—¿Qué significa esto, Gerald? —su padre preguntó visiblemente enojado, al ver aquella escena tan sórdida.—¡Papá! —dijo con asombro, intentando arreglarse el pantalón y cubrir con su camisa su falo erecto, mientras Kate, se bajaba del escritorio apresuradamente y cerraba con torpeza su blusa.—¿Cómo puedes hacer esto? ¿No estás a punto de casarte? —espetó. Kate salió rápidamente de la oficina, mientras Gerald secaba el sudor de su rostro y frotaba con su antebrazo su boca. —¿Por qué entras sin tocar? —le preguntó a su padre.—Soy el dueño aún de esta empresa, no tengo porque anunciarme para entrar y salir de ella. ¿Qué mierda estás pensando, eh? ¿Te imaginas que en vez de ser yo, hubiese sido tu prometida? Gerald guardó silencio, su padre tenía toda la razón como siempre. —Disculpa padre, me dejé llevar por la emoción. Kate, es mi amante —No te juzgo por tu acto machista, carajos. Yo también soy hombre y sé lo que es tener no una, ni dos amantes, sino hasta tres. Pero tu
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