Capítulo 10. Primeras lecciones
Poco más tarde, Mikhail Kasparov entraba al gran salón de la casa del gobernador con una sonrisa fingida, pero llevando del brazo a su nueva conquista, y actual esposa, Agnes, que atraía todas las miradas curiosas, de hombres que la observaban sin disimulo y de mujeres que la envidiaban de un modo casi palpable.Algunas de ellas, acompañantes, esposas o amantes de hombres influyentes, ya habían tenido encuentros ocasionales con él y habían tratado de conquistarlo definitivamente, como un codiciado premio.Él era rico, joven, atractivo y muy hábil en la cama.Mikhail se acercó a algunos de los invitados mas importantes y los saludó, presentando a la joven.Para todos, el matrimonio era una verdadera sorpresa.El soltero empedernido, atrapado por esa mujer desconocida.Luego de que entraron al salón comenzaron a conversar cordialmente con varios funcionarios, a los que ella les sonreía con una gracia natural, aprendiendo a moverse con elegancia, sin soltarse de su brazo.Realmente domin
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