De todos los papeles se encarga Louis, mientras yo camino sin saber hacia dónde debo moverme. Es como si fuera alguien sin alma y no era para menos, la había perdido en un accidente aéreo que jamás debió suceder.
— Necesitas levantarte, señorita Hill— No puedo. — susurro sin saber quién me habla. Solo puedo mirar a nada en especial y caminar aunque mis pies duelan, porque sentada duele más mi corazón.— No suspendí una reunión tan importante para verte así de derrotada. — dice la voz que anteriormente me hablo y yo lentamente miro hacia la persona a mi lado.La sorpresa me invade al ver como el hombre que debía estar a miles de kilómetros aparece — Señor Castagnoli… — susurro con voz quebradiza.— Puedes llorar, puedes derrumbarte, puedes y necesitas hacerlo, pero, no olvides levantarte de allí, porque no perteneces al suelo. No perteneces a ese lugar en ruina en el que te estas aferrando a estar. — dice el señor Castagnoli y yo no quiero que me vea completamente destruida, pero, ¿Cómo no estarlo si mi vida entera se había derrumbado completamente?— No puedo hacerlo, señor Castagnoli.— No necesitas poder, es normal que ahora sientas eso. Pero, si te lo propones, eso que dijiste que no podías hacerlo, lo lograras. — dice mi jefe y yo asiento.— Yo tengo que… usted no debería…— No debería estar aquí, eso es cierto. Debería estar en el simposio de tecnología conociendo posibles socios que podrían ayudarme a expandirme en el negocio, pero, mi asistente está teniendo un momento difícil así que, deja que pueda apoyarte y me hagas pensar que aunque creí que eras débil, eres demasiado fuerte.>> Demuéstrame eso entonces. Has sido fuerte hasta ahora, entonces, continua así y despide a tu familia como a ellos les gustaría que las despidiera. Recuerda que ellas pueden ver tu dolor y sufrir o marcharse en paz porque estarás bien.— No soy fuerte, señor Castagnoli. Ya estoy completamente derrumbada— Aun te veo de pie. Con todo el dolor que sientes, no has cometido una locura, así que, sigues siendo fuerte. Porque llorar no te hace débil, si no que, te ayuda a descargar toda la frustración, dolor y enojo que puedes sentir.>> Libera eso y avanza. Recuerda que Louis y yo estamos contigo. Todo esto que te supera, no lo estas enfrentando sola. Puedes avanzar. — dice el señor Castagnoli y yo asiento sintiéndome más recargada. — Muchas gracias, señor. — digo conmovida.Terminamos los preparativos para poder llevar los cuerpos de los miembros de mi familia y en silencio, hago su entierro teniendo a media empresa apoyándome y a cada lado de mí, al señor Castagnoli y Louis.Todos con los que había reído, sufrido y muchas cosas más, me acompañaban, recordándome que no estaba sola. Pero, después que todos se despidieron y el señor Castagnoli me dejó en casa, la soledad que tanto me abrumaba, estaba frente a mí.Podía ver la pizza que habíamos comido la noche antes al viaje y como mi hermana me mostraba la ropa con la que conquistaría a un extranjero. Habíamos reído mucho, entonces, ¿Por qué estaba ahora sola con lágrimas fluyendo por mis mejillas si esos recuerdos eran tan felices?— No creo poder estar en este mundo sola. No puedo con esta soledad abrumante y asfixiante, hermana y madre. Debí haber ido a ese viaje y morir todas. Pero, eso se puede arreglar. — digo caminando hacia la cocina donde diviso un cuchillo.Necesitaba ponerle fin a esto. Ponerle fin a esta vida que se acabó completamente cuando mi madre y hermana murieron.— Espérenme, voy a ir con ustedes, chicas — susurro apuntando el cuchillo a mi cuello.Suspiro profundo y aprieto con fuerzas el cuchillo que acerco a mi cuello, donde comienzo a sentir el ardor. Cierro los ojos con fuerzas, para tener el valor de acabar con mi vida y cuando estoy por hacerlo, mi teléfono suena, causando que suspire profundo.