No lograba comprender qué era lo que estaba sucediendo, pero, estaba pasando. Por un momento había pensado que había sido todo producto de mi imaginación, que lógicamente, después de reaccionar y va a llegar la realidad.Pero, al tener mi billetera con mi documentación y ver a Louis sonreírme, mientras nos escolta hasta el auto de mi jefe, confirmo que no estoy soñando ni tampoco me lo estoy, imagino.— Señor Castagnoli, Vuelvo a decirlo, ¿realmente desea casarse conmigo? — digo, esperando que me diga que no y que el motivo de haberme llevado hasta su auto fue para hacerme una mala broma.— ¿Usted cree que vine a sacar nada más para bromear, señorita Hill? — pregunta mi jefe con seriedad.— Lo siento, es que me parece tan irreal, señor, Castagnoli.— A mí me parece irreal que usted haya intentado quitarse la vida. Pero, eso no quiere decir que no haya pasado ello. — dice mi jefe, mientras extiende su mano al asiento del conductor donde Louis le entrega un botiquín de primeros auxilios
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