Solo se dio cuenta de que estaba sonriendo cuando él la fulminó con la mirada. Se mordió el labio, tratando de borrar esa sonrisa, pero era inútil; había aparecido antes de que pudiera evitarla. La furia en los ojos del hombre estaba contenida, apenas domada por la pequeña figura a su lado, quien parecía luchar por encontrar su voz.“Este hombre es estricto”, pensó Bárbara. Liam apenas podía expresarse frente a él, ni siquiera para algo tan sencillo como una disculpa. Esa mirada en el rostro del niño no le gustó en absoluto.Ver a Liam aferrarse a la ropa de su padre, mientras sus ojos oscilaban entre él y ella, le arrancó otra sonrisa. El hombre sacó su teléfono con ese aire de suficiencia, listo para pagarle. Ni siquiera hizo contacto visual con ella. "Típico", pensó Bárbara.Apoyó una mano en su cintura, disfrutando del momento, y decidió provocarlo un poco más.—Un simple "gracias" sería suficiente, pero ya que insistes... quiero 150,000 pesos. En dólares, por supuesto.La expresió
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