Todos los capítulos de LA VENGANZA DEL GRIEGO. Serie pasiones griegas (Libro 1): Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 10. ¡Ella me robó primero!
El cuerpo de Kostantin se tensó al ver caer a Natalia y a Stavros sostenerla antes de que golpeara el piso, por un momento pensó en levantarse y correr a verla, mas todas sus ganas se esfumaron cuando escuchó a Simón Ferrer, no pudo evitar apretar sus manos con fuerza y rechinar sus dientes con molestia. —Lo siento… siempre he tenido a mi hija viviendo en una burbuja, no me gusta mortificarla, la he complacido en todo y para no hacerla sufrir, le oculto muchas cosas, sin embargo, para que aceptara este trato me vi obligado a comentarle nuestra situación económica, no pudo soportar la noticia y terminó colapsando —pronunció con una aparente expresión de preocupación—. Es más difícil cuando se tiene hijo único, porque aunque uno quiera enseñarles bien, termina consintiéndolos demasiado y se convierten en personas egoístas.—¡Llevémosla a enfermería! —dijo Stavros con preocupación.Kostantin se mantenía apretando sus manos a un lado de su cuerpo.—¡Ese maldit0! ¡Cómo quisiera aplastar c
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Capítulo 11. Cruel confesión
La mujer conocía bien la identidad del hombre, por eso casi se desmaya de la impresión, era uno de los hombres más poderosos del país, lo había visto en las secciones de negocios de los principales diarios digitales, de hecho su esposo añoraba firmar un contrato con la poderosa empresa de la cual era propietario, aunque, había llegado reciente al país, su imperio económico databa de varios años, pero era administrado por un amigo.—¡Lo siento, señor Petrakis! Ella me robó… —no pudo continuar con sus mentiras porque la chiquilla empezó a desmentirla.—¡Es mentira, señor salvador! Ella me quitó las rosas, las entregó a varias personas en la calle y luego se negó a pagarme —la expresión seria de Kosta, fue transformada por una leve sonrisa producida por el apelativo que le dio la jovencita.—¿Cuántas rosas te compró? —interrogó el hombre.—Dos docenas, yo traía cinco, ella fue mi primera clienta del día —mencionó la chica con firmeza.—¡Págale! Y le vas a dar más de lo que te costó, com
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Capítulo 12. Chica lista
Cuando escuchó las palabras de Cándida, la mujer sintió que sus esperanzas se esfumaron, la única pieza que la mantenía con vida terminó derrumbándosele encima, sus sollozos eran lastimeros, parecía un animal herido de muerte, un leve susurró salió de sus labios, repitiendo como un mantra.—No… no… eso no puede ser… debí luchar por ellos, yo…Los lamentos de Natalia le causaban desesperación a Sol, veía a todos lados, como buscando algo para tranquilizarla, al mismo tiempo la rabia se abría paso en su interior por la actitud de malvada de la otra mujer, definitivamente, no se equivocó en su apreciación, solo una persona mala y despreciable, aprovecharía el momento de vulnerabilidad de otro, para darle una noticia tan cruel.—¡Tú eres venenosa! Deberías salir de aquí para que no contamines el ambiente con tanta porquería… a pesar de mi corta edad, he visto muchas personas como tú, qué lo único bueno que hacen es fingir ser buena, pero su corazón está tan contaminado que únicamente supu
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Capítulo 13. Solo necesitaba olvidar.
Sol después que terminó de comer, le dio las gracias a Kosta, se despidió para irse y en un alto de impulsividad besó su mejilla rápidamente y salió corriendo, no sin antes decirle su nombre.—Por cierto soy Solimar, aunque mis amigos me dicen Sol, desde hoy usted está dentro de ellos.El beso de la joven en su rostro, le dejó al hombre con una extraña sensación de calidez en su corazón y lo hizo pensar de nuevo en un hecho carente de toda lógica.«Si Natalia y yo hubiésemos concebido un hijo esa noche, seguramente tendría la edad de Sol», negó con la cabeza, para tratar de despejar su mente de tan absurdos pensamientos; luego tomó el teléfono y marcó a un investigador.—Necesito que me investigues todo lo relacionado con Natalia Ferrer Altamirano, que pasó con ella hace quince años, todos sus movimientos, visitas al médico, el mínimo detalle sobre ella, por favor y el informe debe entregarse solamente en mis manos.—Está bien señor Petrakis, se hará como lo ha pedido —respondió el ho
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Capítulo 14. Crisis de abstinencia
Simón Ferrer llevó a Cándida a su casa y regresó a la suya, entró como un vendaval buscando a Natalia, si la dejó ir en el momento de su ataque, fue porque no le convenía hacerla víctima, quería que todos tuvieran una mala impresión de ella. —¿Dónde está Natalia? La muy atrevida se atrevió a lastimarme y no estoy dispuesto a permitírselo —espetó furioso subiendo las escaleras. —La señorita no ha llegado, desde que se fue a primera hora de la mañana con usted —respondió la asistente un poco nerviosa. Cuando la mujer habló, Simón detuvo sus pasos, mas antes de siquiera pensar donde podía haberse metido Natalia, una llamada entró a su celular, se trataba del hombre con quien envió a seguirla. —Señor Ferrer, seguí a su hija, entró al club nocturno La metamorfosis —mencionó el hombre. —Entre y tome las fotografías más comprometedoras que pueda de ella y luego envíelas a las redes sociales, si quiere puede cobrar por publicarlas, que salga en todas partes, que quede como la perdida que
