Suspiro profundo, mientras intento ordenarle a mi mente que se recupere del asombro y enfrente el destino que me espera al subir al helicóptero. Después de todo, cuando algo está destinado a suceder, sucede.— Solo me debilite un poco, pero, ya estoy bien. — digo apartándome de Louis mientras le hablo a Danell.— Ya está todo listo, podemos subir al helicóptero. — dice Danell y yo trago duro.El hombre no se mueve y yo asiento sintiendo que mi vida se va a acabar en menos de una hora. Con un intento tonto de valentía, camino al lado del hombre que con sus manos, mueve una palanca y la silla de ruedas se mueve.‘Él es bueno con las manos, quizás al pilotear, solo se necesiten las manos’ me digo mentalmente, intentando calmar mi miedo.— Antes de perder la movilidad de mis piernas, piloteaba muchos aviones y helicópteros solo por diversión. Muchas veces, estaba muy frustrado y usaba la aviación como una manera de relajación.>> Era muy bueno, incluso era muy aplicado en ello y por eso,
Me siento muy bien por el tipo de trato que me está dando ahora mi esposo. Aunque había anhelado muchas veces haber sido tratada de una manera diferente. En estos momentos, me siento muy feliz porque solo me estaba dando este tipo de exclusividad al ser su esposa.Porque eso quiere decir que solamente va a tener esta parte de él, la persona que se case con Danell y yo espero ser la única. Aunque no nos hemos casado por amor, espero que el respeto y la amabilidad que me está brindando, poco a poco se transforme en el amor que quiero recibir de él.Es ese pensamiento y deseo que se vuelva realidad, lo que me hace olvidar la situación actual en la que me encuentro. Por lo que, sólo cuando siento cómo nos elevamos poco en el aire, es que agarró fuertemente del brazo del hombre que está a mi lado.— ¡Oh por Dios! — digo, al sentir como hay un vacío en mi estómago y mi corazón parece haberse movido de su lugar.— No es algo demasiado grande que no puedas manejar, Dove — dice mi jefe y yo ni
Estoy segura de que pronto voy a morir. Mi corazón está acelerado tan frenéticamente por dos razones que no sabía cuál de estas sería mi causa de muerte. Seguramente cuando me hicieran la autopsia no podrían determinar que el corazón había fallado por el miedo a las alturas o si había sido porque el hombre que me había gustado por tanto tiempo, en este momento, me había recalcado que yo era su esposa.No tendrían claridad sobre el motivo de mi deceso, pero algo sí es seguro, hoy voy a morir bien, sea del miedo o de la emoción. Pero, moriré. Presiento eso al concentrarme en no sonreír por la emoción que siento de sus palabras.— Me alegra mucho que ahora estés sonriendo. Eso quiere decir que el miedo inicial está desapareciendo. — dice mi jefe y yo trago duro.— Me mintió. — digo en un susurro y él niega.— Nunca te dije que había aterrizado, Dove, tú pensaste que lo había hecho. Eso es algo distinto. — dice mi jefe y yo me siento como una tonta por haber interpretado las cosas de una
Mi mente se pierde en su comentario. Se suponía que ese tipo de promesas no son correctas de realizar, porque está entre los mandamientos de Dios que no está permitido matar, pero, eso era lo que me llevaba a pensar lo siguiente: ¿es alguien creyente?No soy una mujer que se la pasa en la iglesia, pero, creo en Dios y hay conductas que ni siquiera en promesas para verse genial, deben realizarse. Porque podría ser tomado en cuenta como juramentos vacíos que se relacionan a mentiras.Entonces, sabía que mi jefe es una persona respetuosa, amable y atenta, pero, eso en ninguna parte me habla de ser una persona creyente que no está de acuerdo con castigos que denigran o humillan a la persona.‘¿Cómo debo preguntarle algo así sin que suene grosera de mi parte?’ me pregunto mentalmente.Quería preguntar a alguien sobre como hablar un tema delicado como lo es las creencias, pe
