Por la tarde, Alvaro regresó.Hizo varias llamadas en su estudio y luego entró en la sala. Vio a Delicia, vestida el pijama, quien parecía tan dulce.Llevaba una cerdita como mascota en brazos, con un bonito vestidito. ¡Qué linda!Alvaro se acercó, y le arrancó la cerdita de los brazos y la tiró al sofá. ¡Delicia lo miró de ira!«¡Loco! Va a buscar a Yolanda, ¡por qué me molesta!», pensó,—¿Qué haces?—Tengo algo que preguntarte.—Dilo, pero no le des daño a Ana. —Se llamaba Ana la cerdita.Alvaro estaba muy enojado. «Pasó tanta cosa, ¿pero esta mujer gritó por una cerdita?»Ella siempre afectaba su humor.Se sentó, y tiró la cerdita.Delicia ignoró su ira y fue a cuidar a Ana, consoló,—Cariño Ana, no pasa nada.Hizo que el hombre ya enojado aún más enfadado por hacer eso.—Has encontrado con Yolanda, ¿qué dijeron? —Le preguntó de ira.Delicia lo miró, ¡recordó algo!Otra vez.Delicia lo miró, recordó cuando Yolanda fue secuestrada en su última vida, también regresó a tod
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