—Jamás vuelvas a acercarte a mi mujer, ¿me entendiste? —le grita—. Largo de aquí. No tienes nada que hacer en mi casa.—Fue ella quien me agredió —protesta Alisson, y Alec se ríe.—Algo debiste hacer para que actuara así, y la verdad es que la apoyo. Si la estoy deteniendo ahora, no es por ti; es po
Alec—¿Estás bien? —le pregunto preocupado al ver que sigue respirando agitada—. Mi amor, por favor, no pienses que la he defendido; solo quería que no llegara a lastimarte, pero creo que te subestimé.—Perdóname por dudar —se disculpa mientras me abraza—. Pero estaba furiosa, sigo furiosa. No sopor
—Aria…—La justicia divina existe —celebra con tono malicioso—. Y se aplicó en ti.—Supongo que sí —murmuro—. En fin, lo puedo aceptar si eso significa que tú no vas a tener náuseas.—No lo creo. Tuve demasiadas en mi embarazo.—Pero…—Supongo que soy una buena actriz —se encoge de hombros—. Y ademá
Aria—Aria, Aria, mi amor, despierta. La súplica de Alec se escucha bastante desesperada, pero todavía me siento tan mareada que no soy capaz de abrir los ojos. No es la ocasión en la que peor me he sentido en la vida, pero sin duda no la estoy pasando nada bien. —¿Qué es lo que tiene mi pequeña
Alec La felicidad por el bebé es tanta que no puedo contenerme y le planto un beso muy fuerte en la mejilla a Ethan cuando entra de nuevo a la habitación. —¡Dio positivo! —le grito—. Seré papá otra vez. —Dios, me llenaste de tus babas —se queja Ethan, pero de todos modos le beso la otra mejilla
AlecMis pequeños se llenan de alegría cuando les digo que iremos al pueblo para buscar un regalo para su mamá. Ha sido difícil ocultar este plan, dado que Aria se ha vuelto más cariñosa conmigo y no quiere que la deje sola. Yo tampoco quiero, a decir verdad, pero si no la dejo en este momento, nunc
Aria Me muerdo los labios mientras contemplo cómo Alec introduce y saca sus dedos de mí. Con su otra mano, pellizca uno de mis pezones y lo mueve como si estuviera sintonizando una televisión vieja. No sé cómo ha sabido que eso me excita tanto, pero lo descubrió pronto y ahora me está volviendo loc
Alec Tanto Aria como yo salimos completamente descolocados de aquella consulta. Estoy demasiado feliz porque todo va muy bien, pero a su vez estoy angustiado por todos los riesgos que implica un embarazo de trillizos. Una cosa es saber que Aria lo vivió y otra que lo esté viviendo ahora. —Mi amo