He vuelto a la estúpida reunión de bienvenida, donde Max sigue hablando y hablando sin parar, y le ofrece el micrófono a profesores y personal para darnos una “calurosa bienvenida” sin embargo, yo no puedo pensar en nada ahora que no sea Aiden y su intensa mirada, y sus palabras, sus gestos, sus actos hacia mí. No puedo creer que él le haya pedido a Max mi entrada aquí, sabe que no pertenezco a este lugar, a este lado del pueblo y es la única forma de tenerme cerca. Tal parece que a nadie le importa a lo que se dedica, tal parece que todos estúpidos, o todos se hacen de la vista gorda. Es muy confuso; Andy tenía razón, no es cómo lidiar con niñatos de tu escuela, son hombres, hombres de verdad que saben lo que quieren y cómo conseguirlo y el truco está en ser más listos que ellos.Ni siquiera he comenzado los planes que tengo y ya tengo a un hombre que no conozco de nada, que además es peligroso detrás de mí, tal vez tiene el dinero que yo quiero, pero también tiene el arma para dispa
En las películas absurdas que a mi parecer hacen hombres o mujeres maduras que realmente no tienen ni puta idea de que están haciendo, te brindan una imagen muy distinta de las chicas malas, ricas y supersticiosas de las escuelas privadas, o públicas; es una imagen errónea. Estoy cien por ciento segura que se les ocurre alguna estupidez mientras están defecando en el baño y creen que es una idea brillante, pero en realidad es una mierda, literal y a raíz de eso aparece un cliché que nadie que tenga todas sus neuronas funcionando correctamente, pagaría por ver algo así en el cine.La estrategia de esas películas es la siguiente; rubia, de algunos dieciséis años, ojos azules, popular, con una casa enorme, padres que nunca están, y una completa perra sin razón alguna con los demás, acompañada de una o en su defecto, dos imbéciles que lo único que hacen es estar tras ella. A la vista de todos, ella es segura, confiada, alagada, bella y perfecta, pero tras las puertas de su gran casa proba
Volvemos a casa luego de nuestro primer día de escuela, y al llegar Andrew nos atasca de preguntas.—Necesito que me cuenten absolutamente todo —pregunta al tiempo que se sienta como si los tres fuéramos amigos de toda la vida y esto fuera una charla de chicas en la que hablaremos sobre chicos y sexo.—En realidad, no pasó mucho —respondo.—¡Ay vamos! Sé que debió pasar algo —se queja—, algo interesante.—Bueno, creo que lo más interesante que nos sucedió fue darnos cuenta que la escuela tiene una mini plazoleta de comida en su jardín —digo, a lo que Andy se muestra eufórica para continuar con la conversación.—¡Es cierto! —se apresura a decir—, papá hay pizza, sushi, comida china, es como un puto bufé.—Lenguaje señorita —ella levanta sus hombros como respuesta.—Es cierto Andrew, nunca había visto algo así.—En la cafetería solo sirven comida de tres días de hecha, papá, eso es sorprendente para cualquiera como nosotros.—Pero los precios son muy altos, creo que no podremos disfruta
No es preciso decir que no es la primera vez que cuento algo malo sobre mi mamá, mi mamá… suena raro, es extraño que aún no haya decido llamarla definitivamente por su nombre, creo que en el fondo no quiero hacerlo, no es algo que se sienta bien decir, por mucho que haya momentos en que la deteste tanto.Lo que intento decir, es que son muy pocos los recuerdos buenos que tengo con ella, tal vez para no decir que en realidad n tengo, diré que los cuento con una mano, porque no son suficientes para utilizar todos mis dedos. El caso es que mi madre siempre ha sido una mujer dispuesta a hacer cosas que incluso no quiero a cambio de lo que necesite, de lo que ella quiera, eso lo saqué de ella, lo sé, prácticamente todo lo saqué de ella, ya que ni siquiera recuerdo cómo es mi padre, pero si recuerdo una historia en particular.Tenía doce años, tal vez trece, y volvía a casa de la escuela, porque siempre debía volver sola, ella no podía pasar por mí, no teníamos auto y yo odiaba el autobús,
