El hombre giró la cabeza hacia Noah, quien estaba entrando a la habitación, alegre de verlo despierto después de tanto tiempo. Incluso cuando menos lo esperaba, el abogado estaba derramando algunas lágrimas, y Maxwell lo tildó de exagerado.—Max, dime que esto no es un sueño.—No, definitivamente no lo es; es una maldita pesadilla —escupió, a lo que el moreno se desinfló sobre el asiento, sabiendo que, si bien había recuperado la conciencia, ahora tenía que lidiar con una invalidez.—Lo siento mucho, sé que toda esta situación es muy complicada y difícil para ti, en serio. Sin embargo, no puedo evitar sentirme aliviado de verte despierto. Todos estos meses se volvieron una eternidad, lo admito, también te extrañé —admitió, a lo que él asintió.—¿Ella se fue? —susurró de súbito, con la voz apagada y triste.Noah sabía a quién se refería. El moreno tomó asiento en una silla que arrastró hasta posicionarla al lado de la cama en la que su amigo estaba postrado.—Si te refieres a Aria, no
Leer más