Inicio / Romántica / Anya, la aprendiz del mafioso / Capítulo 11. Huellas de fuego
Capítulo 11. Huellas de fuego

Cuando Mikhail volvió a la fiesta, buscó a Agnes y al juez con la mirada llena de curiosidad.

Descubrió que el señor Gorennen no estaba por ningún lado, lo que le llamó bastante la atención. No solía ser de los primeros en irse de una fiesta, salvo que se enredara con alguna mujerzuela.

Ella, tan radiante como la había dejado, conversaba con un hombre alto y apuesto, con una prolija barba castaña en su rostro, y le sonreía con seductora gracia. Aunque el sujeto no miraba precisamente su boca, si no las grandes curvas que el vestido insinuaban.

Eso, en contra de su voluntad, le hizo sentir una poderosa punzada de celos.

A pesar de que él mismo la había empujado a hacer esas cosas, le dolía presenciar lo rápido que había aprendido a seducir y moverse en ese ambiente.

Y lo efectiva que era.

Supo que, muy pronto, necesitaría más de ella que sólo fingir ser un matrimonio.

A menos que encontrara la forma de canalizar esa energía que lo enardecía.

La deseaba, ella lo atraía como un imán y
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo