Ada SloanAl escuchar la voz de Sergei, me alejé rápidamente de Vlad y le di la espalda para ver la silueta de mi hermano aparecer en nuestro campo de visión. Había llegado desde la mañana y había pasado parte del día conmigo, algo que me había sorprendido un poco porque cada vez que venía avisaba, pero hoy había sido la excepción. No contaba con la visita de Vlad, lo que me hacía sentir un poco nerviosa al tener que presentarlos, sabiendo lo celoso que era mi hermano conmigo, pero supongo que ya era una mujer y debía aprender a afrontar las situaciones como tal. Con una sonrisa y los nervios de punta, volteé a ver a Vlad, me paré a su lado y le tomé la mano para poder presentarlos. Aún no sabía que éramos realmente, por lo que no podía presentar como mi novio, pero sí sabía que amigos del todo no éramos y eso solo lograba emocionarme.—Sergei, él es Vlad —lo señalé con una sonrisa en el rostro —. Vlad, él es mi hermano mayor; Sergei. Un silencio sepulcral inundó la habitación, ha
Ada SloanLe di un sorbo a mi café mientras leía las historias médicas que tenía en mis manos e intenté concentrarme en otra cosa que no fuera Vlad. Desde el incidente que había ocurrido en el departamento con él y Sergei, no lo había vuelto a ver. Él por supuesto me había buscado en reiteradas oportunidades y me había mandado ramos de flores que, por supuesto, había tirado a la basura. Aún seguía sin poder creer que se hubiera prestado para la idiotez que había cometido su hermano con Dasha. Seguía sin poder creer que por su culpa la habían secuestrado y torturado no sé por cuánto tiempo, lo que me hacía comprender que eran más peligrosos de lo que yo creía. Aunque claro, al saber a lo que se dedicaban era más que obvio, solo que yo me hacía la vista gorda por la atracción que sentía por él. Solté las hojas con fastidio al no entender absolutamente nada de lo que estaba leyendo y de un solo sorbo me tomé el café que quedaba en mi taza. Necesitaba concentrarme porque estaba trabaj
•Vlad Vólkov•3 meses antes...Apreté la pistola entre mis manos esperando el momento indicado para poder usarla, pues me encontraba en el auto con mi hermano menor siguiendole los pasos al tipo que estaba metiendo sus narices donde nadie lo llamaba. Me emocionaba un poco ser parte de todo ello, pues disfrutaba con todo mi corazón poder torturar hasta quitarle la vida a los hijos de perra que se metían en mi camino o el de mi hermano, quién lo era todo para mí. Quién tocaba a uno, lo hacía con el otro y debía pagarlo con creces. Y, esta vez, no sería la excepción.Al parecer, el tipo había ido a la delegación a denunciarlo, todo por celos con su amiga, quien resultó ser mi cuñada y mujer de mi hermano, por lo que no nos quedó más remedio que tomar cartas en el asunto.Afortunadamente tenemos gente infiltrada en la comisaría, por lo que la noticia nos llegó antes de que se desatara el caos. Eramos unos de los líderes más poderosos de la mafia Rusa, por lo que no nos podíamos permit
•Vlad Vólkov•Le dí un sorbo a mi trago y esperé pacientemente a que llegara la mujer que había citado en mi auto esa noche.Mi chofer se encontraba en el asiento del píloto esperando una orden de mi parte para poder proceder, pero no me iría de ese lugar sin antes lograr mi objetivo.Necesitaba que Ada supiera que existía y que estaba dispuesto a conquistarla, tenía meses observandola desde las sombras y anhelando por fin poder tenerla entre mis brazos.Luego de tanta espera, por fin había llegado el momento indicado.La puerta a mi lado se abrió y por la misma entró la mujer que estaba esperando. Le sonreí al tenerla sentada a mi lado y ella imitó mi gesto al instante.El chofer bajó del auto y nos dejó solos, tal como se lo había ordenado minutos antes.—Buenas noches —la saludé con educación y reí al ver la mirada que me dedicó al instante.No estaba nada contenta, y la entendía, pero aún así me importaba muy poco. Quería lograr mi objetivo y, si para eso debía mover cielo y tierr
