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Todos los capítulos de La obsesión del Mafioso: Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 11.
Mi madre nunca me había hecho cuestionarme lo que soy, lo que tengo, lo que seré o lo que tendré, considerando que me ha dicho, más bien, nos hemos dichos cosas realmente feas, pero ayer, anoche, fue diferente, no dormí mucho, de hecho. Intenté pensar en otra cosa, no darle importancia, después de todo, fue una pelea como cualquier otra, pero no pude, no pude siquiera sacarme sus palabras de mi cabeza por medio segundo. Me hizo sentir estúpida y vulnerable y no me siento, así como desde los cinco años, si cuando, era una niña y alguna mocosa estúpida se burlaba de mi ropa vieja y mis bolsos con agujeros. Malditas perras, es lo único que pensé cuando cumplí doce.El caso es que no pude, misteriosamente no pude no darle importancia, se me quedó tatuado en la mente, fijo, tan fuerte que no se quita, carajo, no se quita y es justo en lo que pienso ahora, en el momento en que se quite porque no soportaría que siguiera en mi mente por un tiempo prolongado, como lo que resta de mi vida, por
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Capítulo 12.
Siempre he sido fiel creyente del pasaje que dice “la curiosidad mató al gato” porque lo he vivido en experiencias propias, puedo dar testimonio de él, pero a veces es bueno que el gato muera sabiendo algunas cosas, que no muera en la ignorancia, o que simplemente no muera.Como dije, siempre he sido muy curiosa, creo que para la vida que quiero vivir, que quiero construir, la curiosidad se necesita, bueno más bien, la valentía de afrontar riesgos y no pensar en las consecuencias, pero siempre tener planes por si esas consecuencias son realmente jodidas, así que mentiría si dijera que las palabras de Mandy no me removieron la boca del estomago y no hablo del dinero, no, hablo de lo que dijo respecto al hombre, que no lo estoy viendo con claridad, que me he inventado una imagen de él, una que no es real, una que me ha brindado las películas tal vez, por eso por mucho miedo que tenía, estoy aquí, sí, en la casa del hombre sin nombre, no adentro, claro está, al frente de ella, faltando q
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Capítulo 13.
Unos gritos detrás de la puerta me despiertan abruptamente. Intento seguir durmiendo, pero Andy, que es la que sigue gritando como loca, continúa haciéndolo al mismo tiempo que golpea la puerta una y o través. Decido levantarme o de lo contrario no va a parar, abro la puerta y me encuentro con ella saltando como loca mientras sostiene una caja sobre sus manos.—¿Qué es eso? —le pregunto mientras se la arrebato de las manos.—Lo que hemos estado esperando hace días —contesta—¿Sola enviaron una? —ella niega mientras se agacha y levanta otra caja del suelo que no había visto; justo como la que me acaba de entregar.Ambas nos adentramos a la habitación, cerrando la puerta con seguro, y colocamos ambas cajas, una al lado de la otra sobre la cama. Noto que ambas dicen exactamente lo mismo, dejándonos a la expectativa de su contenido, la única diferencia es que la suya está a su nombre y la mía pues, la mía dice Victoria.Andrea y yo nos miramos y asentimos dándonos a entender que es moment
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Capítulo 14.
He vuelto a la estúpida reunión de bienvenida, donde Max sigue hablando y hablando sin parar, y le ofrece el micrófono a profesores y personal para darnos una “calurosa bienvenida” sin embargo, yo no puedo pensar en nada ahora que no sea Aiden y su intensa mirada, y sus palabras, sus gestos, sus actos hacia mí. No puedo creer que él le haya pedido a Max mi entrada aquí, sabe que no pertenezco a este lugar, a este lado del pueblo y es la única forma de tenerme cerca. Tal parece que a nadie le importa a lo que se dedica, tal parece que todos estúpidos, o todos se hacen de la vista gorda. Es muy confuso; Andy tenía razón, no es cómo lidiar con niñatos de tu escuela, son hombres, hombres de verdad que saben lo que quieren y cómo conseguirlo y el truco está en ser más listos que ellos.Ni siquiera he comenzado los planes que tengo y ya tengo a un hombre que no conozco de nada, que además es peligroso detrás de mí, tal vez tiene el dinero que yo quiero, pero también tiene el arma para dispa
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Capítulo 15.
En las películas absurdas que a mi parecer hacen hombres o mujeres maduras que realmente no tienen ni puta idea de que están haciendo, te brindan una imagen muy distinta de las chicas malas, ricas y supersticiosas de las escuelas privadas, o públicas; es una imagen errónea. Estoy cien por ciento segura que se les ocurre alguna estupidez mientras están defecando en el baño y creen que es una idea brillante, pero en realidad es una mierda, literal y a raíz de eso aparece un cliché que nadie que tenga todas sus neuronas funcionando correctamente, pagaría por ver algo así en el cine.La estrategia de esas películas es la siguiente; rubia, de algunos dieciséis años, ojos azules, popular, con una casa enorme, padres que nunca están, y una completa perra sin razón alguna con los demás, acompañada de una o en su defecto, dos imbéciles que lo único que hacen es estar tras ella. A la vista de todos, ella es segura, confiada, alagada, bella y perfecta, pero tras las puertas de su gran casa proba
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Capítulo 16.