Había quedado sin palabras. No podía entender cómo era posible que él me dijera algo tan impactante con tanta naturalidad como si me dijera cual es el color de camisa que más le gusta tener.Sentía que me faltaba el aire y que la calma que he logrado tener después de acostumbrarme a estar en el aire, ha desaparecido, por lo que, nuevamente había empezado a hiperventilar y el miedo a la altura, más el desespero por haberme metido en algo que no va acorde a mis pensamientos y costumbres, hacen que no pueda controlarme.— Aterriza, por favor — digo en medio de un ataque de pánico que me pide que salga corriendo antes de que sea demasiado.— Dove…— ¡Aterriza! — grito desesperada.— Está bien. mantente en tu puesto. Voy a aterrizar. — dice mi jefe y poco a poco comenzamos a descender.Después de encontrar un helipuerto d
Estaba en graves problemas y lo peor, es que apenas me estaba dando cuenta. Cuando ya estaba casada con el hombre no es lo que creí que seria y pude saberlo antes de aceptar ser su esposa, pero, me concentré más en como él me hacía sentir y no en las advertencias que me habían dado minutos antes de cometer la locura.— Puede estar pasándome a mí. — Susurro, aturdida.— Dove, Si realmente crees que es demasiado para ti…— ¡Claro que demasiado para mí! ¡Soy una mujer cristiana que está en contra de la violencia y se ha acabado de casar con un hombre que quiere entrar a un mundo violento! ¡Por supuesto que es demasiado para mí! — exclamó con molestia.— Vamos a divorciarnos entonces — Dice mi jefe y yo lo miro como si me hubiese colocado una pausa. Mis manos que había levantado en señal de frustración, quedaron inmóviles en el aire.— ¿Es esa la solución que necesitas? — Preguntó después de salir de mi asombro.Estaba más que Claro que él no tenía algún sentimiento por mí. Pero, cuando m
Respiro profundo, para no sucumbir a la tentación que es para mí escucharlo llamarme esposa. Después de todo, no puedo basar mis decisiones en emociones o me meteré en un problema más grande.— Te escucho. — digo.— Primero debes ser atendida, Dove. Estas herida.— Estoy bien.— No lo estas. Pero, no necesitas hacer esto para que yo te diga que sucede con mi familia, porque te lo contaré. Te dije que lo voy a hacer y dime, ¿Cuándo he faltado a mi palabra?Es verdad. Sí, hay algo que debo reconocer de mi jefe, es que es una persona seria, que todo lo que dice cumple. Por eso, de él no se encarga de hacer promesas vacías que no sabes si puede cumplir.‘Quizás fue eso lo que me hizo creer que era una persona que jamás se metería en ese tipo de negocios tan turbios.’ Me digo mentalmente.— Está bien, vayamos a recibir atención médica. — Susurro y el hombre frente a mí, extendió su mano para que yo pueda levantarme.Estaba molesta con él, conmigo y con lo tonta que fui por haber decidido a
Recibo la atención médica pertinente. Aunque pienso que es una exageración demasiado grande, solamente porque tropecé y caí de las escaleras, me dejo atender porque ya causé suficientes problemas al bajar tan apresuradamente de un helicóptero.— Su esposa se encuentra muy bien, señor Castagnoli. Aunque es cierto que debe tener mucho cuidado y no correr en las escaleras. Después de todo, hoy solamente fue un susto, pero más adelante podría ser algo peor.— Lo entiendo, doctor y gracias por recordármelo. Me aseguraré de recordarle eso siempre a mi esposa. — Dice mi jefe acariciando levemente mi mano.Sabía perfectamente que no lo hacía con la intención de demostrar amor hacia mí. Pero, no podía evitar sentirme tan bien cuando estaba siendo tocada por él, de una manera cariñosa e íntima.— Doctor, ¿puede darme algún medicamento para dormirme ahora?— ¿Sufres de insomnio? — pregunta el doctor con una expresión de confusión.— Han pasado muchas cosas que me han llevado a no dormir, pero, a