El joven Vasil, caminaba ansioso y un poco nervioso, por el hermoso jardín decorado con plantas exóticas, el mayor orgullo de la familia Ferrer Altamirano, miraba a los lados y atrás periódicamente como si temiera ser encontrado infraganti en algo indebido, a pesar de la oscuridad, no perdía detalle de todo lo observado a su alrededor.A decir verdad había razones para temer, desde hacía un par de meses comenzó a salir con Natalia, la princesa de la familia, se veían a escondidas en el jardín, siempre en horas nocturnas, duraban largo tiempo sentados en uno de los bancos menos visibles a la casa, entre risas, coqueteos, caricias besos, promesas de amor, así eran felices, planeando un futuro juntos. Ambos eran muy jóvenes, ella con dieciséis años y él, acabando de cumplir diecinueve, decían amarse con locura, estaban dispuestos a enfrentarse a todos por vivir ese idílico amor. Querían escaparse juntos, para ello él estaba trabajando no solo ayudando a su padre en el jardín de la mansi
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