Capítulo 16. Sólo son negocios
Agnes se quedó largos minutos observando a Mikhail, con la respiración profunda y acompasada, dormido a su lado, mientras iba hilando poco a poco los recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior.Lo observaba aún abrumada, mientras el fuerte pecho subía y bajaba, y los mechones de cabello rubio, aún húmedos, le caían sobre la frente.Entre sus extraños celos, la bebida en exceso, y las palabras que le había escuchado decir y misteriosamente la lastimaban, todo se mezclaba en un ruido mental de luces y sombras ininteligibles. Aunque él no había dicho nada que no fuera cierto. Ellos dos sólo eran socios, unidos por un objetivo común, vinculados por un contrato a tres años, y nada más. Parecía claro para él, aunque ella no estaba tan segura de lo que había hecho esa noche para que Mikhail estuviera en su cama aferrado en un nudo firme contra su cuerpo.Pero era maravilloso verlo dormir, apacible, con el torso desnudo, los labios entreabiertos, las pestañas ligeras, su cuerpo di
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