Aún no he recibido respuesta de la prueba, no he hablado con Max, ni con nadie que pueda darme algún tipo de información, lo que me hace sentir estancada, sumado a ello, la situación con Dominico, su zorra y su jefe me tiene realmente preocupada, por lo tanto, decidí atarme bien los pantalones, poner los ovarios sobre la mesa y comenzar a actuar.La casa de Mandy parece la casa típica de barrio pobre que intenta verse muy por encima de las demás, que utiliza todos los recursos, incluso los que no puede pagar para sentirse de la alta sociedad, lo que realmente me causa gracia. Me quedo de brazos cruzados en cuanto llego a su césped mal podado, mientras noto cómo me ve desde la ventana de su habitación, a lo que le sonrío falsamente y la saludo con la mano.Me cerco a su puerta y toco el timbre varias veces, frenéticamente hasta que ella abre fuertemente, echando humo hasta por las ojeras.—¿Qué carajos haces aquí? —pregunta entre dientes y de forma baja. Como si no quisiera que alguien
Mi madre nunca me había hecho cuestionarme lo que soy, lo que tengo, lo que seré o lo que tendré, considerando que me ha dicho, más bien, nos hemos dichos cosas realmente feas, pero ayer, anoche, fue diferente, no dormí mucho, de hecho. Intenté pensar en otra cosa, no darle importancia, después de todo, fue una pelea como cualquier otra, pero no pude, no pude siquiera sacarme sus palabras de mi cabeza por medio segundo. Me hizo sentir estúpida y vulnerable y no me siento, así como desde los cinco años, si cuando, era una niña y alguna mocosa estúpida se burlaba de mi ropa vieja y mis bolsos con agujeros. Malditas perras, es lo único que pensé cuando cumplí doce.El caso es que no pude, misteriosamente no pude no darle importancia, se me quedó tatuado en la mente, fijo, tan fuerte que no se quita, carajo, no se quita y es justo en lo que pienso ahora, en el momento en que se quite porque no soportaría que siguiera en mi mente por un tiempo prolongado, como lo que resta de mi vida, por
Siempre he sido fiel creyente del pasaje que dice “la curiosidad mató al gato” porque lo he vivido en experiencias propias, puedo dar testimonio de él, pero a veces es bueno que el gato muera sabiendo algunas cosas, que no muera en la ignorancia, o que simplemente no muera.Como dije, siempre he sido muy curiosa, creo que para la vida que quiero vivir, que quiero construir, la curiosidad se necesita, bueno más bien, la valentía de afrontar riesgos y no pensar en las consecuencias, pero siempre tener planes por si esas consecuencias son realmente jodidas, así que mentiría si dijera que las palabras de Mandy no me removieron la boca del estomago y no hablo del dinero, no, hablo de lo que dijo respecto al hombre, que no lo estoy viendo con claridad, que me he inventado una imagen de él, una que no es real, una que me ha brindado las películas tal vez, por eso por mucho miedo que tenía, estoy aquí, sí, en la casa del hombre sin nombre, no adentro, claro está, al frente de ella, faltando q
Unos gritos detrás de la puerta me despiertan abruptamente. Intento seguir durmiendo, pero Andy, que es la que sigue gritando como loca, continúa haciéndolo al mismo tiempo que golpea la puerta una y o través. Decido levantarme o de lo contrario no va a parar, abro la puerta y me encuentro con ella saltando como loca mientras sostiene una caja sobre sus manos.—¿Qué es eso? —le pregunto mientras se la arrebato de las manos.—Lo que hemos estado esperando hace días —contesta—¿Sola enviaron una? —ella niega mientras se agacha y levanta otra caja del suelo que no había visto; justo como la que me acaba de entregar.Ambas nos adentramos a la habitación, cerrando la puerta con seguro, y colocamos ambas cajas, una al lado de la otra sobre la cama. Noto que ambas dicen exactamente lo mismo, dejándonos a la expectativa de su contenido, la única diferencia es que la suya está a su nombre y la mía pues, la mía dice Victoria.Andrea y yo nos miramos y asentimos dándonos a entender que es moment
