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Todos los capítulos de La obsesión del Mafioso: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1.
Nunca me había detenido a pensar qué me trajo hasta aquí, qué me convirtió en este ser tan despreciable y odiado que soy ahora; tal vez fue mi innegable curiosidad que todos notaron en mí, o mi astucia en librarme de los problemas o la capacidad inaudita que tengo de siempre salirme con la mía, sea lo que sea, sea a quien sea, doy gracias, llegué a dudar de mí misma, a pensar que no llegaría tan lejos, tan viva.De hecho, para ser sincera, creía que moriría tan rápido como una cucaracha, pero hasta ellas son capaces de sobrevivir a una explosión nuclear. Yo lo hice y me siento orgullosa de eso, al fin de cuentas, era lo único que quería y lo conseguí.En todo caso, no les voy a arruinar el final, pero si quiero que disfruten el desarrollo, el más exquisito y magnifico desarrollo que me llevó a convertirme en la mujer que soy la hora, el más frívolo y oscuro desarrollo que me llevó a mi perdiciónMudarte a una nueva ciudad para todos, o al menos, la gran mayoría de personas siempre ser
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Capítulo 2.
Mientras bajo las escaleras inspecciono un poco más la estructura de la que ahora es mi nueva casa. Paredes viejas, algunos cuadros de Andrea cuando apenas era una bebé, un olor peculiar, como a viejo y una que otra telaraña, sin embargo, no puedo negar la tranquilidad que se siente en este lugar.El vecindario es callado, por lo que he podido notar, además Andrew parece no ser un pederasta en potencia, en cambio, la que se comportó muy mal fui yo, tampoco es alcohólico como el ultimo novio y nos preparó una cena hecha en casa la primera noche, no las sobras del día anterior como lo hizo Steven, el anterior al último.Al llegar a la primera planta de la casa me dirijo al comedor donde ya los tres me esperan con sus miradas espectadoras. Noto que hay mucha comida sobre la mesa y no puedo evitar sonreír. —Parece que ya sé cómo ganarte; con la comida —comenta Andrew mientras se sirve un poco de pasta.—No creo que sea la manera correcta, no la verás comiendo mucho, no quiere engordar —l
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Capítulo 3.
Me despierto por unos toques desesperados en mi puerta, son leves hasta que se vuelven cada vez más insoportables, yo opto por ignorarlos colocando la almohada sobre mi cabeza como si esta fuera un pequeño caparazón que me cubre del ruido, sin embargo, el molesto sonido sigue así que me levanto de la cama y abro la puerta encontrándome de frente a Andrea. Con ojos aun adormitados noto lo simpática que se ve en sus jeans ajustados, su camisa corta, su cabello recogido en una coleta alta, un maquillaje muy bonito y unos tennis.—Creí haberte dicho anoche que hoy es tu primer día de escuela y que estuvieras lista las siete. Son las siete con quince, creo que vamos a llegar tarde.—Y yo creí haberte dicho que no estudiarás más en esa escuela —le contesto en medio de un bostezo. Ella arque la ceja.—Ver para creer, señorita, ver para creer, ahora mueve tu bonito culo al baño y hazlo ya, porque llegaremos tarde.Sonrío ligeramente cuando la veo alejarse puesto que, aunque pensé totalmente l
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Capítulo 4.
Andrew y yo vamos camino hacia el norte del pueblo y mientras el auto sigue su curso no puedo evitar sentirme aún más cautivada que la primera vez de todo este paraíso. Las casas son como de otro mundo, un mundo que no conozco, pero del que ansío pertenecer y este es mi primer paso para hacerlo, para poder cumplir lo que siempre he querido; ser alguien respetado y temido.Porque sí, es mejor ser temido que amado, y ese poder solo te lo da una cosa; el dinero.Seguimos avanzando hasta llegar por poco a las afueras de la ciudad, donde el auto se detiene frente a una casa de dos plantas, muy hogareña de un bonito color azul, con un césped elegante y bien podado, cuatro ventanales grandes justo al frente, una chimenea y un imponente y sofisticado balcón.—Hemos llegado, Victoria —comienza a hablar Andrew luego de apagar el auto—, quiero que sepas que trataré de hacer todo lo que esté a mi alcance, pero no puedo prometerte nada, ¿estás bien con eso?—No te preocupes, Andrew, el hecho de qu
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Capítulo 5.
La relación madre e hija siempre ha sido complicada, eso lo sé, de hecho, lo sé muy bien, porque desde que nací y tuve consciencia supe que fui un puto error. Mi madre no es la peor madre del mundo, no me dejaba llorar por horas, me tenía en desnutrición o barbaridades como esas, de hecho, hizo muchas cosas que no quería por mí, pero he aprendido con los años que ser madre no es solo dar a luz y poner un plato lleno de comida sobre tu mesa, o llevar la compota en el avioncito hasta tu boca, es definitivamente mucho más que eso, es ponerte a ti sobre cualquier cosa, apoyarte, educarte y amarte, porque poner un plato sobre la mesa, lo puede hacer cualquiera, pero estar para ti, eso si es trabajo duro, que solo una madre, una verdadera podría hacer.Y Amber no fue eso para mí. Nuestras peleas y enfrentamientos no empezaron ayer, es desde hace mucho tiempo y el hecho de que ella se refleje en mí y vea lo que he hecho y no hizo, lo que podré lograr y no logró, eso la carcome y hace que me
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Capítulo 6.