— No era tan valiente como pensé. — digo mientras alejo mi cuchillo.Trago duro, mientras el teléfono suena y es el sonido del llamado de mi jefe que me hace correr rápido a tomar el teléfono.— ¿Diga, señor Castagnoli?— Abre la puerta, por favor. — ordena el señor Castagnoli en un tono amable que me preocupa.Normalmente, no es así de gentil al pedir algo. Por lo que, me resultaba extraño que hablara gentilmente. Aunque, si me pongo a pensar como me ha tratado últimamente, fue así.Rápidamente, corro hacia la puerta aturdida y yo quedo más aturdida cuando veo a mi jefe frente a mí, casi atropellándome con su silla de ruedas, por pasar rápido a mi casa. Miro fuera del apartamento y no veo a Louis. Por lo que, no comprendo lo que pasa.— ¿Vino solo?— Sí, vine solo.— Pero, ¿Cómo? — pregunto confundida y de inmediato, veo como el hombre que es mi jefe, me toma de la mano y me jala hacia él causando que caiga terriblemente sobre sus piernas.Emito un sonido de sorpresa, abriendo mis ojos porque el hombre que no me atrevía a tener tan cerca como ahora, me mira con preocupación— S-señor Castagnoli, yo… lo siento, no debí caer sobre sus piernas.— No me importan mis piernas ahora, ¿Qué demonios te sucedió en el cuello? — pregunta mi jefe molesto.— Yo… no — susurro llevando una de mis manos a mi cuello, sintiendo como mi mano se humedece con algo que no es sudor.— No te atrevas a mentirme, señorita Hill o me va a conocer molesto — dice mi jefe mirando a todos lados.— Yo no…— Mira el cuchillo en el suelo con sangre y dime que no es lo que pienso que es. — dice mi jefe molesto y yo trago duro.— Yo… lo siento… — me limito a decir — A mí no me debes decir que lo sientes, es a tu madre, tu hermana y a ti misma a la que debes pedir disculpas por lo que has intentado hacer, ¡¿Cómo es posible que pienses en acabar con tu vida así sin más?! — pregunta mi jefe molesto.— Yo…— ¡¿Qué hubiese pasado si no hubiese venido a pedirte que seas mi esposa?! — pregunta el señor Castagnoli y yo siento que me he vuelto loca.‘¿Es posible que si me hago un ligero corte del cuello comience a alucinar? ¿Acaso yo voy a terminar en un hospital psiquiátrico?’ me pregunto mentalmente.— Señor Castagnoli, creo que me he vuelto loca. He escuchado algo extraño.— ¿Qué es extraño? ¿Qué te pida ser mi esposa es algo extraño, señorita Hill? — pregunta el señor Castagnoli mirándome fijamente.— Yo…— Vine a pedirte que seas mi esposa, señorita Hill y me molesta encontrarme con la sorpresa que estaba por quedar viudo mucho antes de pedirte matrimonio, ¿eso significa que no es buena idea casarme con usted?>> ¿Eso quiere decir que la subestimé y que realmente es más débil de lo que una vez pude pensar? ¿Fue un error venir aquí? Debería marcharme y dejar que se lastime o impedirlo? ¿Qué quiere que haga? — pregunta el señor Castagnoli mientras mi mente está en pausa porque creo que he entrado en corto circuito.— ¿Qué acaba de decirme?Era mucho que procesar, por eso, era que mi mente estaba intentando alcanzar la velocidad con todo lo que estaba pasando en un día que sentía que no tenía fin. Parece que no tiene fin porque no logro entender cómo es posible que él me diga algo así.— Lo que acabas de escuchar, señorita Hill. Vine a decirle que quiero… no, necesito que seas mi esposa, entonces, ¿Por qué te encuentro así?— Señor Castagnoli… esto me ha tomado por sorpresa.— ¿Por qué debería tomarte por sorpresa? He estado apoyándote en este momento duro como algo más que jefe. Además, ¿crees que dejo que cualquier mujer este sobre mis piernas? — pregunta mi jefe y yo de inmediato, me levanto reaccionado a su comentario.— Lo entiendo, señor. Pero, eso está lejos de lo que podría significar un matrimonio.— Te conozco y me gusta como eres, eso me parece suficiente para mí. — dice el señor Castagnoli y yo respiro profundo.— Aun así.— No voy a obligarte, si no quieres casarte conmigo, lo entenderé.— No somos novios, m
