EMMA. Miré la tira de embarazo mientras mis manos temblaron. No pude evitar colocar la mano en mi boca, mientras los sollozos salían sin control alguno.¡Por fin!, aquí mismo estaba la salvación de mi matrimonio, y la respuesta de todas mis oraciones.Estaba embarazada, y después de esto, solo habría felicidad en mi hogar detrás de todas mis tristezas, mis noches de llanto, y, sobre todo, de este luto que amenazaba con consumirme en cualquier momento.Me lavé rápidamente la cara y luego me miré al espejo.Ahora mismo estaba en el trabajo, pero sonreí de todas formas porque mi esposo trabajaba en el mismo edificio que yo.Nos habíamos casado hace tres años cuando tenía 20, y en una semana celebraríamos el aniversario, sin imaginarme desde ya, que le tendría el mejor regalo a John.John solo era 4 años mayor, yo, actualmente éramos 23/27, y aunque la gente decía que era un poco inmaduro, fue su gracia y su forma divertida de ver la vida, lo que llevó a enamorarme de él.Ambos estudiamo
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