•Ada Sloan•No podía ver absolutamente nada, lo que me hizo entrar en pánico al instante.Estaba encerrada en un ascensor con un desconocido en completa oscuridad, le tenía miedo al contacto físico y la ansiedad era mi mejor aliada en esos casos, por lo que no demoró en aparecer.No, no, no.Intenté calmar mis nervios, pero cada segundo que pasaba, la ansiedad se apoderaba de mi cuerpo y me impedía poder estar en completa tranquilidad, así como lo estaba aquel hombre.¿Y si se trataba del mismo imbécil que años atrás creó los traumas con los que hoy en día me tocaba lidiar?—Tranquila, al parecer se fue la luz o se trata de una falla técnica con el ascensor —su voz me sacó de mis pensamientos y me pegué más a la pared al notar como me miraba.No lo hacía de mala manera, al contrario, su mirada era cálida y trataba de transmitir tranquilidad, pero a esas alturas yo solo podía pensar en mi pasado.En aquella noche donde mi vida cambió por completo y quedó marcada para siempre.Desde ese
•Ada Sloan•Él imitó mi acto y juntos reímos durante unos minutos donde se me olvidaron todos mis problemas, el lugar en el que nos encontrábamos y mi miedo a estar en un espacio reducido con una persona del sexo opuesto.A los pocos minutos dejé de reír y, sin poder evitarlo, me quedé mirándolo fijamente al igual que él a mí, como si no existiera nada más a nuestro alrededor.A pesar de la poca luz que había en el lugar, pude notar el azul de su mirada y me quedé embelesada con la misma. Tenía unos ojos realmente hermosos, sin mencionar sus largas y abundantes pestañas.Bajé mi mirada hasta sus labios y noté como los relamía al sentir mi mirada en los mismos.El sonido del juego seguía sonando de fondo, pero aún así ambos estábamos muy ocupados mirándonos mutuamente que no le préstamos atención a ese detalle.Era un hombre realmente guapo, cualquier mujer en su sano juicio lo notaría, sin duda.—¿Qué edad tienes, Ada? —su pregunta me sacó de mis pensamientos.—Veintisiete, ¿Y tú?—Tr
•Ada Sloan•Días después...Le di un sorbo a mi café y miré con diversión a mis amigas, quienes se encontraban en mi departamento luego de un larga jornada laboral en el hospital, ellas no paraban de acosarme con sus preguntas sobre lo que había ocurrido días antes en el hospital con aquel guapo hombre. Luego del incidente que pasó en el ascensor, lograron solucionar la falla que había ocasionado que el mismo se quedará sin electricidad. Por lo que afortunadamente Vlad y yo logramos salir ilesos de todo.Obviamente se había armado un desastre en el hospital al descubrir que el ascensor estaba paralizado, por lo que al salir, nos encontrábamos con la mitad de los médicos y personas curiosas al pie de las puertas.Había sido un poco incómodo tener sus miradas encima de nosotros, pero todo eso fue ignorado cuando nos comenzaron a preguntar sí estábamos bien y demás.Luego de eso, nos llevaron a una habitación a revisarnos un poco más a detalle para ver si todo estaba en orden, pues al p
•Ada Sloan•Le sonreí con amabilidad al mesero que nos estaba atendiendo aquella noche y Vlad comenzó a ordenar por mí, pues estabamos en un restaurante italiano y la verdad era que no sabía qué pedir en el menú. —¿Quieres un poco de vino tinto? —su pregunta me sacó de mis pensamientos y solo hasta ese momento me di cuenta de que el mesero ya se había ido y habíamos quedado solos nuevamente. Asentí en respuesta y él inmediatamente sirvió un poco del líquido en mi copa, misma que me llevé a la boca al instante. Gemí bajito al sentir el exquisito sabor del vino en mi palader y no pasó desapercibido para mí como me miró justo en ese instante. Lo hacía como si quisiera denudarme con la mirada, algo que no llegó a incomodarme del todo, pero sí lograr que mi corazón comenzara a latir frenticamente a causa de los nervios.—¿Y qué tal te fue hoy en tu guardia? —preguntó nuevamente haciendome volver a la realidad y le sonreí antes de contestar. —Muy bien, afortunadamente no hubieron tantas