Decidió intentarlo. Después de varios minutos de lucha interna, decidió que lo mejor sería darse un tiempo para calmarse y despejar la mente. Se fue a duchar, dejando que el agua caliente la envolviera, tratando de relajarse mientras los pensamientos sobre Maxwell continuaban atormentándola.Al salir de la ducha, se quedó de pie frente a su armario, mirando las prendas colgadas. Se sentía inquieta, como si su apariencia fuera un reflejo de su estado emocional. ¿Por qué le importaba tanto verse bonita para él?Mientras revisaba la ropa, su corazón latía con locura, y de solo imaginarse frente a Maxwell, las piernas le temblaban. ¿Qué diría? ¿Cómo reaccionaría al verla otra vez intentándolo allí? Las preguntas la abrumaban, y su estómago se retorcía de nervios.Sus ojos se posaron sobre un par de stilettos que había comprado hace poco. Eran elegantes y atrevidos, el tipo de zapatos que le hacían sentir poderosa y segura de sí misma."El tipo de zapatos que a Maxwell le gusta ver en las
Se quedó sentada en el sofá, sintiéndose completamente expuesta, preguntándose qué pensaría Noah al recibir un mensaje tan personal y peculiar. La incertidumbre la consumía, y no pudo evitar preguntarse cómo podría verlo a la cara luego de aquel mensaje erróneo. ¿Qué haría ahora?Noah acababa de empezar a revisar un caso en su oficina cuando su teléfono sonó sobre el escritorio. Al ver que el mensaje era de Estela, le pareció un poco extraño que ella le hubiera enviado aquello. Una sonrisa de diversión se deslizó en su boca al leer el contenido.No pudo evitar reírse suavemente al imaginarse la situación. Aunque sabía que Estela probablemente se había equivocado al enviarle ese mensaje, decidió que no podía dejar pasar la oportunidad de ayudarla.Sin pensarlo dos veces, Noah dejó su trabajo de lado y se dirigió a la farmacia. Compró algunos medicamentos que podrían aliviar los cólicos de Estela y luego se detuvo en una pastelería para recoger una deliciosa tarta de fresa.Con la bols
Después del beso, Noah se retiró un poco, su expresión cambió y ella no lo supo descifrar. —Lo siento, Estela. No debí haber hecho eso.Ella se quedó en silencio, procesando lo ocurrido. Las palabras de Noah se metieron en lo más profundo de su cabeza, pero no podía articular un pensamiento coherente. Lo ocurrido la dejó en un estado de confusión.Justo en ese momento, el teléfono de Noah sonó, rompiendo el silencio entre ellos. Miró la pantalla y, al ver que era un cliente, su expresión se tornó seria. —Lo siento, tengo que atender esto —pronunció, apenado—. Me disculpo por no poder quedarme para comer.Estela asintió, sintiendo cómo la realidad comenzaba a asentarse sobre ella. —Está bien, Noah. Entiendo.Sin embargo, a medida que él se alejaba, una sensación de vacío comenzó a invadirla. Noah se despidió rápidamente y salió de su apartamento, dejándola sola con sus pensamientos.Estela se quedó allí, en la
Finalmente estaba allí dentro, no pudo evitar mirar a su alrededor, muchas cosas alli habían cambiado, la oficina se miraba más moderna, aún conservando el sello personal de Maxwell. Él, estaba de espaldas en su silla giratoria, al sentir la presencia de la mujer se giró y clavó sus ojos azules en ella. —Espero tenga una idea tan buena que me haga considerar unirme al proyecto —comenzó diciendo con su mirada gélida sobre ella. —Maxwell... Digo, señor Kensington —corrigió al ver su mirada severa. —Puede tomar asiento, señora King. Ella tomó una bocanada de aire. Aria comenzó, sintiendo cómo los nervios la invadían. Tomó una respiración profunda, intentando calmarse. —Como ya sabe... Vengo de parte del Estudio Strousman. Estamos trabajando en un nuevo proyecto de diseño de interiores y creo que su experiencia como arquitecto sería invaluable.Maxwell la observó con atención, su expresión seria. —¿Y qué es lo que hace que este proyecto sea tan especial?Aria se sintió un poco má
