Ser la amante mi jefe no es nada fácil, mucho menos es el haberme quedado él cuando se va a casar con su verdadero amor. He ocultado a sus trillizos durante cuatro años, en los cuales él me ha mantenido oculta y me ha echado a un lado. Un pequeño error hace que él se entere de su existencia y ahora ruegue para que nos casemos. No le importa amenazarme para conseguir su objetivo. ¿Podré aceptar su propuesta después de todo lo que ha pasado o tal vez debería escapar con mis pequeños?
Leer más—Aria…—La justicia divina existe —celebra con tono malicioso—. Y se aplicó en ti.—Supongo que sí —murmuro—. En fin, lo puedo aceptar si eso significa que tú no vas a tener náuseas.—No lo creo. Tuve demasiadas en mi embarazo.—Pero…—Supongo que soy una buena actriz —se encoge de hombros—. Y ademá
Alec—¿Estás bien? —le pregunto preocupado al ver que sigue respirando agitada—. Mi amor, por favor, no pienses que la he defendido; solo quería que no llegara a lastimarte, pero creo que te subestimé.—Perdóname por dudar —se disculpa mientras me abraza—. Pero estaba furiosa, sigo furiosa. No sopor
—Jamás vuelvas a acercarte a mi mujer, ¿me entendiste? —le grita—. Largo de aquí. No tienes nada que hacer en mi casa.—Fue ella quien me agredió —protesta Alisson, y Alec se ríe.—Algo debiste hacer para que actuara así, y la verdad es que la apoyo. Si la estoy deteniendo ahora, no es por ti; es po
AriaEn cuanto mi hermano abre la puerta, aquella señora altanera pasa al departamento. Al verme, su rostro se enrojece por la rabia al encontrarme aquí.—Vaya, estás aquí. Qué poco te duró el amor por tus hijos.—Con mis hijos no se meta, señora —le digo furiosa, acercándome a ella sin titubear—. L
AriaCuando Julia y Alec se marchan, Jackson me toma de la mano y juguetea con ella durante algunos segundos. Espero con paciencia, a pesar de la creciente ansiedad que experimento; logro comprender lo difícil que es confesar algo así y hablar abiertamente sobre ello.—Quiero pedirte perdón por no h
AlecCuando abro los ojos y busco ver el rostro más perfecto del mundo, no está. Alarmado, me levanto para buscarla, pensando que tal vez está en el baño, pero no.—¡Aria! —la llamo, temiendo lo peor: que todo lo que he vivido ha sido un sueño o que ella ha escapado—. Aria, nena, responde.Busco por
Aria Durante el camino hacia el departamento, Alec no deja de decirme cuánto me ama y me desea. Todavía me encuentro nerviosa por todo lo que pasó, pero sus palabras de amor hacen que poco a poco me relaje. —¿Quieres cenar algo, mi amor? —me pregunta en el ascensor, en donde me acorrala. —Sí, qui
Alec—¿Qué vamos a hacer con el cuerpo? —le pregunto a Jackson cuando nos subimos al auto.—Tú lo investigaste, ¿cierto? Deberías saber en qué lugar podríamos dejarlo.—Tenía un negocio, pero cuando apareció Aria dejé de seguirlo —confieso—. Así que ahora ignoro toda esa información y sería riesgoso
Aria Sin dejar de temblar, observo el cuerpo inerte de Harry en el césped. Tiene la cabeza llena de sangre por los golpes que le di con la pala de Jackson, tras haberme dicho cosas que me hicieron enfurecer e intentar llevarme. En ese momento, lo único en lo que pensaba era en defenderme, no en mat