Con la respiración acelerada esperaba por las palabras de Isabel. Sabía que era Inevitable el enfrentamiento, no podía dejar que arruinara la vida de la adolescente. - Te mando la dirección. Quiero un millón de dólares y a ti - dijo - no quiero sorpresas ni que tu noviecito se inmiscuya, sola, Elizabet, porque si no, olvídate de tu cuñada, te quiero aquí en una hora. - Allí estaré. Subí a la habitación con rapidez y me cambié de ropa, tratando de buscar la comodidad de los pantalones, para situaciones de emergencia. Esquivé la mirada de los guardaespaldas, evitando los posibles avisos a Jerry. No podía involucrarlo, pues ella había sido directa y clara en su comunicación, debía ir sola, además esta era mi batalla y tenía que luchar sola. Llamé a Alissa, explicándole la situación, aliándola a la misión, pidiéndole que, una hora después de mi partida, le avisara y explicara a mi guardaespaldas de los acontecimientos, brindándole mi ubicación, que obtendría con el localizador.
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