Me quedo bastante sorprendida cuando veo cómo charlan tan animadamente los cuatro mientras ríen y chocan sus copas de vino, es decir, no puedo creer lo bien que se llevan, como si fueran buenos amigos, como si no fuera la primera vez que chocan sus copas entre risas como si alguien hubiera dicho algo muy graciosa, como si fueran esos amigos de negocios, buenos negocios que crean lazos verdaderos y perdurables.Cuando vi a Alisson aquella noche en la fiesta, algo me dijo que ella sería importante, que ella tenía algo, algo que yo querría, que yo necesitaría, luego la vi de nuevo en la escuela y ese pensamiento se intensificó al descubrir que es muy seguro que pertenezca a la segunda familia más adinerada de este pueblo. Sé que los ricos guardan secretos y sé harían cualquier cosa para que no salgan a la luz, pero si indagas lo suficiente sin ser descubierto, si te ganas la suficiente confianza para que ellos te confíen esos secretos entonces lo tienes todo hecho. Ese es mi siguiente pa
Hoy todo se ve de manera distinta en la escuela, hoy puedo percibirlo todo desde una perspectiva diferente, desde un punto de vista cambiante. Hoy puedo verlo todo completamente claro y sencillo. Mientras guardo mis libros de francés en mi casillero y tomo mi bolso de gimnasia para esperar a Andy, ya que al fin puedo decir que es una clase que compartimos juntas, puedo decir que estoy disfrutando de lo que veo.Noto cómo todos estos hombres y mujeres charlan de cosas banales y sin sentido, como solo les interesa competir por el tiempo que tardaron en obtener el nuevo IPhone o cuál fue el mejor lugar al que fueron las vacaciones pasadas. Como digo, conversaciones insípidas que me demuestran los vacíos que se encuentran, aunque sus billeteras estén repletas, al menos de efectivo o tarjetas de créditos, La situación me causa un poco de gracia, porque la vida que tienen es justo la que yo quisiera, la de tener dinero, sirvientes, casas bonitas y demás, pero definitivamente no querría ten
Al salir al estacionamiento Noah me espera recostado en la camioneta 4x4 más grande que he visto en mi vida. De color negro y reluciendo como si acabara de salir del concesionario. Al verlo no puedo evitar sonreír, porque incluso se ve bastante guapo.—¿Qué? ¿Esperabas el auto rosa de Barbie? Mi papá cree que aún puedo ser hombrecito —exclama en cuanto me ve riendo.—Y por eso te dio el auto más grande que encontró con un letrero impreso que dice "soy muy, bastante, heterosexual" —le respondo a lo que él ríe.—Vamos, debemos llegar un poco temprano porque debemos cambiarnos —se endereza en su sitio y abre ambas puertas; la del copiloto y la suya.Me subo de inmediato en mi lado del auto y Noah arranca a toda velocidad por el estacionamiento, atravesandose y yendo más rápido de lo que debería.—¡Carajo Noah! Me colocaré el cinturón —digo sujetándome de la puerta para luego hacer lo que dije. Él ríe.—Nunca dije que fuera un experto al volante.—Y no por eso debes manejar como si estuvi
Al llegar a casa noto que no están los autos ni de Andrew, ni de mi madre por lo que intuyo que sí están, sin embargo, logro ver el estúpido auto de Aaron estacionado justo al frente. Tomo mis llaves y abro la puerta, encontrándome con ambos viendo televisión en el sofá. Al verme, Andy sonríe mientras que Aaron se mantiene neutro.—¿Dónde estuviste? Te llamé, te busqué por todas partes para traerte en el auto, pero no estabas, pensé que te encontraría aquí al llegar.—Lo siento, la batería murió.—Sí, pero ¿dónde estabas? —vuelve a preguntar. Aaron se acomoda en el asiento fingiendo seguir viendo la televisión, pero sé perfectamente que está escuchando toda la conversación y que te una particular curiosidad por saber donde estaba.—Después te lo cuento todo, ¿nuestros padres?—Tu madre salió a hacer algunas comprar y mi padre aun no vuelve de la escuela.—¿Compras? —pregunto refiriéndome a mi madre—, ¿con qué dinero? —ante mis preguntas Andy ríe.—No lo sé, Victoria pregúntale tú a el