Jajajaja entraron por una ecografía y terminan internados de la impresión xD ok no. ¡¡¡Se viene trillizos de nuevo!!! Menos mal son ricos. ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
Alec Tanto Aria como yo salimos completamente descolocados de aquella consulta. Estoy demasiado feliz porque todo va muy bien, pero a su vez estoy angustiado por todos los riesgos que implica un embarazo de trillizos. Una cosa es saber que Aria lo vivió y otra que lo esté viviendo ahora. —Mi amo
AriaLa fiesta del pueblo está por comenzar y todos en la casa no podemos estar más felices por ello. Mis trillizos y mi preciosa osita brincan por todos lados, haciéndole miles de preguntas a Alec, quien dulcemente responde a cada una de ellas. Verlos así es precioso, sobre todo porque Alec no hace
Alec y yo nos miramos divertidos. Nuestros pequeños son demasiado ocurrentes y sinceros cuando algo les gusta o no.El desfile por las calles del pueblo es tan divertido que mis hijos y mi sobrina pronto se olvidan de todo lo que les molesta. Incluso Alec, que tiene problemas para socializar, termin
Aria La verdadera fiesta comienza cuando llegamos al parque central y Alec da el discurso que tiene preparado. Esta vez he escuchado todo con atención, ya que no tengo la preocupación por mis hijos, pues sé que están a salvo en el escenario junto a nosotros. Cada cierto tiempo miro mi anillo, el cu
Alec Todos los gritos que se escuchan a nuestro alrededor son ensordecedores, pero por suerte nadie ha salido herido. Los policías locales logran detener a aquel hombre, que se retuerce de ira por haber fallado y terminar disparando en la cerca que nos separa del juego mecánico. —Mis hijos —dice
Alec Mientras conduzco por la oscura carretera, pienso en Aria más que nunca. Es posible que cuando vuelva me encuentre con esa mujer lanzándome el anillo a la cabeza o haciendo una rabieta que me encogerá de miedo, pero no puedo dar marcha atrás en mi decisión de enfrentar a mi madre y a Hunter. N
Se miran entre sí. No hay rastro de duda o arrepentimiento en sus ojos.—Solo queríamos darte un susto —dice Alisson con desdén.—¡No me mientas! —exclamo—. Al menos ten la puta decencia de…—Bien, ¿para qué mentir? —resopla Hunter—. Esa mujer solo ha traído desgracias a nuestra familia. Por su culp
—Está bien, mi amor —le respondo—. Por favor, no tengas miedo. Iré para allá y estaremos juntos. Luego resolveremos este tema.—Gracias, gracias, mi amor —solloza—. No sé qué haría sin ti, si algo malo te…—No va a ocurrirme nada malo —le prometo—. No puedo dejarte a ti y a nuestros seis hijos.—Eso