrido. Las palabras de Noah se metieron en lo más profundo de su cabeza, pero no podía articular un pensamiento coherente. Lo ocurrido la dejó en un estado de confusión.Justo en ese momento, el teléfono de Noah sonó, rompiendo el silencio entre ellos. Miró la pantalla y, al ver que era un cliente, su expresión se tornó seria. —Lo siento, tengo que atender esto —pronunció, apenado—. Me disculpo por no poder quedarme para comer.Estela asintió, sintiendo cómo la realidad comenzaba a asentarse sobre ella. —Está bien, Noah. Entiendo.Sin embargo, a medida que él se alejaba, una sensación de vacío comenzó a invadirla. Noah se despidió rápidamente y salió de su apartamento, dejándola sola con sus pensamientos.Estela se quedó allí, en la
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Capítulo 49
Finalmente estaba allí dentro, no pudo evitar mirar a su alrededor, muchas cosas alli habían cambiado, la oficina se miraba más moderna, aún conservando el sello personal de Maxwell. Él, estaba de espaldas en su silla giratoria, al sentir la presencia de la mujer se giró y clavó sus ojos azules en ella. —Espero tenga una idea tan buena que me haga considerar unirme al proyecto —comenzó diciendo con su mirada gélida sobre ella. —Maxwell... Digo, señor Kensington —corrigió al ver su mirada severa. —Puede tomar asiento, señora King. Ella tomó una bocanada de aire. Aria comenzó, sintiendo cómo los nervios la invadían. Tomó una respiración profunda, intentando calmarse. —Como ya sabe... Vengo de parte del Estudio Strousman. Estamos trabajando en un nuevo proyecto de diseño de interiores y creo que su experiencia como arquitecto sería invaluable.Maxwell la observó con atención, su expresión seria. —¿Y qué es lo que hace que este proyecto sea tan especial?Aria se sintió un poco má
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Capítulo 50
Aria subió a su auto, sintiendo que el mundo a su alrededor se desvanecía. Una vez dentro, las lágrimas comenzaron a brotar sin control. Se dejó caer contra el volante, sintiendo el peso de la angustia aplastarla. La conversación con Maxwell había sido causante de su destrucción interna, y ella quedó en ruinas. Con manos temblorosas, sacó su teléfono y marcó el número de Estela. La voz de su amiga, siempre —¿Aria? ¿Qué pasa? Te escuchas mal.—Estela, necesito verte. ¿Puedo ir a tu casa? —su voz temblaba, y la urgencia era palpable.—Claro, ven. Estoy aquí para ti.El trayecto hacia la casa de Estela fue un borrón de pensamientos confusos y lágrimas. Cuando finalmente llegó, se encontró con su amiga esperándola en la puerta, con una expresión de preocupación en su rostro.—¿Qué ocurrió? —preguntó Estela, guiándola hacia la sala.Aria se dejó caer en el sofá, sintiéndose completamente destrozada.—Es Maxwell... No puedo creer lo que pasó. Todo se salió de control.Estela le sirvió una
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