Aria subió a su auto, sintiendo que el mundo a su alrededor se desvanecía. Una vez dentro, las lágrimas comenzaron a brotar sin control. Se dejó caer contra el volante, sintiendo el peso de la angustia aplastarla. La conversación con Maxwell había sido causante de su destrucción interna, y ella quedó en ruinas. Con manos temblorosas, sacó su teléfono y marcó el número de Estela. La voz de su amiga, siempre —¿Aria? ¿Qué pasa? Te escuchas mal.—Estela, necesito verte. ¿Puedo ir a tu casa? —su voz temblaba, y la urgencia era palpable.—Claro, ven. Estoy aquí para ti.El trayecto hacia la casa de Estela fue un borrón de pensamientos confusos y lágrimas. Cuando finalmente llegó, se encontró con su amiga esperándola en la puerta, con una expresión de preocupación en su rostro.—¿Qué ocurrió? —preguntó Estela, guiándola hacia la sala.Aria se dejó caer en el sofá, sintiéndose completamente destrozada.—Es Maxwell... No puedo creer lo que pasó. Todo se salió de control.Estela le sirvió una
Decidió estacionar un poco más adelante, sintiendo la necesidad de aclarar sus ideas. Miró su teléfono, dudando si debía llamar a Maxwell o no. La angustia y la confusión la invadían, y finalmente murmuró para sí misma: —No, no lo llamaré aún.Mientras tanto, en la oficina de Maxwell, él estaba enojado. Había pasado la jornada laboral furibundo, desquitándose con sus empleados por la frustración acumulada tras el encuentro con Aria. Cada demanda que hacía, cada exigencia que lanzaba, parecía más severa que la anterior. Los empleados se miraban entre sí, temerosos de cruzar caminos con su jefe en ese día atemorizante.Finalmente, cuando el día llegó a su fin, Maxwell se encontró en un bar cercano, donde había quedado con Noah. Aunquea música de fondo y las conversaciones lo rodeaban, su mente seguía encarcelada en la conversación con Aria.—¿Qué te pasa, amigo? —cuestionó, al notar la expresión sombría en el rostro de Maxwell, pero ya se hacía a una idea. Maxwell suspiró, tomando un
Estela incluso cuando sabía que tenía que concentrarse en su trabajo, no podía evitar pensar en lo que pasó con su mejor amiga, una tarea imposible estar centrada en su labor. Noah, la interceptó de manera repentina y ella dio un respingo por la sorpresa.—Estela, lo que pasó ayer entre nosotros... —comenzó diciendo claramente con la incomodidad marcada en su voz y ella bajó la cabeza sintiéndose nerviosa. —¿Qué pasa? Noah, eres mi jefe y nuestra relación laboral es excelente así que por el bien de eso, deberíamos hacer borrón y cuenta nueva, simplemente hacer como si nada de eso pasó. ¿De acuerdo? Yo...Noah no estaba de acuerdo en absoluto con lo que le estaba diciendo, así que la silenció poniendo un dedo en sus labios, ella ante el acto se quedó paralizada. Ni siquiera podía comprender cómo rayos es que su corazón había tomado un ritmo tan acelerado y ajeno a ella. —¿Sinceramente quieres hacer borrón y cuenta nueva? Yo también estuve culpándome por ser tan impulsivo y cruzar la
—Mi pequeño... —susurró por lo bajo acariciándole el cabello castaño a su pequeño trillizo, mirándolo con ternura y amor, deseando que se recuperara por completo, el niño tenía la respiración pacífica y eso la dejó un poco más tranquila. Sin embargo ella comenzó a llorar sin poder evitar sentirse arrastrada por las intensas emociones que se convertían en un maremoto dentro de sí. Ella derramaba lágrimas por lo que pudo ser y no ocurrió, se sentía impotente porque fue ella misma quien tomó la decisión de alejarse de Maxwell.Estela por su parte, organizó algunas cosas en su sitio y trató de evadir a Noah, pero el abogado estaba vigilando cada uno de sus movimientos y la detuvo justo cuando intentaba escobullirse. —Estela, estaba pensando que podría ser una buena idea cenar juntos, digo, hoy has trabajado más que antes, y siento que no he tenido oportunidad de darte las gracias...—¿En realidad esa es la razón por la que me estás invitando a comer? Tengo una buena paga, así que no tie