Capítulo 1. Frustrada y sola
Muriel se miró al espejo, descubriendo, con el mismo horror de cada mañana, que la vida no se parecía en lo absoluto a lo que había soñado a los veinte años.Había cumplido cuarenta y un años, y odiaba con intensidad lo que el reflejo le mostraba.-Debería evitar mirarme cuando salgo de la ducha, esto es tan deprimente y frustrante…- se dijo a sí misma.Porque claro, desde hace tiempo, no hacía más que hablar sola, cuando tenía esos momentos de incómodo silencio en su cuarto de baño o su habitación.Sin embargo, la curiosidad casi morbosa de ver en su cuerpo los efectos del paso de los años, la obligó a quedarse allí de pie, antes de cubrirse con su vieja bata de baño.Su cabello castaño y en ondas, antes tan brillantes, se veía algo descuidado, dejando traslucir que desde hacía doce años, la prioridad no había sido más que su hijo, Joaquín, incipiente adolescente que a veces la adoraba y otras la detestaba.Típico.Un mechón de cabello gris, que se negaba a pintar, caía cerca de su f
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