He vuelto a la estúpida reunión de bienvenida, donde Max sigue hablando y hablando sin parar, y le ofrece el micrófono a profesores y personal para darnos una “calurosa bienvenida” sin embargo, yo no puedo pensar en nada ahora que no sea Aiden y su intensa mirada, y sus palabras, sus gestos, sus actos hacia mí. No puedo creer que él le haya pedido a Max mi entrada aquí, sabe que no pertenezco a este lugar, a este lado del pueblo y es la única forma de tenerme cerca. Tal parece que a nadie le importa a lo que se dedica, tal parece que todos estúpidos, o todos se hacen de la vista gorda. Es muy confuso; Andy tenía razón, no es cómo lidiar con niñatos de tu escuela, son hombres, hombres de verdad que saben lo que quieren y cómo conseguirlo y el truco está en ser más listos que ellos.Ni siquiera he comenzado los planes que tengo y ya tengo a un hombre que no conozco de nada, que además es peligroso detrás de mí, tal vez tiene el dinero que yo quiero, pero también tiene el arma para dispa
En las películas absurdas que a mi parecer hacen hombres o mujeres maduras que realmente no tienen ni puta idea de que están haciendo, te brindan una imagen muy distinta de las chicas malas, ricas y supersticiosas de las escuelas privadas, o públicas; es una imagen errónea. Estoy cien por ciento segura que se les ocurre alguna estupidez mientras están defecando en el baño y creen que es una idea brillante, pero en realidad es una mierda, literal y a raíz de eso aparece un cliché que nadie que tenga todas sus neuronas funcionando correctamente, pagaría por ver algo así en el cine.La estrategia de esas películas es la siguiente; rubia, de algunos dieciséis años, ojos azules, popular, con una casa enorme, padres que nunca están, y una completa perra sin razón alguna con los demás, acompañada de una o en su defecto, dos imbéciles que lo único que hacen es estar tras ella. A la vista de todos, ella es segura, confiada, alagada, bella y perfecta, pero tras las puertas de su gran casa proba
Volvemos a casa luego de nuestro primer día de escuela, y al llegar Andrew nos atasca de preguntas.—Necesito que me cuenten absolutamente todo —pregunta al tiempo que se sienta como si los tres fuéramos amigos de toda la vida y esto fuera una charla de chicas en la que hablaremos sobre chicos y sexo.—En realidad, no pasó mucho —respondo.—¡Ay vamos! Sé que debió pasar algo —se queja—, algo interesante.—Bueno, creo que lo más interesante que nos sucedió fue darnos cuenta que la escuela tiene una mini plazoleta de comida en su jardín —digo, a lo que Andy se muestra eufórica para continuar con la conversación.—¡Es cierto! —se apresura a decir—, papá hay pizza, sushi, comida china, es como un puto bufé.—Lenguaje señorita —ella levanta sus hombros como respuesta.—Es cierto Andrew, nunca había visto algo así.—En la cafetería solo sirven comida de tres días de hecha, papá, eso es sorprendente para cualquiera como nosotros.—Pero los precios son muy altos, creo que no podremos disfruta
No es preciso decir que no es la primera vez que cuento algo malo sobre mi mamá, mi mamá… suena raro, es extraño que aún no haya decido llamarla definitivamente por su nombre, creo que en el fondo no quiero hacerlo, no es algo que se sienta bien decir, por mucho que haya momentos en que la deteste tanto.Lo que intento decir, es que son muy pocos los recuerdos buenos que tengo con ella, tal vez para no decir que en realidad n tengo, diré que los cuento con una mano, porque no son suficientes para utilizar todos mis dedos. El caso es que mi madre siempre ha sido una mujer dispuesta a hacer cosas que incluso no quiero a cambio de lo que necesite, de lo que ella quiera, eso lo saqué de ella, lo sé, prácticamente todo lo saqué de ella, ya que ni siquiera recuerdo cómo es mi padre, pero si recuerdo una historia en particular.Tenía doce años, tal vez trece, y volvía a casa de la escuela, porque siempre debía volver sola, ella no podía pasar por mí, no teníamos auto y yo odiaba el autobús,