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Todos los capítulos de Siempre fuiste tú.: Capítulo 1 - Capítulo 10
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1 Inutil.
Observo el plano y los detalles saltan a simple vista, muerdo mi labio tratando de buscar las palabras adecuadas para explicarle a Mariano sus errores y que esto no termine mal.— Cariño. — lo llamo con un leve temblor en mi voz, y trago grueso cuando este gira y clava sus ojos en mí.— Odio cuando me llamas cariño. — refuta al tiempo que con pasos lentos llega a mi lado. — Porque solo me llamas así cuando crees que eres más lista que yo. — un impulso casi dormido en mí me incita a gritarle que no pienso que soy más inteligente que él, lo soy, si ese no fuera el caso, mi querido esposo no me pediría que revise sus planos antes de entregarlos.— Eso no es así… — comienzo a decir al recordar que mi valentía solo me provoca dolor.— Claro que no, tu eres una estúpida, un ser inservible, que para lo único que sirve es para cuidar a los niños, a no, espera, tampoco sirves para eso ¿verdad? — mis ojos pican ante sus dichos, el dolor tan conocido llega a mi pecho, y hago mis ejercicios de re
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2 Ella.
Mateo:Gracias al cristal que remplaza la pared frontal de mi oficina, puedo ver todo lo que pasa en este sector, aunque no son muchos los empleados que comparten mi piso, a decir verdad, tampoco me interesa lo que ellos hacen, solo una persona es el centro de mi mundo, siempre lo fue, la había perdido, me la habían arrebatado y yo solo lo permití, pero el tiempo y la suerte la puso nuevamente frente a mí y yo me encargué de mantenerla allí, a solo unos metros de distancia.Observó cómo sus labios atrapan la punta de la pluma, y mi pene crece de solo imaginarla haciendo con él lo que hace con esa bendita pluma, como a veces la aleja de sus labios, pero aun así su lengua la sigue tocando, me remuevo en el sillón, y no puedo evitar que un suspiro pesado salga de mí, ¿Cuántas noches la imagine dormida a mi lado? ¿Cuántos años desperdicie buscando a una mujer con su mismo color de cabello, sus mismos ojos? ¿y para qué? Todo fue inútil, porque ella es única.Mis ojos bajan para apreciar su
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3 Hijo.
Mateo:Suspiro una vez más, odio esta sensación, el vacío en el que se ha convertido mi vida.— No deberías sentirte culpable Maca, fui yo quien se equivocó, te obligue a estar conmigo, me aproveche de tu necesidad, quise llenar un vacío en mí y termine haciendo un lio aun mayor, además que te quise obligar a abortar y mejor dejo de hablar o patearas mi culo. — veo asombro en su mirada, creó que nunca me sincere tanto con ella y es que ¿cómo hacerlo? lo reconozco, me cuesta disculparme, me cuesta asumir mis errores y Macarena es el mayor error en mi vida, decido correr mi vista de su escrutinio y es cuando veo a Elizabeth morder su labio, nos está viendo, está ansiosa, pero ¿por qué? ¿Qué le preocupa? Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás y no perderla de vista, si tan solo pudiera estar con ella y ser amado, quizás el dolor y peso en mi pecho no sería tal.— Estas llorando. — el asombro de Maca me hace girar y al tocar mi mejilla descubro que es así, tengo una puta lagrima corri
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4 Me conformo.
Las lagrimas se acumulan en mis ojos, y mi mano se aferra con fuerza al móvil y solo escucho a quien me tendría que apoyar, reclamarme que tan estúpida soy. — ¿Me estas escuchando hija? — la voz molesta de mi madre me recuerda a esas tardes que de niña jalaba mis cabellos cuando la desobedecía.— Si mamá, te escucho, pero…— Tu tiempo ya paso, ya no eres joven, Mariano tiene razón, ¿de qué te serviría ahora un diploma? Solo para limpiarte el trasero, solo para eso, si tu esposo te pide que busques un empleo por algo es, seguro que la economía está mal, dime ¿Qué estupidez has hecho?— Nada mamá, Mariano es quien lleva las finanzas y lo sabes, yo no toco dinero alguno, tú sabes que él me controla…— Te controla porque tu siempre desperdicias el dinero en cosas in
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5 Llamada.
Mateo: — ¿Baltazar? — lo estoy viendo y aun así no puedo evitar que su nombre salga como una pregunta.— Hola Mateo. — sí, me llama por mi nombre, aunque siempre lo hace con desprecio, menos ahora, algo que me altera en lugar de alegrarme.— ¿Estas bien? — sus ojos brillan y esquiva mi mirada.— Sí, solo… queria saber si puedo quedarme contigo una temporada. — mi corazón late deprisa, en estos 18 años nunca paso una noche conmigo, ¿qué digo? Ni siquiera paso una hora a mi lado por voluntad propia desde que supo que era su padre biológico.— Puedes quedarte el tiempo que quieras. — respondo casi con indiferencia y pasando por su lado, dije que era una persona fría, pero no con los que quiero, solo que sé que mi hijo es igual a mí, no nos gusta que nos vean con pena, mucho menos la
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6 Baltazar.