Volvemos a casa luego de nuestro primer día de escuela, y al llegar Andrew nos atasca de preguntas.—Necesito que me cuenten absolutamente todo —pregunta al tiempo que se sienta como si los tres fuéramos amigos de toda la vida y esto fuera una charla de chicas en la que hablaremos sobre chicos y sexo.—En realidad, no pasó mucho —respondo.—¡Ay vamos! Sé que debió pasar algo —se queja—, algo interesante.—Bueno, creo que lo más interesante que nos sucedió fue darnos cuenta que la escuela tiene una mini plazoleta de comida en su jardín —digo, a lo que Andy se muestra eufórica para continuar con la conversación.—¡Es cierto! —se apresura a decir—, papá hay pizza, sushi, comida china, es como un puto bufé.—Lenguaje señorita —ella levanta sus hombros como respuesta.—Es cierto Andrew, nunca había visto algo así.—En la cafetería solo sirven comida de tres días de hecha, papá, eso es sorprendente para cualquiera como nosotros.—Pero los precios son muy altos, creo que no podremos disfruta
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Capítulo 17.
No es preciso decir que no es la primera vez que cuento algo malo sobre mi mamá, mi mamá… suena raro, es extraño que aún no haya decido llamarla definitivamente por su nombre, creo que en el fondo no quiero hacerlo, no es algo que se sienta bien decir, por mucho que haya momentos en que la deteste tanto.Lo que intento decir, es que son muy pocos los recuerdos buenos que tengo con ella, tal vez para no decir que en realidad n tengo, diré que los cuento con una mano, porque no son suficientes para utilizar todos mis dedos. El caso es que mi madre siempre ha sido una mujer dispuesta a hacer cosas que incluso no quiero a cambio de lo que necesite, de lo que ella quiera, eso lo saqué de ella, lo sé, prácticamente todo lo saqué de ella, ya que ni siquiera recuerdo cómo es mi padre, pero si recuerdo una historia en particular.Tenía doce años, tal vez trece, y volvía a casa de la escuela, porque siempre debía volver sola, ella no podía pasar por mí, no teníamos auto y yo odiaba el autobús,
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Capítulo 18.
Me quedo bastante sorprendida cuando veo cómo charlan tan animadamente los cuatro mientras ríen y chocan sus copas de vino, es decir, no puedo creer lo bien que se llevan, como si fueran buenos amigos, como si no fuera la primera vez que chocan sus copas entre risas como si alguien hubiera dicho algo muy graciosa, como si fueran esos amigos de negocios, buenos negocios que crean lazos verdaderos y perdurables.Cuando vi a Alisson aquella noche en la fiesta, algo me dijo que ella sería importante, que ella tenía algo, algo que yo querría, que yo necesitaría, luego la vi de nuevo en la escuela y ese pensamiento se intensificó al descubrir que es muy seguro que pertenezca a la segunda familia más adinerada de este pueblo. Sé que los ricos guardan secretos y sé harían cualquier cosa para que no salgan a la luz, pero si indagas lo suficiente sin ser descubierto, si te ganas la suficiente confianza para que ellos te confíen esos secretos entonces lo tienes todo hecho. Ese es mi siguiente pa
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Capítulo 19.
Hoy todo se ve de manera distinta en la escuela, hoy puedo percibirlo todo desde una perspectiva diferente, desde un punto de vista cambiante. Hoy puedo verlo todo completamente claro y sencillo. Mientras guardo mis libros de francés en mi casillero y tomo mi bolso de gimnasia para esperar a Andy, ya que al fin puedo decir que es una clase que compartimos juntas, puedo decir que estoy disfrutando de lo que veo.Noto cómo todos estos hombres y mujeres charlan de cosas banales y sin sentido, como solo les interesa competir por el tiempo que tardaron en obtener el nuevo IPhone o cuál fue el mejor lugar al que fueron las vacaciones pasadas. Como digo, conversaciones insípidas que me demuestran los vacíos que se encuentran, aunque sus billeteras estén repletas, al menos de efectivo o tarjetas de créditos, La situación me causa un poco de gracia, porque la vida que tienen es justo la que yo quisiera, la de tener dinero, sirvientes, casas bonitas y demás, pero definitivamente no querría ten
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Capítulo 20.
Al salir al estacionamiento Noah me espera recostado en la camioneta 4x4 más grande que he visto en mi vida. De color negro y reluciendo como si acabara de salir del concesionario. Al verlo no puedo evitar sonreír, porque incluso se ve bastante guapo.—¿Qué? ¿Esperabas el auto rosa de Barbie? Mi papá cree que aún puedo ser hombrecito —exclama en cuanto me ve riendo.—Y por eso te dio el auto más grande que encontró con un letrero impreso que dice "soy muy, bastante, heterosexual" —le respondo a lo que él ríe.—Vamos, debemos llegar un poco temprano porque debemos cambiarnos —se endereza en su sitio y abre ambas puertas; la del copiloto y la suya.Me subo de inmediato en mi lado del auto y Noah arranca a toda velocidad por el estacionamiento, atravesandose y yendo más rápido de lo que debería.—¡Carajo Noah! Me colocaré el cinturón —digo sujetándome de la puerta para luego hacer lo que dije. Él ríe.—Nunca dije que fuera un experto al volante.—Y no por eso debes manejar como si estuvi
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