•Vlad Vólkov•3 meses antes...Apreté la pistola entre mis manos esperando el momento indicado para poder usarla, pues me encontraba en el auto con mi hermano menor siguiendole los pasos al tipo que estaba metiendo sus narices donde nadie lo llamaba. Me emocionaba un poco ser parte de todo ello, pues disfrutaba con todo mi corazón poder torturar hasta quitarle la vida a los hijos de perra que se metían en mi camino o el de mi hermano, quién lo era todo para mí. Quién tocaba a uno, lo hacía con el otro y debía pagarlo con creces. Y, esta vez, no sería la excepción.Al parecer, el tipo había ido a la delegación a denunciarlo, todo por celos con su amiga, quien resultó ser mi cuñada y mujer de mi hermano, por lo que no nos quedó más remedio que tomar cartas en el asunto.Afortunadamente tenemos gente infiltrada en la comisaría, por lo que la noticia nos llegó antes de que se desatara el caos. Eramos unos de los líderes más poderosos de la mafia Rusa, por lo que no nos podíamos permit
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