Baltazar.Camino sin sentido por la ciudad, escapando no solo de mi madre y sus preguntas, también estoy tratando de escapar de mí mismo, y es muy difícil.¿Cómo fui tan estúpido? ¿Cómo puede ser que el amor te haga caer de esta forma? Soy un asesino, soy el mejor, el que heredo el arma del gran Matt y de Hades, esa que lleva la guadaña en su mango tallada en oro, esa que representa que soy un Ángel de la muerte, soy el Shofar, soy el que te manda a otro mundo con un solo disparo, soy quien debía vengar a sus abuelos… aunque mis abuelos biológicos están vivos aun, es raro, es incómodo, es tedioso, saber que fuiste el producto de un chantaje, que tu padre biológico no solo abuso de tu madre, obligándola a dormir con él a cambio del dinero que necesitaba para poder operar a mi hermana Alma, y luego… el muy hijo de puta queria que abortara, saber que tu padre no te queria es horrible, pero peor es saber que ese hombre al que siempre viste como tu tío favorito, ese que te conocía con solo
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7 Papá.
Baltazar. Gabriel es de esas personas incondicionales, loco, menso, pero quizás tiene más corazón que Alma y yo, salto las altas rejas, y dejo salir un bufido al reparar en lo idiota que es Mateo Zabet, este lugar carece de seguridad, y solo me basta con tocar la puerta para comprender que ni personal de servicio tiene y no es malo, claro que al poseer una mansión se debe sentir… una gran soledad, Dios, si solo con ver desde aquí en vez de que el lugar te invite a hospedarte, parece una casa fantasmal, de esas donde la soledad te ahoga y mata lentamente… es como si quisiera morir, no solo de soledad, el hecho de que no tenga seguridad que cuide su sueño me deja en claro que no le interesa mantenerse a salvo, ¿Por qué? Es inteligente, eso es algo que jamás podrán negar de él, y por lo que se solo ha matado una sola vez y fue para rescatar a mi madre cuando la secuestraron,
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8 Hospital.
Mateo: Siento un hormigueo en mis manos, brazos y por supuesto pecho, todo el camino fue así, en un completo silencio, pero cómodo, muy cómodo, la ansiedad de saber que la mujer que amo con locura y porque no, la que me ha producido una obsesión y dependencia a disminuido y solo se debe a que mi hijo, me ha abrazado, luego de 8 años, este abrazo fue diferentes, sus manos ya no son pequeñas, y a quien abrazo no fue a “su tío Mateo” aunque si debo ser honesto, creo que fui yo quien lo abrazo primero, pero me agrada como jamás imagine el saber que no me rechazo. — ¿Los llevaras a la mansión? — su voz es tranquila, cubierta de una capa de me importa una mierda, cuando sé que no es así.— Supongo. — mis nervios regresan, no solo por saber de Elizabeth, también por sus hijos, los conozco, de una u otra forma
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9 No fue un accidente.
Baltazar: Veo a la joven frente a mí, es linda, antipática, trata de simular ser paciente, pero no le sale, veo su rostro sin perder detalle, mientras mis labios se estiran en una perfecta y falsa sonrisa, pequeña ratita, ¿Qué es lo que ocultas? Su ropa a diferencia de la de sus hermanos no es un pijama, ¿Quién tiene tiempo de vestirse en medio de un incendio?, además, los niños tienen sus caras llenas de hollín, solo los surcos que dejaron las lágrimas y mocos están marcados, en cambio ella…— ¿Qué tanto me ves? ¿te gusto? — dice con molestia, algo que me hace carcajear.— No pequeña, a mí me gustan los pelirrojos, ya sean hombres o mujeres, las castañas, no son mi tipo. — su boca se abre demostrando el escándalo que pasa por su mente y la pequeña a su lado ríe como
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10 Niños.
Mateo casi no pudo dormir en toda la noche, ¿Cuándo fue la última vez que compartió su cama con alguien? Solo cuando era un bebé y eso lo sabía gracias a su madre Candy, que se encargaba de decir que él y Felipe solo dormían cuando compartían cuna, pero ahora no era el caso, estaba en medio de dos pequeños que, si bien no odiaba, tampoco era como que le tenía mucho aprecio, pues ellos eran sus obstáculos, esos que lo mantenían alejados del amor de su vida. Fueron largas horas en las que se dedicó a girar de un lado al otro, hasta que finalmente el cansancio lo venció. — Deja de llorar o lo despertaras. —escucho un susurro y se abstuvo de gruñir.— Es que tengo miedo. — susurro Nazareno, recordándole a Mateo el motivo por el que le había pedido a Macarena que abortara cuando supo de su embarazo, ser padre, li
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