3. Ella se quitó la vida por tu culpa.
Durante los siguientes cuatro años, Irina fue adiestrada para convertirse en el arma de Asad. Al menos tres horas diarias dedicaba al entrenamiento físico, lucha cuerpo a cuerpo, distintas artes marciales y manejo de armas. También aprendió protocolo, cultura general y cinco idiomas: inglés, italiano, alemán, ruso -que, por supuesto, era su idioma natal- y turco, además de chapurrear algo de español. Pero dos años antes de cumplir la mayoría de edad, sus clases cambiaron y tomaron otro rumbo.Aprendió cada una de las formas de seducción, cómo moverse, bailar, mirar o tocar a un hombre, todo lo que pudiera convertirla en alguien sumamente seductora, aunque solo en teoría. También aprendió a maquillarse como una experta y a sacar el mayor partido posible a su imagen.Asad organizó citas para Irina con los hijos de algunos de los hombres más poderosos de Turquía, siempre bajo vigilancia. Era una forma de probar todo lo que iba aprendiendo y ella pensaba que tal vez un día decidiría
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