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Capítulo 15. Te arrepentirás toda tu vida
Pasaron un par de horas, Natalia se encontraba en el camerino de las bailarinas, hasta ahora solo había tomado unos pocos tragos de whisky, aunque deseaba consumir más, Oliver no la dejó, se negó a que lo hiciera. Ya se encontraba vestida para presentarse.—Nena, debes tomártelo con calma, más si quieres presentarte en el escenario, si estás muy ebria no te dejaré hacerlo, porque no voy a dejar que te arriesgues y te causes daño.—¡Eres demasiado metido Oliver! ¿Te crees mi cuidador? —inquirió sin ocultar su irritación.—No me creo, lo soy —respondió acariciando su cabello, con ternura.—¡Eres muy molesto! —Yo también te quiero, ven y te acompaño al escenario —bromeó tomándola de la mano y la sacó de allí, la anunció, ante toda la algarabía de los hombres.Natalia salió al escenario vestida con un body de Pole Dance, una pieza completa de color rojo, dejando al descubierto los brazos, muslos, y la parte abdominal de su barriga y unos s guantes especiales de Pole Dance, los efectos l
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Capítulo 16. Presentimientos
Natalia veía las redes sociales y los medios comunicaciones digitales, especialmente lo relacionado con chismes de las farándulas y de las personalidades más reconocidas del país, cada una era mayor y más amarillista que la otra, la cantidad de mentiras dichas en su contra eran impresionantes, al punto de que si ella no supiera la verdad de lo sucedido y no se tratara de la protagonista de los hechos, terminaría odiándose. —¿Por qué no pides un derecho a réplica a esos medios de comunicación, incluso a las cuentas de las redes sociales que se han encargado de divulgar esas mentiras y difamarte de manera cruel? Yo puedo ayudarte, no tengo ningún problema en unirme a ti en unas declaraciones para aclarar todo, incluso, podríamos convocar una rueda de prensa… No me parece justo que la gente se haga ideas equivocadas, que te juzguen y creen una matriz de opinión dañando tu imagen —protestó Oliver, tratando de convencer a Natalia, esta negó con la cabeza.—No vale la pena —sonrió con amar
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Capítulo 17. Ese hombre no existe Natalia
Día de la bodaNatalia se veía al espejo, trataba de simular su expresión de tristeza, su inmaculado vestido blanco ajustado a su cuerpo y su maquillaje color nude, no necesitaba de mucho para lucir radiantemente atractiva, en su rostro resaltaban sus hermosos ojos azules como el zafiro, los cuales lucían como unas resplandecientes joyas, su color era intenso, vivo. Se tuvo que arreglar ella misma, lo cual no le molestó porque poco le gustaba tener gente a su alrededor, en cambio, a Cándida, la atendieron un séquito de maquilladores, estilistas, manicuristas, pedicuristas, diseñadores, que contrató el mismo Kostantin Petrakis, por supuesto que esta no perdió tiempo de escupir su veneno en su contra, al parecer ese día decidió dejar de fingir.—Querida prima, ¿Qué se siente ser despreciada por tu futuro… esposo… amante? —interrogó entrando por la puerta.Natalia la ignoró y siguió, arreglándose, no esperaba perder tiempo con las estupideces de esa mujer, si quería que Petrakis la hici
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Capítulo 18. No te hagas ilusiones conmigo
Natalia sentía que el pecho se le cerraba y su corazón se hacía pequeñito del sufrimiento, se colocó en posición fetal, no podía creer que ese hombre con esa mirada tan llena de odio fuera su Vasil, el hombre a quien tanto amaba, a quien esperó y creyó sería su única esperanza, no pudo contener las lágrimas que empezaron a brotar de sus ojos de manera descontrolada, sentía que se ahogaba, llevó las manos a sus orejas de manera desesperada, las tapó con fuerza, sin dejar de golpearlas, solo deseaba dejar de escuchar todas las palabras horribles que le propinó y que se repetían continuamente en su cabeza.—Yo no te engañé… nunca lo he hecho… te busqué siempre… pese a ello, no te pude encontrar, jamás me burlé de ti, siempre te he amado y nunca he podido olvidarte —susurró con dolor, sintiendo como la única ilusión de su vida se esfumaba y ya no sabía cómo enfrentar la situación.Cerró los ojos, los apretó con fuerza, se sumergió en ese mundo que había creado para escapar de la tristeza,
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Capítulo 19. La persona al otro lado de la puerta
Natalia vio a Kosta entrar en la habitación con Cándida, a pesar de sentir como en ese momento su corazón se rompía en miles de pedazos, no dejó que ninguna expresión se reflejara en su rostro.No estaba dispuesta a darle la oportunidad de verla humillada, se mantuvo con una máscara de absoluta frialdad, después de todo aprendió desde muy corta edad a ocultar sus sentimientos y a esas alturas de su vida, cuando ya habían pasado quince años, era una experta en reflejar lo que no era.Eso debió aprenderlo no solo para no mostrar sus sentimientos, sino también para proteger a la gente a quien amaba, a todos aquellos que le importaban y por quienes sería capaz de darse por completa si fuera necesario.Cuando lo vio desaparecer, ella ingresó a la suya, Stavros se sintió conmovido al ver sus ojos tristes.—Natalia, lo siento mucho… por favor, dime ¿Qué puedo hacer por ti? —preguntó deseando en lo más profundo de su ser, que la mujer le pidiera sacarla de allí, porque estaba tan agitado por
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