Irene.Un hormigueo cubrió mi boca, mi sangre fluyó con una lentitud que sentí miedo, pero no me alejé del hombre que me miró como si estuviera deseando la más deliciosa fruta de la vida. Así me sentí al oler la loción de Tej sobre mí, como si quisiera comerme la fruta del pecado. Este inclinó un poco su cabeza, rozó sus labios con los míos y no supe si moverme o alejarme. Se sintió tan bien que quería hacerlo de nuevo, pero este solo siguió oliendo, para luego atrapar mi labio inferior con los suyos, no retrocedí cuando mis piernas se sintieron de gelatina.El beso fue fugaz, dejándolo así antes de alejarse. __ Sabes a lo que creí. - dijo y no pude hablar. ¿A que sabía? ¿Café y tarta de manzana? Porqué eso era lo que había pedido en la cafetería. En el camino me vio con picardía, la lengua se me había adormecido de pronto. No podía hablar y cuando se fue, luego de dejarme, solo dije un "gracias" sin sentido, solo un susurro que este correspondió con un asentimiento de cabeza. ¿Qu
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