Subo las escaleras un poco asustada. Al llegar a mi habitación y abrir la puerta me encuentro a mí madre sentada en mi cama, fumando un cigarrillo de mi caja.—¡Vaya! Cuando el gato sale los ratones hacen fiesta —exclamo entrando y arrebatándole los cigarros de la mano—. Sabes que odio que toquen mis cosas.—No enloquezcas, vendo en son de paz —yo arqueo una ceja mientras me deshago de mis zapatos.—¿En son de paz? Esa última palabra no pertenece a nuestra relación "madre e hija" —le contesto haciendo comillas al aire.—¿Quieres saber por qué te llamas así?—No, mamá, no quiero saber por qué elegiste mi nombre y menos si seguramente lo hiciste estando ebria —ella parece no importarle lo que acabo de decir y comienza su historia.—Cuando supe que estaba embarazada no fue precisamente una noticia placentera, lo admito; sabes que tu padre es un hombre complicado y que en ese entonces yo era la chica con la que tenía sexo casual de vez en cuando teniendo novia, así que obviamente un bebé
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Capítulo 7.
Se llegó el día del examen, sí, el examen del que depende todos mis planes, del que dependo yo. El que es y jamás volverá a ser, el que me ayudará a cumplir lo que me he propuesto, el único… esta oportunidad no se volverá a presentar jamás en mi vida y sería caótico y estúpido que una hoja de papel me quite mis alternativas.Vamos en el auto camino a la escuela de ricos, camino a mi próxima escuela. Mi madre y Andrew van al frente y justo a mi lado en la parte de atrás del auto, Andy con sus ojos cerrados escucha música con sus audífonos. Me pongo inquieta al verla tan relajada así que le toco el hombro frenéticamente hasta que ella abre los ojos de par en par bastante sorprendida. Se deshace de un audífono antes de hablar.—¿Qué carajos, Victoria? En serio, necesito estar tranquila para ese examen.—¡No puedo verte así, Andy! Me pone nerviosa —le contesto.—¡¿Y crees que yo no lo estoy?! —responde casi gritando.—¡Okey, chicas, calma! —interviene Andrew—, sé que ambas están muy nervi
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Capítulo 8.
Estuve pensando toda la noche lo que me dijo Andrea y por mucho que esto les suene realmente sorprendente, ella tiene razón. Toda mi vida he conseguido que los hombres hagan cosas por mí, ya que ellos, son como la especie más coloquial y primitiva que he conocido en toda mi vida, sí, exacto, lo que quiero decir es que son una especie diferente a nosotras las mujeres, de eso estoy segura.Los hombres para mí siempre han sido tarea fácil, son como un bocadillo, ellos van y vienen, son reemplazables y siempre será así, porque no tienen lo que nosotras sí, a pesar de pertenecer a una especia que se diferencia de los animales por poder razonar. Las mujeres siempre hemos sabido pensar antes de actuar mientras que ellos se dejan llevar por sus instintos más primitivos y por muy estudiados que sean, por muchos ceros que haya en sus cuentas, por mucho que sean exitosos, en lo único que piensan, lo único que realmente les importa es saciar esa sed carnal que una mujer les puede dar porque para
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Capítulo 9.
Llego a mi casa cansada y asustada, pero sobre todo asustada, muy asustada. Realmente no conozco al hombre que desea tenerme en su cama, no conozco de lo que es capaz, no conozco nada de él, pero esto no es lo único que me pone en desventaja, en realidad son todas sus armas, sus hombres, su rabia, su ego, porque como el varón que es, debe tener más ego que peneNo estoy asustada, más bien estoy aterrada porque Andy tiene razón, por más buena que esté, yo no podré lidiar con esto, con él, así que me bajo corriendo del auto y entro a la casa, la cual se siente bastante sola. Corro hacia las escaleras, y llego hasta la habitación de Andy y entro sin siquiera tocar, de lo que me arrepiento al segundo ya que al abrir la puerta me encuentro con la escena más jodida que mis ojos han visto desde que estoy en este puto pueblo. Andy está a punto de coger con alguien y ese alguien es Aaron.—¡Carajo! Lo siento —chillo en cuanto abro la puerta, a lo que ellos se detienen y solo se intentan cubrir
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Capítulo 10.
Aún no he recibido respuesta de la prueba, no he hablado con Max, ni con nadie que pueda darme algún tipo de información, lo que me hace sentir estancada, sumado a ello, la situación con Dominico, su zorra y su jefe me tiene realmente preocupada, por lo tanto, decidí atarme bien los pantalones, poner los ovarios sobre la mesa y comenzar a actuar.La casa de Mandy parece la casa típica de barrio pobre que intenta verse muy por encima de las demás, que utiliza todos los recursos, incluso los que no puede pagar para sentirse de la alta sociedad, lo que realmente me causa gracia. Me quedo de brazos cruzados en cuanto llego a su césped mal podado, mientras noto cómo me ve desde la ventana de su habitación, a lo que le sonrío falsamente y la saludo con la mano.Me cerco a su puerta y toco el timbre varias veces, frenéticamente hasta que ella abre fuertemente, echando humo hasta por las ojeras.—¿Qué carajos haces aquí? —pregunta entre dientes y de forma baja. Como si no quisiera que alguien
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