Casi tres horas después, a hora y media de tener que reanudar la reunión con “Agropecuaria Santa Clara”, el director general de “Saving Investments”, despertó porque la niña a su lado se quejó, y supo que ella necesitaba un cambio de pañal y que seguro pronto tendría hambre, tal como él la estaba teniendo.Marisa escuchó ruidos en su oficina, deduciendo que el hombre había despertado, y luego vio que ese sujeto abría la puerta, preguntando si podía hacerle favor de pedir algo de comer.La joven, que estaba punto de pedir su comida también, le pasó los menús de los restaurantes cercanos que más le gustaban a ella, y el hombre señaló algo que ella pidió junto a su comida.Luego de la mamila, Mía no se durmió, estaba inquieta, y por eso la joven la tomó en brazos para permitir que ese hombre comiera, mientras ella seguía atendiendo la recepción con el portabebés sobre el escritorio, donde la niña, tal vez sintiéndose acompañada, estaba de verdad tranquila.Maximiliano pensó que necesitab
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