No lograba comprender qué era lo que estaba sucediendo, pero, estaba pasando. Por un momento había pensado que había sido todo producto de mi imaginación, que lógicamente, después de reaccionar y va a llegar la realidad.Pero, al tener mi billetera con mi documentación y ver a Louis sonreírme, mientras nos escolta hasta el auto de mi jefe, confirmo que no estoy soñando ni tampoco me lo estoy, imagino.— Señor Castagnoli, Vuelvo a decirlo, ¿realmente desea casarse conmigo? — digo, esperando que me diga que no y que el motivo de haberme llevado hasta su auto fue para hacerme una mala broma.— ¿Usted cree que vine a sacar nada más para bromear, señorita Hill? — pregunta mi jefe con seriedad.— Lo siento, es que me parece tan irreal, señor, Castagnoli.— A mí me parece irreal que usted haya intentado quitarse la vida. Pero, eso no quiere decir que no haya pasado ello. — dice mi jefe, mientras extiende su mano al asiento del conductor donde Louis le entrega un botiquín de primeros auxilios
Después de recapacitar y prometerme que por muy difícil que sea la vida, no puedo acabar con esta. Bajamos del auto y caminamos a una peluquería. Con un estilista que muestra mucho respeto a mi jefe, se inicia la transformación.Corte de cabello, tratamiento facial, maquillaje, ropa que parece hecho con las estrellas por su brillo increíble e incluso, calzado que parecen nubes esponjosas, soy preparada para la boda más relámpago que creí posible realizar.Mi vestido ajustado a mi cuerpo, me hacen creer que esto ha sido preparado desde hace tiempo, porque todo me queda tan perfecto que me resulta extraño.Lista, con un cabello brillante y hermoso, un vestido sencillo, pero, hermoso, un maquillaje acorde a la ceremonia que tendremos y unos zapatos que me hacen ver un poco más alta, salgo del salón para encontrarme con mi jefe.— Señor Castagnoli, estoy lista. — aviso al hombre que habla por su teléfono de una manera tan elegante que parece un modelo.Él ya lleva un traje de color gris,
No sabía que estaba sucediendo entre mi jefe y su padre, pero, no tenía tiempo para estar pendiente de su relación, cuando tenía una vista perfecta de la mandíbula del hombre que me tiene en sus piernas.En mi tiempo trabajando con él, nunca había estado así de cerca, pero, este día he estado sobre sus piernas dos veces y no porque yo lo provoque, si no, porque él así lo quiso.‘Estamos avanzando bastante rápido, Dove’ me digo sonriendo mentalmente mientras siento la mano de mi jefe en mi espalda baja.— Ella está bien y lo estará siempre. No necesitas preocuparte por mi relación, padre. Adiós — dice mi jefe girándose en su silla eléctrica para llevarme hasta donde está el notario.— Señor Castagnoli…— Ya puede iniciar nuestra ceremonia de matrimonio. — dice mi jefe y el hombre asiente.Realmente no comprendo qué es lo que dice el hombre, porque aunque puedo ver que mueve su boca, no puedo entender qué es lo que dice porque estoy más concentrada en lo que siento por estar sentada en
