81. No creas que voy a dejarte ir
Samira La reunión se terminó hace ya varias horas y yo no puedo dejar de pensar en nada de lo que Amir dijo. Y siendo honesta me siento totalmente confundida y desconfiada, porque, si sus palabras son ciertas, y creo que lo son, pues nadie lo desmintió, entonces él no solo si me buscó, sino que además pidió ayuda a la organización de inteligencia más grande del país. Ayuda a la que nunca respondieron. Y hay una cosa de las que dijo, o bueno varias cosas, que no puedo sacarme de la cabeza, y una de ellas es la certeza de que, si le hubiesen contestado, yo no habría padecido ni la mitad de lo que viví bajo el yugo de ese monstruo. No tengo duda qué, mentiroso o no, me haya usado o no, me quisiera o no, Amir Rahal me habría sacado de ahí como fuera. Y son esas mismas certezas las que ahora mismo tienen a mi corazón latiendo como loco y a mi mente vuelta un desastre. Y es justo ahí cuándo entra la segunda cosa que me tiene tan confundida, y es el hecho de que él pudo verme a los ojos
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