El anillo que ahora está en mi dedo, brilla con una intensidad que calienta mi corazón. Sabía perfectamente que mi boda no era por amor y que ha sido tan apresurada que como decía mi madre: de una decisión apresurada, solo quedaran malas experiencias y cansancio. Ese era un riesgo que tenía una probabilidad grande de experimentar, pero, ahora no quería pensar demasiado en los resultados futuros, si no, en que he avanzado mucho al estar sobre las piernas de mi ahora esposo, que espera que le coloque su alianza de matrimonio.— No seré el esposo perfecto. Pero, prometo que seremos un matrimonio sin restricciones y si en el futuro estas segura de encontrar la felicidad en otro lado, no voy a ser un obstáculo. — No es buena idea hablar de una separación cuando estoy colocando el anillo de matrimonio en tu dedo. — digo terminando de colocar su anillo.— No quiero que sientas que ese anillo es una soga irrompible, Dove. No quiero que te sientas obligada a estar conmigo, quiero que te sien
La mañana llega y yo seco mis mejillas. Realmente no había dormido siquiera un poco en toda la noche, dejando en claro que la tristeza no estaba relacionada con la casa y los recuerdos que en ella tenía, si no, la ausencia de mi hermana y mi madre.Después de quedar completamente sola en una habitación tan grande, las dudas comenzaron a surgir y yo quise hablar con alguien sobre esto, pero, mis mejores amigas y confidentes eran mi madre y mi hermana.Por lo que, ahora estaba completamente sola, en un lugar tan vacío y carente de alegría, que era el ambiente perfecto que describía como me sentía. Casarme, era la segunda decisión que había tomado sin consultar a mi madre y hermana, la primera fue el intento de suicidio.Parecía que en ninguna de las dos había decidido correctamente, pero, lo peor de todo es que no quería divorciarme. Como ha dicho Louis, me he marchado al infierno caminando con mis propios pies y eso no era bueno.— Señora Castagnoli, ¿se encuentra despierta? — pregunta
Suspiro profundo, mientras intento ordenarle a mi mente que se recupere del asombro y enfrente el destino que me espera al subir al helicóptero. Después de todo, cuando algo está destinado a suceder, sucede.— Solo me debilite un poco, pero, ya estoy bien. — digo apartándome de Louis mientras le hablo a Danell.— Ya está todo listo, podemos subir al helicóptero. — dice Danell y yo trago duro.El hombre no se mueve y yo asiento sintiendo que mi vida se va a acabar en menos de una hora. Con un intento tonto de valentía, camino al lado del hombre que con sus manos, mueve una palanca y la silla de ruedas se mueve.‘Él es bueno con las manos, quizás al pilotear, solo se necesiten las manos’ me digo mentalmente, intentando calmar mi miedo.— Antes de perder la movilidad de mis piernas, piloteaba muchos aviones y helicópteros solo por diversión. Muchas veces, estaba muy frustrado y usaba la aviación como una manera de relajación.>> Era muy bueno, incluso era muy aplicado en ello y por eso,
Me siento muy bien por el tipo de trato que me está dando ahora mi esposo. Aunque había anhelado muchas veces haber sido tratada de una manera diferente. En estos momentos, me siento muy feliz porque solo me estaba dando este tipo de exclusividad al ser su esposa.Porque eso quiere decir que solamente va a tener esta parte de él, la persona que se case con Danell y yo espero ser la única. Aunque no nos hemos casado por amor, espero que el respeto y la amabilidad que me está brindando, poco a poco se transforme en el amor que quiero recibir de él.Es ese pensamiento y deseo que se vuelva realidad, lo que me hace olvidar la situación actual en la que me encuentro. Por lo que, sólo cuando siento cómo nos elevamos poco en el aire, es que agarró fuertemente del brazo del hombre que está a mi lado.— ¡Oh por Dios! — digo, al sentir como hay un vacío en mi estómago y mi corazón parece haberse movido de su lugar.— No es algo demasiado grande que no puedas manejar, Dove — dice mi jefe y yo ni